El expresidente Donald Trump inició el 8 de abril un debate nacional sobre la ley del aborto con su anuncio de que cree que la legalidad del procedimiento debe ser determinada por los estados, no por el Congreso.
«Mi opinión es que, ahora que tenemos el aborto donde todos querían desde el punto de vista legal, los estados lo determinarán mediante votación o legislación, o quizá ambas cosas. Y lo que decidan debe ser la ley del país. En este caso, la ley del estado», dijo el presidente Trump en un mensaje de video publicado en su cuenta de Truth Social.
La reacción a los comentarios del expresidente no se hizo esperar.
La presidenta de Susan B. Anthony Pro-Life America, Marjorie Dannenfelser, declaró que su organización estaba «profundamente decepcionada» por sus comentarios.
«Los niños no nacidos y sus madres merecen protección nacional y defensa nacional frente a la brutalidad de la industria del aborto. La decisión Dobbs permite claramente actuar tanto a los estados como al Congreso», declaró la Sra. Dannenfelser en un comunicado.
«Decir que la cuestión ‘vuelve a los estados’ cede el debate nacional a los demócratas, que trabajan sin descanso para promulgar leyes que obliguen a abortar durante los nueve meses de embarazo. Si lo consiguen, acabarán con los derechos de los estados».
Mientras tanto, el dos veces compañero de fórmula del presidente Trump, el ex vicepresidente Mike Pence, criticó sus declaraciones como «una bofetada en la cara» a sus partidarios provida.
«Una mayoría de estadounidenses anhela ver unas protecciones nacionales mínimas para los no nacidos en la legislación federal. Pero hoy, demasiados políticos republicanos están demasiado dispuestos a lavarse las manos en la batalla por la vida», dijo el Sr. Pence en un posteo en X, antes Twitter.
«Los republicanos ganamos en la vida cuando decimos la verdad con valentía y nos basamos en el principio que todos sabemos que es cierto: la vida humana comienza en la concepción y debe defenderse desde el vientre materno hasta la tumba. Por mucho que nuestro candidato republicano u otros candidatos intenten marginar la causa de la vida, sé que los estadounidenses provida nunca cederán hasta que veamos que la santidad de la vida se restablece en el centro de la legislación estadounidense en todos los estados de este país».
El presidente Trump se ha pronunciado a favor de la vida, al mismo tiempo que se ha mostrado partidario de permitir el aborto en casos de violación, incesto y riesgo para la vida de la madre del bebé.
En los últimos meses, había sugerido que podría actuar como mediador para ayudar a encontrar un límite legal que pudieran apoyar ambas partes. Y el 19 de marzo parecía dispuesto a aceptar un límite federal de 15 semanas para el procedimiento.
«Ahora la gente está de acuerdo en 15 semanas, y yo pienso así», declaró a WABC. «Y saldrá algo que sea muy razonable, pero… 15 semanas parece ser un número en el que la gente está de acuerdo. Pero haré ese anuncio en el momento oportuno».
El senador Lindsey Graham (R-S.C.), que apoya la idea de un límite federal del aborto, declaró a The Epoch Times que su postura «tiene sentido si eres provida, porque la provida trata del bienestar del feto. No hay nada en la decisión Dobbs que diga que el gobierno federal no puede legislar en este ámbito».
El senador fue de los primeros en anunciar su desacuerdo con la postura del expresidente Trump.
«El movimiento provida siempre ha tenido que ver con el bienestar del niño no nacido, no con la geografía», dijo el Sr. Graham en un posteo en X.
El expresidente Trump respondió a las críticas del senador a través de Truth Social, acusándolo de «hacer un gran daño» al Partido Republicano y a Estados Unidos al adoptar una postura de línea dura sobre el aborto.
«Muchos buenos republicanos perdieron las elecciones por este asunto, y personas como Lindsey Graham, que son implacables, están entregando a los demócratas su sueño de la Cámara de Representantes, el Senado y quizá incluso la Presidencia», escribió.
Aun así, no todas las reacciones conservadoras a la declaración del presidente Trump fueron negativas.
El senador John Cornyn (R-Texas), por ejemplo, declaró a The Epoch Times que estaba de acuerdo con el expresidente en que la cuestión debería ser decidida por los estados.
«Desde un punto de vista práctico, no hay 60 votos para una norma nacional, así que creo que, tanto desde un punto de vista legal como práctico, es aquí donde debe recaer esa decisión», declaró el Sr. Cornyn.
Y la presidenta de Students for Life Action, Kristan Hawkins, aunque no estaba de acuerdo con algunos aspectos de la postura del expresidente, optó por acentuar los aspectos positivos.
«A diferencia del presidente Biden, el presidente Trump comienza sus comentarios sobre el aborto celebrando ‘la máxima alegría de la vida’: los hijos y la familia. Ese tipo de amor y apoyo a los cimientos de la sociedad, la familia, será un cambio bienvenido en la Casa Blanca», afirmó la Sra. Hawkins en un comunicado.
También dijo que se alegraba de que el presidente Trump no apoyara un límite de 15 semanas, que considera demasiado permisivo.
Aun así, añadió que los grupos provida «tienen claramente trabajo por hacer» para demostrar al expresidente que el aborto es realmente una cuestión federal.
«Las fronteras de tu estado nunca deberían significar el principio o el fin de tus derechos humanos».
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