El huracán Franklin, que se intensificaba rápidamente, tenía a los Guardacostas de Estados Unidos (USCG, por sus siglas en inglés) preparándose frente a la costa de Georgia a finales de agosto, cuando hicieron un sorprendente descubrimiento: una «rueda de hámster» del tamaño de un coche, tripulada por un corredor de maratón que intentaba un viaje transatlántico.
Se acercaron a la embarcación cilíndrica que tenía un armazón metálico y boyas de flotación rodeando cada extremo.
Dentro, descubrieron, el sistema de propulsión eran las piernas del único ocupante, Ray «Reza» Baluchi, de 51 años.
El aparato rodaba sobre ell agua como una rueda de ejercicio de hámster flotante, dijeron las autoridades.
El Sr. Baluchi intentaba navegar con su «Hydro Pod» más de 4000 millas a través del Océano Atlántico hasta Londres, Inglaterra.
También pasaba por encima del agua Franklin, entonces un huracán de categoría 3, y a medida que se acercaba a la costa este de Estados Unidos —justo al sur de las Bermudas— se dirigía directamente a la trayectoria prevista por el Sr. Baluchi.
Cuando los guardacostas dijeron al Sr. Baluchi que estaba realizando un «viaje evidentemente inseguro», el corredor se negó a desembarcar y, al parecer, se puso un cuchillo en el pecho, amenazando con suicidarse.
Siguió un enfrentamiento de cuatro días. Finalmente, el incidente involucró a dos patrulleros —el CG Valiant y el CG Campbell— y a los costes asociados de tripulación y combustible.
Después de que el Sr. Baluchi supuestamente amenazara con detonar una bomba, los guardacostas pidieron ayuda a la Unidad de Desactivación de Artefactos Explosivos de la Marina estadounidense, según los reportes.
Finalmente, el Sr. Baluchi admitió que la bomba no era real, y los guardacostas lo detuvieron el 1 de septiembre tras llevarlo a tierra en Miami Beach, Florida.
Quedó en libertad bajo fianza de 250,000 dólares y se enfrenta a una pena de hasta 95,000 dólares y siete años de prisión.
En la corte, la jueza Jacqueline Becerra ordenó su comparecencia y audiencia preliminar el 16 de octubre.
Mientras esté en libertad bajo fianza, el Sr. Baluchi no podrá acercarse al mar ni embarcar, según los documentos judiciales.
No era la primera vez que el Sr. Baluchi intentaba atravesar con su Hydro Pod casero las agitadas aguas del Atlántico, ni era su segundo, tercer o cuarto intento, según los informes policiales y de la Guardia Costera de EE. UU. En total, el Sr. Beluchi lo ha intentado al menos cinco veces.
El viaje inaugural
El Sr. Baluchi construyó y probó su primer Hydro Pod en noviembre de 2014, cuando intentó un viaje de Miami a las Bermudas. El viaje se truncó cuando la embarcación, parecida a una rueda de hámster, volcó, y él activó su dispositivo localizador GPS por satélite, lo que desencadenó un rescate de la Guardia Costera.
Los guardacostas volaron 70 millas mar adentro en helicóptero en mitad de la noche para sacar al Sr. Baluchi del océano, según una carta de 2015 del USCG al Sr. Baluchi.
Los funcionarios observaron que no parecía preparado para su viaje a las Bermudas. Les preocupaba que sólo tuviera agua embotellada, barritas de proteínas, un dispositivo GPS y un teléfono por satélite cuando lo encontraron.
El Sr. Baluchi insistió en que activó el localizador por accidente. El coste del rescate ascendió a 144,000 dólares, según la Guardia Costera. Hoy en día, serían más de 185,000 dólares.
En 2015, dijo a los guardacostas que planeaba volver a intentar llegar a las Bermudas.
En respuesta, los funcionarios le enviaron dos advertencias ese año y otra en 2016. Dijeron que no se le permitía intentar otro viaje en su Hydro Pod a menos que cumpliera unas condiciones mínimas de seguridad.
Éstas incluían programar con la Guardia Costera la hora y el lugar de su partida, proporcionar el plan básico del viaje; comprobar las previsiones meteorológicas antes de la partida; proporcionar detalles a la Guardia Costera sobre su embarcación; conseguir una embarcación de apoyo que le siguiera y pudiera prestarle ayuda; y presentar una verificación ante las autoridades de las Bermudas antes de su partida.
«La Guardia Costera apoya, y ha apoyado, los arduos retos individuales y de equipo en el entorno marítimo», escribió el contralmirante S. A. Buschman en una carta de 2015.
«Sin embargo, corresponde a la Guardia Costera garantizar que estos eventos se lleven a cabo de forma segura».
Pero en 2016, el Sr. Baluchi partió de nuevo, esta vez de Pompano Beach, Florida, pero fue detenido por la Guardia Costera en Júpiter, a unas 50 millas al norte.
