Médicos presentaron en la revista Neurocase una condición rara de un hombre de 64 años que después de un accidente cerebrovascular comenzó a percibir el mundo mucho más pequeño de lo que realmente es.
Tuvo que acostumbrarse a una nueva vida, incluso a saber si cabía por una puerta.
El paciente, una persona con estudios superiores, dijo que “percibía todo al setenta por ciento del tamaño real” y “esto incluía tanto objetos como personas”, dice el reporte.
“Cuando se miraba en el espejo, también se percibía al setenta por ciento de su tamaño real”.
El mismo estimó el tamaño basándose en lo que recordaba debía ser el tamaño de los objetos y los médicos lo confirmaron con tareas experimentales. Perdió el 30% del tamaño de su entorno, dice el reporte publicado el 28 de agosto.
Su micropsia -término con el que los doctores describieron su visión miniaturista- fue especialmente notable al percibir objetos familiares, de los cuales él conocía bien los tamaños reales.
Los médicos citan que por ejemplo, “constantemente pensaba que su ropa ya no le quedaría bien, porque la percibía demasiado pequeña”.
El problema era tal que a la hora de comprarse ropa el paciente “elegiría ropa de talla XL en lugar de M (su talla real) cuando la etiqueta de la talla no fuera evidente”.
Los especialistas sugirieron que este conflicto se producía porque seguía comparando el tamaño de la camisa observada con el tamaño registrado en su memoria, antes de hacer una comparación real entre la camisa y su cuerpo.
A su vez “su micropsia lo hizo inseguro”, señala informe. Como todo se percibía más pequeño, incluidas las distancias y los pasajes, estaba siempre con la pregunta «¿encajo por este pasillo?».
Afortunadamente su estado no lo hacía ver objetos distorsionados ni curvados o con colores cambiados.
Finalmente el paciente superó la inseguridad y según sus médicos logró seguir caminando sin dificultades con la nueva perspectiva del mundo.
Sin embargo, se le presentó otro problema. Se dio cuenta que al leer a veces a las oraciones “le faltaban palabras” del lado izquierdo, así que tuvo que centrarse en buscar maneras de encontrarlas y corregir ese defecto por su cuenta.
La vida en miniatura de este hombre comenzó en diciembre de 2017. Primero sintió una pérdida de la visión. Cuando le hicieron una resonancia magnética para determinar la causa, se reveló un infarto cerebral alojado en el lado derecho, en el lóbulo occipital y parietal.
Diez días después, el 28 de diciembre, el paciente ingresó al hospital quejándose de falta de fuerza para mover su brazo izquierdo. Le hicieron una tomografía computarizada y esta mostró que el infarto en ese momento afectaba un área más grande del cerebro que antes.
Al mismo tiempo comenzó a ver todo un 70% más pequeño.
Después del accidente el hombre quedó con una percepción alterada de la forma, la ubicación y el movimiento en el campo visual izquierdo, sin embargo, lo extraño fue que la visión en miniatura afectó a todo su entorno.
La metamorfopsia, otro término para este estado, “es a menudo transitoria y generalmente sólo está presente durante varias horas o días después del accidente cerebrovascular”, citan los médicos sobre estudios médicos anteriores. Para este paciente el cambio fue prolongado.
Algunos lo han llamado “Síndrome de Alicia en el país de las maravillas”.
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