Funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) en la región de El Paso decomisaron más de 124 libras de fentanilo y cocaína la semana pasada en cuatro incidentes separados, en medio de críticas por la laxitud de las políticas fronterizas.
El 30 de abril, los agentes que trabajaban en el Puente de las Américas incautaron cocaína por un total de 42.5 libras, según un comunicado de prensa de la CBP del 3 de mayo. La droga se encontró oculta en el interior de un vehículo Hyundai Elantra conducido presuntamente por un ciudadano estadounidense de 48 años. «La incautación se realizó cuando los agentes del CBP que supervisaban el sistema de inspección Low Energy Portal detectaron anomalías en el aspecto del vehículo y avisaron a los agentes primarios del CBP», señala el comunicado.
«Una inspección canina del automóvil resultó positiva y un escaneo Z-Portal (rayos X) del automóvil también reveló anomalías. Los oficiales de la CBP retiraron 18 paquetes llenos de cocaína de los paneles laterales del automóvil».
El 1 de mayo, agentes de la CBP en el puerto de entrada de El Paso Ysleta decomisaron 11.2 libras de fentanilo que estaban ocultas en un vehículo Seat Ibiza. Al parecer, la droga era transportada por un ciudadano mexicano de 26 años. CBP incautó el fentanilo durante una operación de aplicación de la ley.
El vehículo en cuestión fue seleccionado para un examen secundario, tras el cual se descubrieron paquetes de fentanilo en el compartimento central (zona de asientos delanteros, debajo del motor). En total, se extrajeron 15 paquetes del compartimento, según el CBP.
La semana pasada, los agentes de CBP de El Paso realizaron otras dos incautaciones de cocaína por un total de 70.8 libras. Los individuos arrestados fueron entregados a las autoridades federales.
«Las drogas incautadas por nuestra fuerza de trabajo de CBP no causarán daño en las comunidades que tenemos en común», dijo Héctor A. Mancha, director de operaciones de campo de CBP El Paso. «Estamos trabajando duro todos los días utilizando múltiples herramientas para identificar y detener a aquellos que intentan eludir nuestro proceso de inspección».
Las incautaciones de drogas de la CBP se producen en momentos cuando el expresidente Donald Trump culpó a las políticas fronterizas abiertas de la administración Biden de alimentar las sobredosis mortales de drogas en los Estados Unidos.
«Esto cambia el país, lo amenaza y lo destroza», dijo durante un acto el mes pasado. «Han destrozado nuestro país. Pero hoy me presento ante ustedes para declarar que el baño de sangre fronterizo de Joe Biden… va a terminar el día que yo tome posesión».
En el sitio web de su campaña, el presidente Trump dijo que utilizó todo el poder del gobierno durante su administración para evitar la entrada de drogas al país, reduciendo las muertes por sobredosis de drogas por primera vez en tres décadas.
El expresidente «impondrá un embargo naval total a los cárteles, ordenará al Departamento de Defensa que inflija el máximo daño a los líderes y las operaciones de los cárteles, designará a los cárteles como Organizaciones Terroristas Extranjeras y ahogará su acceso al sistema financiero mundial», dijo la campaña de Trump.
«El presidente Trump obtendrá la plena cooperación de los gobiernos vecinos para desmantelar los cárteles, o de lo contrario expondrá cada soborno y coima que permite a estas redes criminales preservar su reinado brutal. Pedirá al Congreso que garantice que los contrabandistas y traficantes de drogas puedan recibir la pena de muerte».
La administración Biden afirmó que estaba tomando medidas para contrarrestar el problema de las drogas. En febrero, dos altos funcionarios de la administración afirmaron que Estados Unidos y México impulsarán el intercambio de datos para frenar la entrada de drogas sintéticas en América.
Los acuerdos forman parte de un amplio esfuerzo «para facilitar la acción contra las organizaciones criminales que trafican con personas, armas y drogas ilícitas, incluido el fentanilo, en nuestras comunidades».
En una hoja informativa publicada el pasado mes de noviembre, la Casa Blanca afirmaba: «El gobierno de Estados Unidos, junto con nuestros socios, continuará con nuestros esfuerzos para prevenir la producción y el tráfico de drogas sintéticas ilícitas a través de múltiples iniciativas, entre ellas la Coalición Mundial para Abordar las Amenazas de las Drogas Sintéticas, que ha reunido a más de 100 países para hacer frente colectivamente al azote del fentanilo».
Fentanilo, China
La crisis del fentanilo a la que se enfrenta Estados Unidos es problemática, ya que no se trata únicamente de un problema de drogas, sino también de una preocupación geopolítica. Gran parte del fentanilo que entra en Estados Unidos procede de China. La Agencia Antidroga estadounidense (DEA) atribuye el 97 por ciento del fentanilo ilícito que entra en Estados Unidos a entidades que operan en China.
En abril, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre la Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino publicó un reporte en el que se detallaba cómo China está alimentando la crisis del fentanilo en Estados Unidos.
China «subvenciona directamente la fabricación y exportación de materiales ilícitos de fentanilo y otros narcóticos sintéticos mediante rebajas fiscales», afirmaba el informe. Pekín incluso concedió «subvenciones monetarias y premios a empresas que trafican abiertamente» con esas drogas.
«Hay incluso ejemplos de algunas de estas empresas que disfrutaron de visitas de funcionarios provinciales del gobierno de la RPC (República Popular China) que las felicitaron por su impacto en la economía provincial».
Una revisión de siete páginas chinas de comercio electrónico encontró más de 31 mil casos de empresas chinas que venden sustancias químicas ilícitas. China censura los contenidos sobre venta de drogas a nivel nacional «pero deja intactos los contenidos sobre narcóticos centrados en la exportación».
«La crisis del fentanilo contribuye a grupos criminales organizados chinos vinculados al PCCh, los impulsa a convertirse en los principales blanqueadores de dinero del mundo, enriquece la industria química de la RPC y tiene un impacto devastador en los estadounidenses».
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los opioides sintéticos como el fentanilo son los principales causantes de muertes por sobredosis en este país.
La mayor parte del fentanilo ilícito en Estados Unidos se fabrica en México a partir de precursores comprados a China, lo que pone de relieve la importancia de tener un control total de la frontera.
En una entrevista concedida a The Epoch Times el año pasado, el senador Ted Cruz (republicano de Texas) afirmó que los cárteles mexicanos «tienen un control operativo del 100 por ciento sobre nuestra frontera sur».
Este mes, el senador Joe Manchin (demócrata de Virginia Occidental) escribió una carta al presidente Biden en la que le pedía que utilizara su autoridad ejecutiva para cerrar la frontera sur y hacer frente al problema de los inmigrantes ilegales y las drogas.
«Para luchar contra los contrabandistas de drogas y los individuos que evitan deliberadamente ser detectados por la Patrulla Fronteriza, debería prohibirse a los agentes de la Patrulla Fronteriza que realicen tareas no humanitarias para que puedan enfocarse en hacer su trabajo», dijo el senador.
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