Rusia ha reiterado su amenaza de atacar los envíos de armas a Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, dijo el viernes que atacar cualquier carga que se crea que lleva armas es parte de un «juego limpio», al tiempo que prometió bloquear la transferencia de los sistemas de defensa aérea S-300 de la era soviética a Kiev.
“Sería un juego justo [atacar] cualquier carga que entre en territorio ucraniano y que consideremos que lleva armas”, dijo Lavrov en una entrevista con Russia Today.
Eslovaquia ha dicho que está lista para enviar su sistema S-300 a Ucrania «inmediatamente» siempre que reciba apoyo para proteger su propio espacio aéreo.
“Estamos dispuestos a hacerlo inmediatamente cuando tengamos un apoyo adecuado”, dijo Jaroslav Nad, ministro de Defensa de Eslovaquia, en una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, el 17 de marzo.
El S-300 es el único sistema de defensa aérea estratégica de Eslovaquia, dijo, y agregó que entregarlo a Ucrania crearía una «brecha de seguridad en la OTAN».
Lavrov dijo que Moscú «no permitirá» que el sistema S-300 sea entregado a Ucrania, calificando de «ilegal» la transferencia del sistema de la era soviética. Citó los acuerdos intergubernamentales y los certificados de usuario que impiden la transferencia de sistemas de fabricación soviética o rusa a terceros países.
Tomasz Smura, director de la Oficina de Investigación de la Fundación Casimir Pulaski, un centro de estudios sobre política exterior y seguridad en Varsovia, le dijo a The Epoch Times en una entrevista telefónica que a menudo existen restricciones contractuales en relación con la reexportación de armas del tipo mencionado por Lavrov.
Pero dado que la invasión de Rusia a Ucrania es una grave violación al derecho internacional, dijo que termina siendo algo “simplemente ridículo” el intento de Lavrov de mostrar la transferencia del sistema S-300 como una ruptura de un acuerdo sobre exportación de armas.
Smura calificó los comentarios de Lavrov como una táctica destinada a infundir miedo en los países vecinos que buscan aumentar la ayuda militar a Ucrania. El hecho de que Rusia pusiera su arsenal nuclear en alerta máxima varios días después del inicio de las hostilidades fue una medida similar, dijo.
“Incluso antes de la guerra, Rusia había tratado repetidamente de asustar a sus vecinos, ya sea con misiles balísticos de corto alcance o amenazando con usar armas nucleares, así que esto no es nada nuevo”.
Smura agregó que los reveses rusos en Ucrania están detrás de las amenazas de Lavrov sobre apuntar a los convoyes de armas y detrás de otros intentos de limitar la ayuda militar de occidente.
La inteligencia británica ha dicho que las fuerzas rusas están limitadas en todos los frentes a causa de la “firme y bien coordinada” resistencia ucraniana.
“Las fuerzas rusas han hecho un progreso mínimo en tierra, mar o aire en los últimos días y continúan sufriendo grandes pérdidas”, dijo la inteligencia del Reino Unido en una actualización dada a conocer el 17 de marzo.
«Las fuerzas ucranianas alrededor de Kiev y Mikolaiv siguen frustrando los intentos rusos de rodear las ciudades. Las ciudades de Járkov, Chernígov, Sumy y Mariupol siguen cercadas y sometidas a fuertes bombardeos rusos», dijo la inteligencia británica en una actualización del 18 de marzo en la que se recalcó el «avance mínimo» de los rusos durante toda la semana en los frentes de guerra.
Rusia volvió a bombardear el viernes áreas en el oeste de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia. Allí, en la mañana, las fuerzas rusas lanzaron misiles a una planta de reparación de aviones, cerca del aeropuerto ucraniano de Leópolis (Lviv).
Se ha avanzado poco en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania.
El conflicto ha obligado a 3.3 millones de personas a abandonar sus hogares, según Naciones Unidas.
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