El recién investido presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, está reforzando los fuertes lazos económicos con China establecidos por su predecesor, Joko Widodo.
Cuando Widodo inauguró una era de grandes intercambios comerciales e inversiones entre su país y China, siempre estuvo claro que su sucesor, Subianto, seguiría el mismo camino.
Durante su primera visita oficial a Beijing desde que asumió el cargo en octubre, Subianto consiguió acuerdos comerciales y de infraestructuras por valor de 15,500 millones de dólares (10,000 millones de dólares estadounidenses), lo que supone una señal de la continua colaboración entre ambas naciones.
Así lo confirmó cuando terminó su visita a Beijing antes de dirigirse a la cumbre de la APEC en Perú.
Durante su visita de dos días, tuvo acceso a varios altos cargos del PCCh, entre ellos el líder del PCCh Xi Jinping, el primer ministro Li Qiang y Zhao Leji, presidente de la Asamblea Popular Nacional.
Dado que Widodo ha dejado un enorme legado político, Subianto desea dejar su huella en el país y en sus más de 284 millones de habitantes.
En su opinión, una forma de conseguirlo es desarrollar la capacidad de energía renovable del país.
Los acuerdos abarcan las infraestructuras, la energía verde, la tecnología digital y la agricultura, y los dos países indicaron su intención de aumentar el nivel de colaboración en tecnologías verdes como los vehículos de energía alternativa, las baterías de litio, la energía fotovoltaica y la economía digital.
Uno de los acuerdos estableció una Asociación de Recursos Minerales Verdes para apoyar la transición de ambos países hacia las energías renovables.
Indonesia es uno de los principales productores de muchos minerales, como bauxita, cobre, estaño y oro.
La asociación también allana el camino para que Beijing lidere el desarrollo de parques industriales en Indonesia, en particular el Parque Industrial de Kalimantan del Norte.
Esto sugiere que China puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la nueva capital, Nusantara. Nusantara lleva retraso y aún no ha sustituido a Yakarta como capital, a pesar de haber sido declarada formalmente como tal en agosto de este año, el día de la independencia del país.
China es ya el mayor socio comercial de Indonesia y una importante fuente de inversiones en nuevas instalaciones e infraestructuras.
En 2023, el valor total de su comercio con Beijing alcanzó los 139,000 millones de dólares. La inversión del PCCh en Indonesia ascendió a 7400 millones de dólares, lo que le convierte en el segundo mayor inversor extranjero del país después de Singapur.
Sin embargo, las actuales actividades de Beijing en Indonesia distan mucho de ser «verdes», y muchas son controvertidas por su impacto medioambiental y social. Por ejemplo, los proyectos mineros a gran escala financiados por China, como la extracción de níquel en Sulawesi, han provocado deforestación, contaminación del agua y el desplazamiento de comunidades.
La población local también se ha visto excluida de las oportunidades de empleo en estos proyectos en favor de los trabajadores extranjeros, y los que están empleados se quejan de explotación, incluidos salarios bajos y protecciones mínimas.
Un resultado notable de la visita de Subianto a Beijing fue un acuerdo para el desarrollo conjunto en las disputadas aguas del Mar de China Meridional, incluidas las que rodean las islas Natuna.
Es probable que este acuerdo suscite un interés más amplio, especialmente entre Estados Unidos y sus aliados, y los vecinos de Indonesia, como Filipinas.
El acuerdo incluye la cooperación en materia de pesca, petróleo y exploración de gas en la zona, donde la reivindicación de Beijing de la «línea de nueve rayas» (rechazada en 2016 por un tribunal de La Haya) se superpone a la zona económica exclusiva de Indonesia.
A mediados de octubre, buques chinos invadieron territorio indonesio cerca de las islas y se enfrentaron a buques de la Armada y la Guardia Costera indonesias.
Beijing puso a prueba al nuevo gobierno de Subianto.
Empleó las mismas tácticas cuando Widodo estaba en el poder, e inicialmente, reaccionó de forma agresiva. En 2016, un buque de la armada indonesia abrió fuego contra un pesquero chino, hiriendo a un pescador, y luego detuvo a varios más. Los pesqueros incautados fueron hundidos como parte del esfuerzo de Yakarta para disuadir la pesca ilegal extranjera.
Pero más adelante en su presidencia (quizá porque esperaba atraer inversiones extranjeras y ampliar el comercio) su enfoque se suavizó.
Mientras continuaban los enfrentamientos, el gobierno indonesio se limitó a reducir las confrontaciones públicas.
Sin embargo, la ascensión de Subianto pareció señalar el fin de este enfoque manso cuando la Guardia Costera indonesia publicó un vídeo que mostraba su último enfrentamiento con un buque de la Guardia Costera china.
En su lugar, Subianto parece estar demostrando que Indonesia puede ser amiga de Beijing, pero que también se defenderá si es necesario, al tiempo que reafirma su compromiso de neutralidad en las disputas del Mar de China Meridional.
Indonesia lleva mucho tiempo tratando de mantener fuertes lazos tanto con Estados Unidos como con China, y Subianto está dispuesto a preservar este equilibrio.
Subianto hizo escala en Washington de camino a Perú para entrevistarse con el presidente Biden y el presidente electo Trump.
Otra preocupación surgida de las recientes conversaciones bilaterales es el apoyo financiero de Beijing a la oferta de Subianto de comidas nutritivas gratuitas a los pobres de Indonesia como parte de su programa más amplio de bienestar social.
Durante la visita, Subianto dijo que esperaba aprender de la experiencia de China en la mejora de las condiciones de vida.
«Queremos aprender de la experiencia china, sobre todo de su rápido desarrollo en los últimos 30 años, especialmente en lo que se refiere a sacar a la gente de la pobreza», declaró Subianto en su reunión con Li Qiang.
La estrategia de Beijing en todo el Pacífico ha consistido no sólo en invertir en negocios y esperar que la población de los países se dé cuenta de que tiene que agradecer al PCCh los efectos indirectos, sino en intervenir directamente para proporcionar desde ayuda en caso de catástrofes hasta la construcción de estadios nacionales, todo ello con un perfil muy alto.
En este caso, ya lleva ventaja, pues la población indonesia tiene una opinión netamente favorable, y la opinión pública también está equilibrada entre China y Estados Unidos, lo que da a Beijing la oportunidad de profundizar su relación con Yakarta sin gran riesgo de un rechazo político o popular.
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