La policía de Hong Kong ofrece recompensas de un millón de dólares hongkoneses —USD 127.650— por información sobre ocho disidentes de derechos humanos que residen actualmente en Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
El 3 de julio, el Departamento de Seguridad Nacional de la Policía de Hong Kong emitió órdenes de detención contra los ocho individuos, alegando que habían contravenido la ley de seguridad nacional.
La ley fue aprobada por el poder legislativo de Beijing en 2020 y recibió críticas generalizadas por erosionar el modelo de «un país, dos sistemas» que garantizaba en Hong Kong el Estado de derecho al estilo británico.
Las ocho personas fueron acusadas de «poner en peligro» la seguridad nacional de Hong Kong, y más concretamente, de «incitación a la secesión, subversión, incitación a la subversión y connivencia con un país extranjero».
Un portavoz de la policía de Hong Kong afirmó que la Ley de Seguridad Nacional otorga a las autoridades la facultad de perseguir a las personas que se encuentren fuera de la ciudad.
Steve Li (Li Kwai-wah), superintendente jefe de la Policía de Hong Kong, prometió que las autoridades «no dejarán de perseguir» a los disidentes.
«Ellos han fomentado las sanciones (…) para destruir Hong Kong e intimidar a los funcionarios», declaró Li a la prensa, según Reuters.
Entre las personas que son objeto de recompensas se encuentran el abogado y ciudadano australiano Kevin Yam, los expolíticos de Hong Kong Ted Hui y Nathan Law (Law Kwun-chung), residente en el Reino Unido, y otros destacados activistas como Elmer Yuen (Yuan Gong-yi), Dennis Kwok (Kwok Wing-hang), Mung Siu-tat, Lau Cho-dik y Anna Kwok (Kwok Fung-yee).
Respuesta de los disidentes
En respuesta, Nathan Law dijo que él también estaba «Wanted (buscado)» por otras supuestas infracciones de la Ley de Seguridad Nacional, pero acusó a las autoridades —que ahora están bajo el dominio del Partido Comunista Chino— de torcer el Estado de derecho para adaptarlo a sus propios fines.
«Estas acusaciones son ejemplos clásicos de abuso del concepto de ‘seguridad nacional’, llevando su definición al extremo para reprimir las voces disidentes», escribió Nathan Law en Twitter.
«En los países civilizados debe protegerse el derecho a la defensa política pacífica. Eso es lo que han hecho todos los individuos ‘buscados’. Insto a la Oficina de Seguridad Nacional a que revele cualquier prueba de mi presunta connivencia con fuerzas extranjeras», continuó Law.
«Yo no he aceptado financiación de ningún gobierno extranjero ni trabajo para ninguna agencia gubernamental. No acepto mandatos ni órdenes. Si reunirse con políticos extranjeros, asistir a seminarios y audiencias es ‘connivencia con fuerzas extranjeras’, muchos funcionarios de HK deberían tener problemas legales».
1. For the past years, the National Security Bureau has been accusing me of violating the National Security Law. Today, the specifics of the were revealed: Incitement to secession, collusion with foreign forces to endanger national security.
One million HKD bounty is warranted. pic.twitter.com/KV7FIogULP— Nathan Law 羅冠聰 (@nathanlawkc) July 3, 2023
Ted Hui, expolítico de Hong Kong, residente en Australia, afirmó que la última recompensa no tendría ninguna repercusión en su situación ni en su seguridad personal, dado que también era objeto de múltiples órdenes de detención en virtud de la Ley de Seguridad Nacional.
«Yo creo que la recompensa es ridícula e hilarante», declaró Hui a The Epoch Times por correo electrónico. «Los países libres no nos extraditarán por eso. Esto solo demuestra lo impotente que es el PCCh en respuesta a la diáspora de Hong Kong que aboga por la libertad y la democracia».
Hui afirmó que esta última medida demostraba que la persecución del PCCh contra la diáspora hongkonesa en el extranjero estaba alcanzando nuevas cotas.
«Esto deja más claro a las democracias occidentales que China va hacia un autoritarismo más extremo y supondrá una mayor amenaza para el mundo».
Un «precedente peligroso», dice el Departamento de Estado de EE. UU.
Los líderes de las respectivas naciones occidentales se apresuraron a condenar la medida de las autoridades de Hong Kong.
«La aplicación extraterritorial de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing es un precedente peligroso que amenaza los derechos humanos y las libertades fundamentales de personas de todo el mundo», declaró el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, a través de una declaración.
«Nosotros pedimos al gobierno de Hong Kong que retire inmediatamente esta recompensa, respete la soberanía de otros países y detenga la reivindicación internacional de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing», añadió Miller.
«Nosotros continuaremos oponiéndonos a los esfuerzos de represión transnacional [de la República Popular China], que socavan los derechos humanos».
El Reino Unido pide una medida autoritaria, y Australia, más libertad para Hong Kong
El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, calificó la última medida de Beijing de «autoritaria».
«La decisión de emitir órdenes de detención contra ocho activistas, algunos de los cuales se encuentran en el Reino Unido, es un ejemplo más del alcance autoritario de la ley extraterritorial de China», escribió Cleverly en Twitter.
Por su parte, la ministra australiana de Asuntos Exteriores, Penny Wong, declaró el martes que Australia estaba profundamente preocupada por la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong y por su amplia aplicación.
«Lo que yo diría en relación con los acontecimientos de esta noche, y quiero ser muy clara, es que Australia tiene una opinión sobre la libertad de expresión», afirmó la ministra. «Nosotros tenemos una opinión sobre el derecho de la gente a expresar sus opiniones políticas pacíficamente y la gente en Australia que lo haga será apoyada».
A través de las redes sociales, Wong también pidió a Beijing que defienda los derechos y libertades en Hong Kong.
«Instamos al gobierno chino a que respete los derechos y libertades garantizados por la Ley Básica y la Declaración Conjunta Sino-Británica», escribió Wong en Twitter.
A la vez, la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC) calificó la situación de una «peligrosa escalada en la guerra de Beijing contra la disidencia global».
«Estos comentarios exacerbarán las tensiones comunitarias y es probable que precipiten en violaciones inaceptables de la soberanía», escribió el grupo parlamentario en Twitter.
El IPAC instó además a los gobiernos occidentales a comprometerse a emprender acciones firmes y sustantivas contra cualquier posible extralimitación de Beijing en la detención de disidentes residentes en sus países.
En este sentido, Beijing tiene sus formas. Múltiples relatos de comunidades en el extranjero dicen que se enfrentan a acoso e incluso secuestros por parte de operativos vinculados al PCCh en el extranjero para traerlos de vuelta a China.
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