Comentario
El Partido Comunista Chino (PCCh) está ocupado desarrollando armamento de alta tecnología. A finales de la década, China dispondrá de tecnologías militares «disruptivas» capaces de sembrar el caos generalizado.
En otras palabras, China está desarrollando armas que «cambiarán el carácter de la guerra». Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué las universidades estadounidenses están ayudando a China a avanzar en su poderío militar?
Según un nuevo informe de la Fundación para la Defensa de las Democracias, una serie de universidades estadounidenses están estrechamente alineadas con varias universidades chinas, todas ellas estrechamente alineadas con el Ejército Popular de Liberación (EPL). El informe advierte que estas universidades chinas están fuertemente involucradas en el desarrollo militar del EPL —incluyendo su programa de armas nucleares— que continúa expandiéndose a un ritmo rápido.
¿Quién se beneficia cuando las universidades estadounidenses se asocian con empresas respaldadas por el PCCh? En una palabra: China.
Como se señala en el informe, las asociaciones fortalecen «el complejo militar-industrial más amplio de China, incluyendo su programa nuclear, plataformas de ciberespionaje y otras investigaciones de armas sensibles».
Esto es muy preocupante. Estados Unidos, hasta hace muy poco, era el actor dominante en la investigación tecnológica y armamentística. Sin embargo, las cosas han cambiado, y China es ahora la fuerza ascendente.
Aunque las universidades chinas han mejorado significativamente a lo largo de los años, China sigue confiando en «adquirir tecnología por cualquier medio posible», según un informe no confidencial de la Agencia de Inteligencia de Defensa.
Por «cualquier medio posible», como se puede adivinar, implica actos de espionaje y robo de propiedad intelectual (PI). El informe no confidencial se publicó en 2019; en los dos años transcurridos, poco ha cambiado. Es de conocimiento general que los chinos han estado robando ideas y tecnologías de Estados Unidos durante años.
En 2015, el Instituto Naval de Estados Unidos (USNI) publicó un artículo en el que se hablaba de la rápida expansión militar de China, y del hecho de que había sido (y sigue siendo) «reforzada con armas clonadas de los arsenales de otros países», incluido Estados Unidos.
China ha copiado una serie de aviones estadounidenses, como el Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter y el Northrop Grumman X-47B, según el artículo del USNI. Estos diseños fueron adquiridos a través de campañas de ciberespionaje altamente focalizadas.
Desde el cambio de siglo, los funcionarios de defensa estadounidenses han alertado sobre el reconocimiento técnico y los esfuerzos concertados de China para robar datos valiosos. Por desgracia, sus advertencias han sido ampliamente ignoradas.
El mencionado informe de la Fundación para la Defensa de las Democracias analiza los peligros de los Institutos Confucio (IC) y las formas en que sirven como plataformas que promueven facetas de la fusión militar-civil de China (MCF).
Para los inexpertos, la MCF tiene un objetivo y solo un objetivo: convertir al EPL en un «ejército de clase mundial» para 2049. El MCF está supervisado por el líder chino Xi Jinping, que también preside la Comisión Militar Central del PCCh y la Comisión Central para el Desarrollo de la Fusión Militar-Civil.
Según el informe, las alianzas de China con los IC «incluyen el establecimiento de asociaciones académicas y de investigación entre instituciones estadounidenses de primer nivel y universidades chinas que apoyan el complejo militar-industrial de Beijing».
En el marco de la fusión militar-civil, China se centra activamente en tecnologías clave, como la inteligencia artificial, la computación cuántica, los semiconductores y la tecnología aeroespacial.
El autor C. JoyBell C. escribió una vez: «No dejes que un ladrón entre en tu casa tres veces. La primera vez fue suficiente. La segunda vez fue una oportunidad. La tercera vez significa que eres estúpido».
Al permitir que China establezcan los Institutos Confucio en suelo estadounidense, el gobierno de Estados Unidos permitió que el PCCh entrara en 120 «casas» diferentes en todo el país. Aunque muchos están ahora cerrados, hay 30 de estos institutos que siguen operando en Estados Unidos hoy en día. Son 30 de más. En esta época de ciberespionaje, robo de propiedad intelectual, ciberpiratería y «guerra inteligente», Estados Unidos sigue dejando que China lo derrote.
Imagínese por un segundo que el zapato estuviera en el otro pie. Imagine que existiera el equivalente estadounidense de los IC, e imagine que 30 de estos institutos estuvieran operando en China, realizando espionaje y difundiendo propaganda. ¿Cómo respondería el PCCh? Uno se imagina que no de forma favorable. Recuerde que el primer IC llegó a Estados Unidos en 2004. Son casi 20 años de robos y mentiras.
Según Alex Joske, un investigador que trabaja con el Cyber Policy Center, las universidades deben desarrollar una «comprensión madura del Estado chino». Al trabajar con investigadores y científicos respaldados por el PCCh, están permitiendo al PCCh «mejorar su capacidad para mantenerse en el poder» indefinidamente.
Las universidades estadounidenses, a sabiendas o no, están ayudando a un ejército rival a ser aún más poderoso. Por supuesto, aquellos de disposición más delicada leerán esto y gritarán palabras como «racista» y/o «xenófobo». Pero, sostengo, no es ni racista ni xenófobo destacar verdades obvias.
El PCCh está utilizando las universidades de Estados Unidos para promover su agenda bastante siniestra. Lamentablemente, docenas de universidades estadounidenses están muy dispuestas a ayudar.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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