Los SEAL de la Marina de Estados Unidos recibieron instrucciones de sus superiores de que no podrán desplegarse en sus misiones si se niegan a recibir la vacuna contra COVID-19, incluso si se les concede una exención religiosa o médica, informaron los abogados que representan a las tropas de élite de operaciones especiales.
«Lo que se les ha dicho es que si solicitan una exención religiosa, ya no podrán ser enviados a las filas», dijo a The Epoch Times R. Davis Younts, el abogado que representa a siete SEAL y está en conversaciones para hacerse cargo de aproximadamente 20 más.
A su vez Timothy Parlatore, cuyo bufete también representa a varios SEAL de la Marina y a otros miembros del servicio preocupados por la orden de vacunación, dijo que sus clientes recibieron un ultimátum similar.
Algunos SEAL fueron incluso enviados a casa a mitad de su misión por negarse a recibir la vacuna contra el COVID-19, de acuerdo a lo dicho por uno de sus clientes.
Las razones por las que los SEAL no quieren vacunarse son las mismas que las de muchos estadounidenses no vacunados. Ellos creen que tienen la inmunidad natural o protección contra la reinfección después de enfermarse con COVID-19 y recuperarse. Un subgrupo son cristianos que no quieren ningún medicamento desarrollado con células de fetos abortados.
«Estos chicos no son contrarios a la vacuna, simplemente —dado el riesgo extraordinariamente bajo de COVID para ellos y el riesgo sustancial de efectos desconocidos a largo plazo de la vacuna— no se sienten cómodos con ella en este momento», dijo Parlatore a The Epoch Times.
Se desconoce el número exacto de SEAL de la Marina que están considerando no vacunarse, pero tanto Parlatore como un pastor que está asesorando a algunos de ellos dicen que son cientos. La pérdida de tantos SEAL podría devastar la fuerza de élite estadounidense, que cuenta con 2450 miembros en servicio activo. Hasta ahora, los abogados no han tenido éxito en sus intentos de convencer a los líderes militares de que modifiquen el duro requisito.
Poco después de que los organismos reguladores de medicamentos de Estados Unidos aprobaron en agosto la vacuna contra COVID-19 de Pfizer, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó a las tropas que se vacunen. Austin ordenó a los jefes de cada rama que redacten los requisitos, que son todos similares. El secretario de la Armada, Carlos Del Toro, emitió una orden de vacunación el 30 de agosto que dice que el personal de la Armada en servicio activo tendría que estar totalmente vacunado o tener un régimen de vacunación completo antes del 28 de noviembre.
El Departamento de Defensa dijo previamente que las tropas pueden solicitar exenciones, pero en las órdenes no se esbozaron exenciones y se dijo a los SEAL que se enfrentarían a medidas punitivas si no lo cumplían.
La Marina se negó a responder a preguntas para este artículo. El Comando de Guerra Especial de la Armada no respondió a una solicitud de comentarios.
Younts está solicitando exenciones religiosas para sus clientes, mientras que Parlatore se centra principalmente en las exenciones médicas.
El pastor Jeff Durbin, que dirige la iglesia Apologia Church, en la localidad de Mesa, Arizona, está atendiendo a algunos de los SEAL. Algunos que en el pasado se aplicaron las vacunas requeridas están preocupados por lo que consideran insuficientes datos de seguridad, especialmente en lo que respecta a los efectos a largo plazo, dijo Durbin. Las dos vacunas principales fueron autorizadas en diciembre de 2020.
«Ellos ven esto como una violación de las responsabilidades del gobierno y de su rol en términos de poder ordenar una nueva tecnología que nunca se ha empleado antes, con datos de seguridad muy sospechosos e incluso alarmantes», indicó Durbin a The Epoch Times.
Las autoridades sanitarias federales afirman que los datos de los ensayos y la información de otras fuentes muestran que las vacunas son seguras y eficaces. Los críticos señalan que el número de informes de acontecimientos adversos y muertes tras la vacunación se ha disparado y es mucho mayor para las vacunas COVID-19 que para cualquier otro tipo de vacuna. Las vacunas de Pfizer y Moderna utilizan la tecnología del ARN mensajero que es nueva y no se había utilizado antes en las vacunas previamente aprobadas.
Algunos de los SEAL comprobaron que ya se infectaron previamente con COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino). Eso significa, según los expertos médicos y una serie de estudios, que ellos gozan de un alto nivel de inmunidad contra la reinfección. Pero las actuales órdenes de vacunación no reconocen esa inmunidad. Los requisitos de Estados Unidos básicamente ignoran la inmunidad natural, mientras que algunos países europeos la permiten como alternativa a la vacunación.
«La inmunidad natural no se ha tenido en cuenta. En el pasado, para las vacunas había una excepción o una disposición que se podía hacer para que alguien que tuviera la inmunidad, o una serología que la demostrara, no tuviera que aplicarse la vacuna. Esto no ocurre con esta vacuna», dijo Younts.
Los abogados están tratando de convencer a los militares de que suavicen la orden y aborden la situación de manera diferente, especialmente a la luz del programa de vacunación contra el ántrax, que fue considerado ilegal y dejó a muchos miembros del servicio con reacciones adversas.
«Siempre que hay algo como esto, en el que se proporciona muy poca información sobre la seguridad de la vacunación y en su lugar se amenaza a todo el mundo con ‘tómala o si no’, eso provoca una resistencia natural», dijo Parlatore. «No hay que olvidar que se trata de la misma comunidad a la que se le administró la vacuna contra el ántrax sin los protocolos de seguridad adecuados, que un juez acabó deteniendo. Así que el Departamento de Defensa, por desgracia, no ha creado mucha confianza al obligar al personal a tomar vacunas relativamente nuevas».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.