La homeopatía es una forma de curación desarrollada por el médico y químico alemán Samuel Hahnemann a finales de la década de 1790. Su aplicación redujo significativamente la tasa de mortalidad de los enfermos de cólera durante la epidemia de cólera que asoló Londres entre los años 1848 y 1854. Los estudios también han demostrado que la homeopatía puede ayudar a los pacientes infectados con COVID-19 a tener una rápida recuperación.
Debido a que la homeopatía se considera suave y eficaz, ha sido adoptada durante los dos últimos siglos por muchas familias reales de Europa, como Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia y Portugal.
El principio de la homeopatía es la teoría de «lo semejante se cura con lo semejante», según la cual una sustancia que provoca síntomas en una persona sana, utilizada en dosis diluidas, puede tratar una enfermedad con síntomas similares. En homeopatía, menos es más cuando se trata de eficacia, y la pequeña dosis está pensada para activar el sistema inmunitario natural del organismo.
Los medicamentos homeopáticos se producen diluyendo derivados de plantas, minerales y animales en una tintura madre, y difundiéndolos en pequeñas píldoras de azúcar.
La homeopatía ayuda a los pacientes a recuperarse más rápido de COVID-19
En septiembre de 2021, un estudio de casos publicado en la revista Complementary Medicine Research descubrió que las terapias homeopáticas pueden responder rápidamente en pacientes con diagnóstico de moderado a grave cuando los medios médicos convencionales no han conseguido aliviar o acortar la duración de la enfermedad.
El estudio registró cinco pacientes con COVID-19 de moderada a grave, dos de ellos ingresados en unidades de cuidados intensivos. Tras la administración de la terapia homeopática, los cinco pacientes mejoraron rápidamente y fueron dados de alta en poco tiempo. Los pacientes también declararon que la homeopatía mejoró su estado de salud.
Durante el brote de cólera de Londres de 1854, solo 10 de los 61 casos de cólera ingresados en el entonces Hospital Homeopático de Londres (actual Hospital Real de Londres de Medicina Integrada) murieron —una tasa de mortalidad de alrededor del 16 por ciento— mientras que de los 231 casos de cólera en el cercano Hospital Middlesex, se registraron 123 muertes, una tasa de mortalidad de alrededor del 53 por ciento.
¿Cuál fue el impulso que llevó a Hahnemann a buscar métodos terapéuticos alternativos hace casi 200 años? Ciertos tratamientos médicos de la época, como sangrías y el uso de sustancias venenosas, eran «burdos e ineficaces», y Hahnemann descubrió que «si un paciente tenía una enfermedad, podía curarse dándole un medicamento que, si se administraba a una persona sana, produciría síntomas similares de esa misma enfermedad pero en menor grado».
La homeopatía es un tipo de terapia alternativa o complementaria que difiere de la medicina convencional. Mientras que la medicina convencional suele utilizar métodos farmacológicos o invasivos para eliminar agentes patógenos, los tratamientos alternativos se centran en estimular la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo mediante ajustes energéticos y suplementos herbales. La homeopatía forma parte de una variedad de modalidades médicas más naturales, como la acupuntura, las hierbas y la terapia de masajes.
La homeopatía produce resultados fantásticos
Conocí la homeopatía mientras vivía en Malasia cuando buscaba una opción de tratamiento más suave para mi hijo y descubrí que la homeopatía tenía pocos efectos secundarios. En el peor de los casos, si eliges el remedio equivocado, la homeopatía simplemente no funciona y no tiene efectos secundarios. En el mejor de los casos, cuando se encuentra el remedio adecuado, el tratamiento produce resultados fantásticos y rápidos.
Un día mi hijo de tres años parecía aturdido y tenía fiebre, así que pedí unos remedios a un médico que practicaba la homeopatía. Mi hijo tomó el remedio fácilmente porque las pastillas estaban recubiertas de azúcar. Era la primera vez que utilizaba la homeopatía.
Le di el remedio por la mañana, pero seguía tumbado en el sofá. Por la tarde, llamé al médico, que me dijo que le diera el remedio con más frecuencia hasta que respondiera.
Seguí el consejo del médico y mi hijo no tardó mucho en sentirse mejor y volver a jugar. Todavía notaba un poco de fiebre al tocarle la frente, pero se había levantado y me hablaba con una sonrisa.
Al principio del tratamiento, la temperatura de mi hijo subió un grado. Es normal que los pacientes empeoren antes de mejorar. Sin embargo, para tener una segunda opinión, llevé al niño al hospital al anochecer para que lo examinaran, aún queriendo utilizar la medicina occidental como respaldo.
El médico del hospital comprobó que mi hijo tenía amigdalitis y le recetó antibióticos para 10 días. Le pregunté si podía prescindir de los antibióticos y me dijo que no, que se trataba de una infección bacteriana, porque mi hijo tenía manchas amarillas en la garganta.
La temperatura de mi hijo bajó un grado cuando estábamos en el hospital, y yo sabía que la homeopatía había empezado a dar resultado, así que, al llegar a casa, seguí dándole medicina homeopática en lugar de antibióticos. Al día siguiente, solo tenía un poco de fiebre. En dos o tres días, se había recuperado por completo y sus amígdalas no volvieron a presentar signos de inflamación.
La inflamación del oído y de las amígdalas son enfermedades que a menudo pueden reaparecer. Después de leer y analizar diversas fuentes, tomé la decisión informada de no darle antibióticos a mi hijo. Cada padre puede decidir qué es lo mejor para su(s) hijo(s), basándose en la investigación disponible.
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