Un hombre del noreste de China murió en agosto por negarse a renunciar a su fe frente a la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh).
Quande Jiang, un esposo y padre dedicado, falleció el 26 de agosto de 2020, seis semanas después de que fue liberado de la custodia policial. Tenía 66 años.
Él y su esposa fueron arrestados en su casa en julio por creer en la verdad, la compasión y la tolerancia, los principios básicos de Falun Gong: una antigua práctica espiritual china conocida por aliviar el estrés y aumentar la energía, según un informe de Minghui.org, un sitio web que documenta la campaña de persecución del PCCh contra la práctica.
Jiang ya estaba demacrado y mal de salud en el momento de su arresto, debido a los años de tortura continua sufridos durante las detenciones anteriores. Después de ser liberado, su salud se deterioró y requirió goteos intravenosos diarios hasta que falleció. Su esposa aún está detenida y las autoridades del PCCh se negaron a permitirle asistir a su funeral.
Historia de persecución
Jiang, un exempleado de una oficina de almacenamiento de granos, fumaba y bebía mucho antes de comenzar con Falun Gong en 1997, después «dejó sus malos hábitos», su relación con su familia mejoró y su condición cardíaca y una enfermedad de la piel desaparecieron.
Jiang pronto se convertiría en blanco de encarcelamiento, tortura y trabajo forzado en la campaña del PCCh para erradicar la práctica en 1999, después de que Falun Gong creciera en popularidad durante la década de 1990 debido a sus beneficios para la salud y su enfoque en la espiritualidad y la moralidad.
Fue arrestado por primera vez en septiembre de 1999. Durante sus 60 días de detención, fue obligado a permanecer sentado en un pequeño taburete durante largos períodos de tiempo o a realizar trabajos forzados «cargando bolsas de frijoles que pesaban más de 200 libras».
Al poco tiempo fue arrestado 2 veces, a principios del 2000, a causa de una apelación que hizo en Beijing por el derecho a practicar Falun Gong y fue detenido alrededor de un año y ocho meses.
Fue golpeado brutalmente, puesto en confinamiento solitario durante un mes y obligado a sentarse en una tabla de madera con las piernas cruzadas en una habitación pequeña y húmeda con otros 20 seguidores de Falun Gong, también le privaron el sueño porque se negó a renunciar a sus creencias.
Jiang fue arrestado por cuarta vez el 8 de noviembre de 2002 por elaborar materiales informativos sobre la práctica y estuvo detenido durante más de un año antes de ser condenado a 11 años de prisión en 2004 por aferrarse a su fe.
Durante el tiempo que estuvo encarcelado después del 2004 fue obligado a sentarse en un banco con las piernas atadas, cubrieron su cabeza con bolsas de plástico y pincharon sus dedos y pezones con palos de bambú afilados.
También le rompieron el brazo derecho, causándole una discapacidad permanente cuando le esposaron sacudiendo violentamente las muñecas, al tiempo que giraron sus manos esposadas sobre su cabeza desde la espalda a la parte delantera del cuerpo diez veces.
En la prisión, Jiang recibió golpes repetidamente, perdiendo la mayor parte de sus dientes; fue mantenido en confinamiento solitario durante varios meses; fue electrocutado con bastones eléctricos; y tenía sus cuatro miembros atados en posición de águila extendida.
A menos de dos años después de su liberación, Jiang fue arrestado por quinta vez, el 3 de septiembre de 2015, por hablar con la gente en un autobús sobre su fe. Fue multado con 147 dólares y lo retuvieron durante 15 días.
Fue arrestado por sexta vez junto con su esposa el 25 de enero de 2016.
Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo.
A continuación
Después de 4 años de detención, un activista de derechos humanos ve a su madre
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
