Existe preocupación por la creciente influencia de Beijing en Asia-Pacífico después de que el gigante de la tecnología y las telecomunicaciones con sede en China, Huawei, anunciara que invertiría 100 millones de dólares estadounidenses (136 millones de dólares australianos) en la creación de su cartera de startups en Asia-Pacífico.
El programa Spark de Huawei Cloud —que tiene como objetivo inscribir a 1000 empresas emergentes en la región— ha ampliado su alcance para abarcar Indonesia, Filipinas, Sri Lanka y Vietnam, después de haber establecido ya centros para empresas emergentes en Singapur, Hong Kong, Malasia y Tailandia.
«Desde su lanzamiento en 2017, HUAWEI CLOUD ha sido la nube de más rápido crecimiento del mundo, y ha impulsado el crecimiento de innumerables startups», dijo el CEO de la Unidad de Negocio de la Nube de Huawei, Zhang Ping’an.
«A través de este programa, estamos trabajando con los gobiernos locales, con las principales incubadoras, con conocidas firmas de VC (capital riesgo) y con las mejores universidades para construir plataformas de apoyo para las startups en muchas regiones».
El programa busca hacer crecer los «ecosistemas» de startups en Asia-Pacífico, inyectando a las empresas u organizaciones financiación y proporcionándoles acceso a los servicios de Huawei.
Sin embargo, el profesor de seguridad cibernética y director del Centro de Seguridad Cibernética de la Universidad RMIT, Matthew Warren, advirtió que la gran influencia de Beijing sobre las empresas chinas significa que la medida puede aumentar el control del PCCh en la región.
«También está directamente relacionado con la proyección del poder chino», dijo Warren a The Epoch Times en un correo electrónico.
«Huawei quiere desarrollar un ecosistema en toda la región de Asia-Pacífico que le permita generar y poseer nueva PI (propiedad intelectual), y una extensión de esto sería que entonces también sería propiedad de China».
Warren también destacó la capacidad de Beijing de utilizar a Huawei para el espionaje.
Al titán tecnológico chino se le ha prohibido instalar sus sistemas de telecomunicaciones a nivel internacional —incluyendo Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda, Japón y Taiwán— por la preocupación de que la organización ayude en los planes de vigilancia encabezados por Beijing.
En concreto, las empresas emergentes aceptadas en el Programa Spark recibirán «recursos gratuitos en la nube de Huawei», así como soporte de hardware para la IA/aprendizaje automático y el 5G.
Esto significa que Huawei controlará los datos de las organizaciones y los almacenará en sus centros de datos.
Además, la Ley de Inteligencia Nacional de Beijing establece que «todas las organizaciones y ciudadanos deben apoyar, ayudar y cooperar con las iniciativas de inteligencia nacional de acuerdo con la ley», y que «las instituciones de trabajo de inteligencia nacional deben utilizar los medios, tácticas y canales necesarios para llevar a cabo los planes de inteligencia, tanto a nivel nacional como en el extranjero».
Pero Huawei negó las acusaciones, citando al primer ministro chino Li Keqiang, quien dijo que esto no era coherente con las leyes de Beijing.
«Así no es como se comporta China (…) no hicimos eso y no lo haremos en el futuro», dijo Keqiang.
Sin embargo, Warren no estuvo de acuerdo, especialmente tras las dudas internacionales sobre el uso de Huawei por parte de Beijing para el espionaje.
«Huawei ha estado manejando un relato durante mucho tiempo de que no cumpliría con ninguna solicitud del gobierno chino en relación con la Ley de Inteligencia Nacional», dijo Warren.
«En mi opinión, esto es falso, y Huawei compartiría información de inteligencia con el gobierno chino, si es que no lo está haciendo ya».
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