En una carta, el Capitán de Puerto de la USCG, A.J. Gould, instó al Sr. Baluchi a «elaborar un plan de viaje que cumpla los requisitos que he expuesto anteriormente».
Le advirtió de que la pena por no utilizar una embarcación de apoyo y no solicitar la aprobación previa de las autoridades antes de partir podría ser de siete años de prisión y 40,000 dólares de multa.
Durante su segundo viaje de 2016, después de que el Sr. Baluchi fuera remolcado a aguas internacionales, la Guardia Costera lo siguió, según muestran los registros del USCG. Durante tres días intentaron convencerlo de que abandonara el barco.
Después de que engancharan un cable de remolque a su Hydo Pod, se llevó un cuchillo al pecho y amenazó con suicidarse, según las autoridades.
El Sr. Baluchi fue detenido y puesto en internamiento psiquiátrico involuntario en un hospital, pero fue puesto en libertad al día siguiente, según un informe de la Oficina del Sheriff de Jacksonville.
El viaje previsto se vuelve más arriesgado
Sin inmutarse, el Sr. Baluchi intentó otro viaje en 2021, esta vez de San Agustín (Florida) a Nueva York. Pero a 30 millas al sur de su punto de partida, el Sr. Baluchi y su Hydro Pod llegaron a la orilla de Flagler Beach.
Sorprendido por la inusual embarcación, un bañista preocupado llamó a la oficina del sheriff del condado de Flagler.
Los agentes llegaron e interrogaron al Sr. Baluchi, que dijo que había puesto fin a su viaje antes de tiempo tras perder el equipo por robo, según un informe policial.
En 2023, el Sr. Baluchi apuntó más alto con un plan para recorrer 4000 millas a través del océano Atlántico hasta Londres (Inglaterra). Ignorando las órdenes de la Guardia Costera, se embarcó en agosto.
Cuando las autoridades lo encontraron a 70 millas náuticas al este de la isla de Tybee, Georgia, intentaron advertirle sobre el huracán Franklin, que se estaba fortaleciendo y se dirigía al norte, hacia las Bermudas, según dijeron los guardacostas.
Tras cuatro días de enfrentamiento, los guardacostas lograron sacar al Sr. Baluchi de su Hydro Pod y lo llevaron a tierra en la base de la USCG en Miami Beach.
Fue detenido por obstrucción a un abordaje y violación de una Orden del Capitán del Puerto, según documentos judiciales.
The Epoch Times no pudo ponerse en contacto con el Sr. Baluchi para que hiciera comentarios.
Aventurero transatlántico tuvo éxito
Cruzar el océano Atlántico en una embarcación autopropulsada no es una empresa sencilla.
Aurimas Valujavicius, atleta lituano de resistencia de 29 años, dijo que entrenó un promedio de 12 horas al día durante dos años antes de intentar su viaje de 5000 millas de España a Miami en su barca de remos monoplaza.
El Sr. Valujavicius dijo a The Epoch Times que se inspiró para cruzar el Atlántico a remo tras recibir un animado mensaje de un seguidor en internet mientras remaba por un río local.
El mensaje incluía un tráiler del Talisker Whiskey Atlantic Challenge, una competición anual de remo que lleva a los equipos 3000 millas náuticas a través del océano.
Pronto formuló planes para batir el actual récord mundial —111 días— del viaje en solitario sin escalas más rápido desde Europa hasta el territorio continental de Estados Unidos sin embarcación de apoyo.
Comía cuatro paquetes de comida táctica y bebía cuatro litros de agua al día, que producía utilizando un Schenker Watermaker, un complejo sistema de filtración que potabiliza el agua del océano.
Complementó su dieta habitual con conejitos de chocolate y sashimi que preparó con una Mahi-Mahi que pescó por diversión.
Para asegurarse de que su viaje era aprobado por las autoridades de Europa y Estados Unidos, el Sr. Valujavicius matriculó su barco, contrató un seguro especial para viajes transatlánticos y consiguió los visados de turista B1 y B2 para Estados Unidos tras pedir consejo a la Guardia Costera, dijo.
También descargó una aplicación especial de inmigración de Estados Unidos que le permitiría proporcionar información antes de llegar a la costa estadounidense.
Fue seguido brevemente por dos embarcaciones policiales cuando llegó a pocas millas náuticas de Miami, pero pronto se marcharon sin hacer preguntas, dijo.
El mayor obstáculo fue el tiempo. Pero los mayores problemas no vinieron de las tormentas.
En lugar de ello, se topó con una calma en el Atlántico medio, donde las olas eran demasiado tranquilas y no le ayudaban a impulsarse hacia Florida.
El Sr. Valujavicius llegó a una playa cercana a Coral Gables, Florida, el 25 de abril, tras permanecer en el mar 120 días, 14 horas y 48 minutos, según declaró. Perdió el récord mundial por nueve días.
Pero, dijo, está orgulloso de haberse convertido en el primer lituano que ha remado con éxito de Europa a Norteamérica sin ayuda.
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