Comentario
A principios de noviembre, 50 izquierdistas estadounidenses viajaron a Cuba para reunirse con organizaciones comunistas en la isla.
La delegación, que incluía a reconocidos miembros de la Organización Socialista Camino de la Libertad y su grupo satélite Raíces de Izquierda (LeftRoots), se reunió con funcionarios de una importante organización internacional del frente comunista, un auxiliar del gobierno cubano y varias «organizaciones no gubernamentales».
Deberían plantearse importantes cuestiones sobre la legalidad de esta visita.
En junio, la administración Trump anunció nuevas restricciones para los ciudadanos estadounidenses que viajan a Cuba. Hasta ahora, los estadounidenses podían viajar a la isla solo bajo categorías específicas, que incluían viajes en grupo organizados conocidos como «viajes en grupo de persona a persona». Ese vacío legal -que durante mucho tiempo explotaron los grupos comunistas de Estados Unidos- ya está técnicamente cerrado.
Según CNN, el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo en una declaración que las restricciones son el resultado de que Cuba continúe «desempeñando un papel desestabilizador en el Hemisferio Occidental, proporcionando un punto de apoyo comunista en la región y apuntalando a los adversarios de EE.UU. en lugares como Venezuela y Nicaragua, fomentando la inestabilidad, socavando el imperio de la ley y reprimiendo los procesos democráticos».
«El Departamento de Estado anunció que ‘en el futuro, Estados Unidos prohibirá a los viajeros estadounidenses ir a Cuba bajo la anterior autorización de viaje de ‘grupo educativo de persona a persona'».
Los 50 delegados estadounidenses llegaron a Cuba el 30 de octubre para asistir al «Encuentro antiimperialista de solidaridad, por la democracia y contra el neoliberalismo», que tuvo lugar en La Habana del 1 al 3 de noviembre.
La conferencia fue organizada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, la Organización Central de Sindicatos Cubanos, la Sección Cubana de Movimientos Sociales y la Convergencia Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo.
Según el Consejo Mundial de la Paz, controlado por los comunistas, el evento fue diseñado para crear una oposición internacional a los intentos del gobierno de Estados Unidos de aislar al régimen comunista cubano:
«La reunión de La Habana expresa la decisión de la Revolución Cubana de responder a la demanda de la izquierda política, social y del Movimiento de Solidaridad con Cuba de que nuestro país siga siendo un punto de encuentro de las luchas de los pueblos de nuestro continente».
«Hemos propuesto que el evento sea una contribución real para enfrentar la actual ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo estadounidense, para buscar la unidad más amplia posible de las fuerzas de izquierda en la región y para fortalecer la solidaridad militante con las causas justas defendidas por los pueblos. En la actual situación política, marcada por la agresividad de la administración Trump, se buscarán nuevas vías para reforzar la solidaridad con estas causas en el mundo, principalmente en nuestra región. (…)».
«La creciente hostilidad contra Cuba y otros países de la región, la persecución judicial de los líderes progresistas, la imposición de un neoliberalismo reciclado, son rasgos distintivos de la actual política estadounidense hacia América Latina y el Caribe que despiertan la capacidad de lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños».
«De igual manera, la movilización con motivo de centenares de luchadores sociales, dirigentes políticos, intelectuales, campesinos, mujeres, indígenas, activistas solidarios, entre otros; constituirá un formidable estímulo a la heroica resistencia del pueblo cubano, decididos a derrotar el bloqueo y a llevar adelante la actualización de su modelo de desarrollo económico y social».
¿Le suena esto político? ¿Suena como si la conferencia hubiera sido diseñada para unir la más amplia coalición de fuerzas posible en contra de la actual política de Estados Unidos hacia Cuba?
La delegación viajó bajo el nombre de un grupo coordinador llamado «Se Necesitan Raíces», una unión de la Alianza de la Justicia Social de las Bases, Alianza por el Derecho a la Ciudad, la Red Ambiental Indígena y la Alianza por la Justicia Climática. Todas estas organizaciones están estrechamente vinculadas al grupo comunista pro-China Camino para la Liberación (hasta abril conocido como Organización Socialista Camino de la Libertad o FRSO) y Raíces de Izquierda.
El propósito explícito de la delegación era «construir relaciones más profundas, afirmar los principios de solidaridad e internacionalismo de las bases, y continuar luchando por una transformación sistémica contra el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo y el racismo», según una publicación de Facebook.
Antes y después de la conferencia, la delegación de Se Necesitan Raíces se reunieron con varias organizaciones cubanas.
La primera fue una reunión en el inofensivamente denominado Centro Martin Luther King Jr. en La Habana, uno de los organizadores de la conferencia. El centro fue fundado el 25 de abril de 1987, como «una iniciativa dirigida a promover valores como la solidaridad y la justicia», según una publicación de Facebook de la Alianza por la Justicia Climática. El centro trabaja con religiosos izquierdistas «desde una teología crítica y liberalizadora», también conocida como la «Teología de la Liberación» marxista.
