AUSTIN Texas—Un hombre de Texas cuya ejecución fue suspendida tras una maniobra desesperada de los legisladores que creen que Robert Roberson no mató a su hija de 2 años, testificará el lunes ante una comisión de la Cámara de Representantes del estado, cuatro días después de la fecha prevista para su muerte por inyección letal.
Roberson iba a convertirse en la primera persona ejecutada en Estados Unidos por una condena de asesinato relacionada con el diagnóstico de síndrome del niño zarandeado. Sus alegaciones de inocencia ahora son respaldadas por un grupo de legisladores republicanos y demócratas que afirman que fue condenado basándose en datos científicos obsoletos.
Una vez que Roberson testifique ante los legisladores, los fiscales podrían solicitar una nueva fecha de ejecución en cualquier momento, según Gretchen Sween, una de sus abogadas.
Los legisladores intentan que Roberson sea trasladado desde el corredor de la muerte para que comparezca en persona, planteando la posibilidad de una escena extraordinaria en el Capitolio de Texas, pero la oficina del fiscal general del estado dijo al comité que comparecería virtualmente.
Rechazados por las cortes y la junta de libertad condicional de Texas en sus esfuerzos por salvar la vida de Roberson, los legisladores citaron el jueves pasado a Roberson a declarar en una táctica inusual para conseguirle más tiempo. Los legisladores del comité de la Cámara expresaron su frustración con la ley de ciencia basura de Texas, que dicen no funcionó como se esperaba incluso en el caso de Roberson.
La ley de 2013 permite a una persona condenada por un delito buscar alivio si las pruebas utilizadas en su contra ya no son creíbles. En ese momento, fue aclamada por la Legislatura como la única solución futura para las condenas erróneas basadas en ciencia defectuosa. Pero los partidarios de Roberson afirman que su caso apunta a fallos en el sistema judicial, donde la ley se vio debilitada por la mala interpretación deliberada de la más alta corte penal del estado.
En los últimos 10 años se presentaron y resolvieron 74 solicitudes al amparo de la ley de ciencia basura (legislación que busca desafiar el uso de evidencia científica cuestionable en las cortes). Un tercio de las solicitudes fueron presentadas por personas condenadas a muerte. Todas ellas fracasaron.
La fiscal de distrito del condado de Anderson, Allyson Mitchell, cuya oficina procesó a Roberson, dijo previamente al comité que en 2022 se celebró una audiencia judicial en la que los abogados de Roberson presentaron sus nuevas pruebas a un juez, que rechazó sus afirmaciones.
Roberson fue condenado a muerte por el asesinato de su hija de 2 años, Nikki Curtis, en 2002. Los fiscales argumentaron que la muerte de la niña se debió a un traumatismo craneoencefálico grave por haber sido sacudida violentamente de un lado a otro. Los abogados de Roberson afirman que los hematomas del cuerpo de Curtis se debieron probablemente a complicaciones derivadas de una neumonía grave y no a maltrato infantil.
Casi 90 legisladores de distintos partidos, expertos médicos y el autor de best-sellers John Grisham solicitaron al gobernador republicano Greg Abbott que suspendiera su ejecución. Abbott no hizo comentarios sobre el caso de Roberson y la junta de libertad condicional de Texas rechazó las peticiones de clemencia.
Por Nadia Lathan.
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