Hongkoneses desafían la represión luego del último ataque a la libertad de expresión

Por Cathy He
11 de agosto de 2020 10:42 PM Actualizado: 11 de agosto de 2020 10:42 PM

El control cada vez más estricto del régimen comunista sobre Hong Kong entró en una nueva fase luego de que la policía arrestara al magnate de los medios de comunicación, Jimmy Lai, y allanara la sala de redacción de su periódico, avivando los temores de que Beijing tenga la intención de extinguir la libertad de prensa.

Lai, un crítico tenaz del Partido Comunista Chino (PCCh), fue arrestado el 10 de agosto, junto con sus dos hijos por acusaciones de colusión con fuerzas extranjeras bajo la nueva Ley de Seguridad Nacional de la ciudad promulgada por Beijing. Más tarde en el día, más de 200 agentes de policía allanaron la sala de redacción del periódico de Lai, el Apple Daily, el medio de comunicación prodemocracia más grande de la ciudad, y reunieron 25 cajas de pruebas.

El mismo día, otras figuras de los medios de comunicación y de la democracia fueron arrestadas, incluyendo a la destacada activista Agnes Chow. La policía dijo que 10 personas, nueve hombres y una mujer, fueron arrestadas el 10 de agosto, sin dar más detalles.

Los arrestos y la redada fueron ampliamente rechazados por las autoridades y activistas de todo el mundo.

«Este es el ataque más atroz hasta ahora contra lo que queda de la prensa libre de Hong Kong», dijo Chris Patten, el último gobernador británico de Hong Kong, en un comunicado emitido el 10 de agosto por la ONG Hong Kong Watch.

Los gobiernos de Estados Unidos. y el Reino Unido expresaron su profunda preocupación por la medida. El Reino Unido dijo que los arrestos eran una prueba más de que la ley de seguridad nacional estaba siendo utilizada como «pretexto para silenciar a la oposición». Hong Kong fue una antigua colonia británica hasta que el territorio fue devuelto a China en 1997, y el régimen prometió que iba a permitir a la ciudad un alto nivel de autonomía y libertades que no se disfrutaban en China continental.

El fin de las libertades

El PCCh ha presidido una campaña intensa contra las fuerzas prodemocráticas en Hong Kong desde que la ley de seguridad nacional entró en vigor el mes pasado.

La ley castiga cualquier acción que Beijing considere subversión, secesión, terrorismo, y colusión con fuerzas extranjeras con hasta cadena perpetua. Antes de la implementación de la ley, Beijing y el gobierno de Hong Kong dijeron que solo se usaría contra una pequeña minoría de criminales y que no afectaría a las libertades de la ciudad.

Desde julio, se prohibieron las consignas populares de protesta, los candidatos a favor de la democracia fueron descalificados de las elecciones para el Consejo Legislativo, y los activistas prodemocráticos, incluidos adolescentes, han sido arrestados en virtud de la ley de seguridad. La líder de Hong Kong, Carrie Lam, anunció el 31 de julio que pospondría las próximas elecciones por un año, citando el brote del virus del PCCh. Sin embargo, los activistas dicen que el gobierno a favor de Beijing utilizó la pandemia como excusa para evitar una probable derrota aplastante en las urnas.

«Es muy obvio que el régimen y el gobierno están utilizando la ley de seguridad nacional para reprimir a los disidentes políticos», dijo Chow a los periodistas luego de ser liberada bajo fianza el martes por la noche, y agregó que fue acusada de conspirar con fuerzas extranjeras. Lai fue liberado bajo fianza más tarde en la madrugada del miércoles.

El régimen también ha ejercido la ley para perseguir a los activistas de Hong Kong que viven en el extranjero. El 31 de julio, las autoridades de Hong Kong emitieron órdenes de arresto contra seis defensores que actualmente están en el extranjero, incluido un ciudadano estadounidense, acusándolos de secesión o colusión con fuerzas extranjeras.

Beijing dijo que la ley de seguridad tiene aplicación extraterritorial, lo cual significa que también se aplica a delitos cometidos fuera de la ciudad por extranjeros.

Hongkoneses desafiantes

A pesar de la creciente represión, los habitantes de Hong Kong se han manifestado en apoyo al movimiento prodemocracia.

La edición del martes del Apple Daily voló de los puestos, ya que muchos locales hicieron cola desde temprano en la mañana para comprar el periódico. Algunos supermercados los compraron y los dejaron para que los clientes se los llevaran gratis. Algunos manifestantes fueron a un centro comercial en la ciudad de Sha Tin y gritaron consignas mientras sostenían el periódico.

En un centro comercial en el concurrido distrito de Mong Kok, una mujer de mediana edad llevaba un letrero dibujado a mano con el logotipo del Apple Daily. Ella dijo que la redada en la sala de redacción fue «completamente ilegal», y agregó que continuará apoyando al periódico porque «sin libertad de expresión, Hong Kong caerá».

Mientras tanto, las acciones de Next Digital, la compañía de medios que publica Apple Daily, se dispararon luego del arresto de Lai y al día siguiente también, ganando más del 2078 por ciento desde el cierre del viernes pasado, luego de que los foros prodemocracia online pidieran a los inversores que mostraran su apoyo.

Su valor de mercado aumentó el martes hasta 5170 millones de dólares hongkoneses (USD 666.7 millones), de un valor de 200 millones de dólares hongkoneses el viernes pasado.

En otra muestra de apoyo, se formaron largas colas a la hora del almuerzo en el restaurante Cafe Seasons, propiedad del hijo de Lai, Ian.

La semana pasada, Estados Unidos impusieron sanciones a la líder de Hong Kong, Carrie Lam, y a otros 10 funcionarios chinos y de Hong Kong, por su papel en la subversión de las libertades de la ciudad mediante la implementación de la nueva ley. Beijing tomó represalias el lunes al sancionar a 11 ciudadanos estadounidenses, incluyendo a legisladores federales y a jefes de organizaciones sin fines de lucro y grupos de derechos humanos con sede en Estados Unidos.

Jenny Wang, asesora estratégica de la Human Rights Foundation, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York, dijo que los arrestos y las redadas probablemente fueron una represalia por las recientes sanciones de Estados Unidos, y agregó que se esperan más arrestos de figuras a favor de la democracia en las próximas semanas.

«El gobierno chino continuará utilizando varias técnicas de su caja de herramientas autoritarias para suprimir las voces de los hongkoneses e invadir sus libertades», dijo Wang a The Epoch Times.

Eva Fu y Reuters contribuyeron a este informe.

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