También estaban en la lista de visitantes un centro de cuidado infantil cubano y Casa Tomada MirArte, un proyecto comunitario que está «usando la educación popular y el arte para explorar temas de raza, género y sexualidad». El grupo se reunió con Norma Rita Guillard Limonta, «psicóloga social, investigadora de género, sexualidad, raza e identidad, y cofundadora del Grupo Oremi, un grupo de discusión de lesbianas en Cuba», según una publicación de Facebook de Se Necesitan Raíces.
Más obviamente política fue la visita de la llamada misión puertorriqueña en La Habana para «una conversación sobre la lucha por la independencia del pueblo puertorriqueño, la relación histórica entre Cuba y Puerto Rico, los pueblos indígenas en ambos países, [y] el embargo de Estados Unidos», según otra publicación de Facebook.
Cuba ha apoyado desde hace mucho tiempo a los grupos comunistas puertorriqueños, incluidos los revolucionarios violentos, en su búsqueda de independencia de Estados Unidos.
También en el programa había una reunión con la Federación de Mujeres Cubanas. La federación, un organismo patrocinado por el Estado, fue fundada en los primeros días de la revolución cubana bajo la dirección de Vilma Espin, quien luchó en la Sierra Maestra con los líderes comunistas Fidel Castro y Raúl Castro. Espin se casó con Raúl Castro en 1959 y permaneció como presidenta de la federación hasta su muerte en 2007.
Aún más preocupante fue la reunión de la delegación con el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (MOVPAZ) para «discutir los esfuerzos antimilitaristas».
«MOVPAZ compartió información importante y enseñó a la delegación sobre su poderoso trabajo en torno a los esfuerzos para cerrar la prisión de Guantánamo, impulsar el desarme nuclear, luchar por la justicia climática, y más», escribió en una publicación de Facebook de Se Necesitan Raíces.
MOVPAZ es la filial cubana del Consejo Mundial de la Paz, una vez la mayor organización internacional de la Unión Soviética. El Consejo de Paz, que ahora está dirigido en gran parte por comunistas griegos y cubanos, sigue siendo uno de los órganos de coordinación comunista más influyentes del planeta. Tiene afiliados en todo el mundo, incluyendo el Consejo de Paz de Estados Unidos, el Congreso Canadiense de Paz y el Movimiento Mexicano por la Paz y el Desarrollo, además de dos organizaciones «amigas», la Asociación del Pueblo Chino para la Paz y el Desarme y la Federación Internacional para la Paz y la Conciliación con sede en Rusia.
Muchos afiliados del Consejo de Paz de Estados Unidos participan activamente en el movimiento de protesta contra Trump, y otros trabajan con miembros del Congreso para promover la desindustrialización de Estados Unidos, el desarme y la reducción del presupuesto militar de EE. UU., un objetivo a largo plazo de Rusia, China y Cuba.
En enero, los líderes de Se Necesitan Raíces y Alianza por la Justicia Climática fueron al Congreso, donde estaban «emocionados por compartir nuestra visión de una Transición Justa y el Nuevo Pacto Verde (Green New Deal) con la representante Alexandria Ocasio-Cortez», según una publicación de Facebook de la Alianza por la Justicia Climática.
En junio, los líderes de Se Necesitan Raíces y Alianza por la Justicia Climática se reunieron con el candidato presidencial Bernie Sanders «para discutir cómo podemos movernos de una Transición Justa a una Economía Regenerativa e impulsar la Justicia Climática», según otra publicación.
Claramente, Se Necesitan Raíces es una organización muy política. También es obvio que los miembros de la delegación reciente simpatizan con las organizaciones comunistas cubanas que trabajan para promover la agenda de La Habana contra el gobierno de Estados Unidos.
Esto es jurídicamente controvertido en múltiples frentes. Es posible que la delegación haya estado infringiendo la ley de Estados Unidos al reunirse con organismos del gobierno cubano para tratar asuntos claramente políticos. ¿Alguno de los delegados está inscrito en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en virtud de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA, por si sigla en inglés)?
Aunque entiendo que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha estado ocupado protegiendo a los Estados Unidos de la colusión rusa y la corrupción ucraniana, tal vez podría dedicar un poco de tiempo a la colaboración cubana?
Los izquierdistas estadounidenses parecen estar trabajando con organizaciones cubanas en contra de la política del gobierno de Estados Unidos. ¿Podría el Departamento de Justicia comentar sobre la legalidad de la delegación de Se Necesitan Raíces en Cuba y sus acciones relacionadas?
Trevor Loudon es un autor, cineasta y conferencista de Nueva Zelanda. Durante más de 30 años, ha investigado los movimientos de izquierda radical, marxista y terrorista y su influencia encubierta en el ámbito político principal.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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