Las cuatro personas muertas en el tiroteo en una escuela de Georgia fueron identificadas.
Dos estudiantes, Mason Schermerhorn y Christian Angulo, murieron en el tiroteo ocurrido en el instituto Apalachee de Winder el 4 de septiembre, según informaron las autoridades.
Ambos estudiantes tenían 14 años.
Richard Aspinwall, de 39 años, y Christina Irimie, de 53 años, quienes eran maestros en la escuela, también murieron, según el Buró de Investigación de Georgia.
Al menos otras nueve personas resultaron heridas en el ataque, que, según las autoridades, fue perpetrado por un estudiante de 14 años llamado Colt Gray. Él fue arrestado y está bajo custodia.
Todos los heridos, que fueron trasladados a un hospital cercano para recibir tratamiento, van a sobrevivir, dijo el sheriff del condado de Barrow, Jud Smith, a los reporteros en una conferencia, citando al personal hospitalario. «No esperamos más fallecimientos», agregó.
«Los que fallecieron son héroes en mi opinión», dijo Chris Hosey, director del Buró de Investigación de Georgia, durante la conferencia. «Los que están en el hospital recuperándose en este momento también son héroes en mi opinión».
El presidente Joe Biden dijo en un comunicado que él y la primera dama Jill Biden están de luto «por las muertes de aquellos cuyas vidas fueron truncadas debido a mas violencia armada sin sentido y pensando en todos los sobrevivientes cuyas vidas cambiaron para siempre».
El expresidente Donald Trump, candidato presidencial republicano, dijo en Truth Social «estos queridos niños nos fueron arrebatados demasiado pronto por un monstruo enfermo y trastornado».
La candidata presidencial demócrata y vicepresidenta, Kamala Harris, dijo durante una parada de campaña en New Hampshire: «Es simplemente indignante que todos los días, en nuestro país, en los Estados Unidos de América, los padres tengan que enviar a sus hijos a la escuela preocupados por si sus hijos volverán a casa con vida».
El instituto Apalachee, inaugurado en 2000, tiene unos 1900 alumnos, según los registros de las autoridades educativas de Georgia.
Colt entró en la escuela por la mañana y empezó a abrir fuego, según las autoridades. Dos agentes de recursos escolares se encontraron con el tirador pocos minutos después de que se emitiera un informe de disparos, según Hosey.
«En cuanto se pusieron en contacto con él, se rindió inmediatamente», dijo Smith.
Dos agentes están destinados regularmente a la seguridad de la escuela. Un tercero estaba allí el miércoles para ayudar a esos dos, dijo Smith.
Los agentes son «los verdaderos héroes también», dijo Smith.
Las autoridades seguían investigando cómo obtuvo el sospechoso el arma utilizada en el tiroteo y cómo la introdujo en la escuela del condado de Barrow, una zona suburbana en rápida expansión situada en los límites del área metropolitana de Atlanta.
El miércoles en Winder, Landon Culver, un estudiante de 11º grado, dijo que salió de su clase de álgebra para tomar agua cuando escuchó disparos y luego vio a alguien que llevaba una sudadera con capucha negra y un arma larga.
«No me quedé mucho tiempo mirando», dijo.
En lugar de eso, volvió corriendo al aula y cerró la puerta. La clase se apiñó en el fondo, a oscuras, y esperó a que terminara el alboroto. Culver escuchó los disparos en el edificio.
«Solo te preguntas, ¿cuál de ellos será alguien de quien eres mejor amigo o alguien a quien amas?» dijo. «Escuchas sobre este tipo de cosas, pero nunca piensas que te va a pasar a ti hasta que sucede».
Cuando Erin Clark, de 42 años, recibió un mensaje de su hijo Ethan, un estudiante de último año, diciendo que había un tirador activo, ella salió corriendo de su trabajo en el almacén de Amazon hacia la escuela. Los dos se enviaron mensajes de texto diciendo «te quiero», y Clark rezó por él mientras conducía.
Con el camino principal hacia la escuela bloqueado, ella estacionó y corrió con otros padres. Fueron dirigidos al campo de fútbol, y en medio del caos, Clark encontró a Ethan sentado en las gradas.
Clark dijo que su hijo estaba escribiendo un ensayo en clase cuando escuchó los primeros disparos. Trabajó con sus compañeros para proteger la puerta y esconderse.
«Estoy muy orgullosa de él por lo que hizo», dijo. «fue muy valiente».
«Me da miedo enviarlo de vuelta. No sé qué voy a hacer».
Con información de The Associated Press.
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