Un hospital chino encontró en 10 días un donante compatible para un paciente que necesitaba un trasplante de pulmón, lo que vuelve a plantear dudas sobre el opaco negocio chino de los trasplantes de órganos.
Liu Hao, un seudónimo, se sometió a una operación de trasplante en un hospital de la costa este de China en 2019. Aquejado de neumoconiosis, daño pulmonar causado por respirar partículas de polvo, gastó unos 700,000 yuanes (USD 97,000) en su cirugía, incluidos 100,000 yuanes (unos USD 14,000) por el órgano.
En una entrevista concedida a The Epoch Times el 3 de agosto, explicó que para el trasplante de pulmón había que encontrar donantes que coincidieran en estatura y tamaño, así como en el grupo sanguíneo. El hospital preveía un tiempo de espera de entre un día y seis meses.
Él viajó 800 millas desde su ciudad natal, en el sur del país, hasta el hospital, y alquiló un apartamento cercano para esperar a un donante mientras se sometía a varios exámenes médicos. Al cabo de 10 días se le asignó un donante.
The Epoch Times se puso en contacto con el departamento de trasplantes del Hospital Popular de Wuxi, en la provincia de Jiangsu, donde Liu recibió su nuevo pulmón. Un miembro del personal dijo por teléfono que el hospital realiza entre 100 y 200 trasplantes de pulmón al año.
El primer paso es programar una evaluación con un médico, dijo el funcionario en la llamada del 4 de agosto. Después, uno se inscribirá en la lista de trasplantes y esperará a que el hospital le envíe más notificaciones.
«Algunos pacientes podrían tener un trasplante tan pronto como llegan», dijo a The Epoch Times. «Cuesta medio millón de yuanes (alrededor de USD 70,000) para un [trasplante] de pulmón único y un millón de yuanes (alrededor de USD 140,000) para un [trasplante] de pulmón doble».
Cuando se le preguntó por la procedencia del donante, dijo que ellos no estaban seguros y que tendrían que preguntar a un médico.
El Sr. Liu dijo que no sabía nada sobre los donantes. «Esto se mantendría en secreto para el paciente».
Entre los pacientes de trasplante de pulmón con los que Liu interactuó en el hospital había desde bebés hasta personas de más de 80 años, y procedían de toda China.
Con el nuevo pulmón, no puede realizar trabajos pesados y tiene que tomar fármacos contra el rechazo por el resto de su vida, dijo Liu.
Órganos sospechosos
El cirujano de Liu, Chen Jingyu, vicepresidente del Hospital de Wuxi, publica a menudo en las redes sociales sobre los trasplantes de pulmón que ha realizado.
En enero, dijo que el año pasado había realizado 205 trasplantes de pulmón en Wuxi y 165 en la cercana ciudad de Hangzhou, así como consultas en todo el país. En abril escribió que China recibe cada año unas 6000 donaciones de órganos de personas con muerte cerebral.
En respuesta a los comentarios en línea que cuestionaban las fuentes de órganos, Chen también respondió el año pasado que, en el año 2015, China pasó de tomar los órganos de los presos ejecutados a aquellos de donantes con «muerte cerebral».
Hasta la fecha, China no reconoce legalmente la muerte cerebral, o la pérdida de todas las funciones cerebrales, como muerte. Las normas éticas médicas exigen que el donante de órganos sea declarado muerto antes de que puedan extraerse órganos vitales.
En 2016, como diputado de la Asamblea Popular Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh), Chen abogó por una legislación sobre la muerte cerebral.
Plan de donación en China
El sistema de donación de órganos de China ha obtenido escasos resultados desde su puesta en marcha en 2013, con el resultado de unos pocos miles cada año.
El último impulso para aumentar las donaciones se produjo el 28 de abril, cuando importantes organismos chinos, entre ellos la Comisión de Salud, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el ministerio de Seguridad Pública, el ministerio de Asuntos Civiles y la Asociación General de Sociedades de la Cruz Roja, pidieron conjuntamente una mayor participación voluntaria.
En el anuncio se afirmaba que el objetivo quinquenal es lograr un crecimiento anual de más del 10% en el número de donantes de órganos registrados y una tasa de donación de ocho por millón de personas en la población nacional.
Un residente en Beijing que deseaba utilizar el seudónimo de Fang Ming, consideró que la medida favorecía en gran medida que algunos altos funcionarios prolongaran su vida con nuevos órganos.
El Sr. Fang declaró a The Epoch Times que no donaría órganos y que también diría a sus familiares y amigos que no lo hicieran «para no dar la vida a quienes tienen intereses creados».
En un informe de investigación publicado en enero, Médicos contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH) cuestionó al PCCh sus estadísticas sobre donantes de órganos, citando, por ejemplo, que en otros países hacen falta millones de donantes de órganos registrados para que haya 5000 donantes de órganos aptos. Sin embargo, las cifras oficiales de China para 2017 muestran 400,000 donantes de órganos registrados y más de 5000 órganos donados. Esta proporción es «inédita en otros países», dijo DAFOH.
En junio de 2019, el Tribunal de China, un panel independiente de profesionales médicos y jurídicos, concluyó que en China se realizan entre 60,000 y 90,000 trasplantes de órganos al año, una cifra muy superior a las estadísticas oficiales chinas, que oscilan entre 10,000 y 20,000.
Sir Geoffrey Nice QC, presidente del tribunal, declaró en una sentencia dictada en Londres que el tribunal recibió numerosas pruebas de que los médicos y hospitales chinos prometían tiempos de espera extremadamente cortos para los trasplantes de órganos, lo que no sería posible en un sistema normal de donación voluntaria de órganos.
Sustracción forzada de órganos
Los expertos médicos y de derechos humanos tienen una explicación alternativa para las fuentes de órganos en China: la sustracción forzada de órganos de presos de conciencia.
Entre ellos, una gran parte la constituyen los practicantes de Falun Gong, una práctica espiritual con ejercicios de meditación y una filosofía moral centrada en la verdad, la benevolencia y la tolerancia.
El PCCh lanzó en 1999 una campaña nacional para erradicar esta fe, que contaba entonces con entre 70 y 100 millones de practicantes.
El Tribunal de China concluyó en marzo de 2020 que la sustracción forzada de órganos «se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y que los practicantes de Falun Gong han sido una -y probablemente la principal- fuente de suministro de órganos».
Chen, el cirujano que realizó un trasplante de pulmón a Liu, fue acusado de sustracción forzada de órganos de practicantes de Falun Gong, ya en 2016, por la Organización Mundial para Investigar la Persecución de Falun Gong (WOIPFG), una organización sin ánimo de lucro centrada en responsabilizar a los autores de violaciones de derechos humanos.
Hace dos meses, la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Protección de Falun Gong, el primer proyecto legislativo estadounidense que aborda la persecución del PCCh contra esta confesión.
Si se promulga, la ley prohibirá toda cooperación de Estados Unidos con China en materia de trasplantes de órganos y establecerá sanciones y restricciones de visado para las personas cómplices de la sustracción forzada de órganos. El proyecto aún debe avanzar en la cámara legislativa alta y ser firmado por el presidente antes de convertirse en ley.
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