Tres inmigrantes ilegales fueron condenados a prisión federal por fabricar y distribuir metanfetamina en una casa de Norcross, Georgia, a menos de 60 metros de una escuela primaria y donde vivía un niño.
Roberto Arroyo-García, de 39 años, de nacionalidad mexicana y con antecedentes de dos deportaciones relacionadas con condenas por drogas, fue condenado el lunes a 22 años de prisión a los que seguirán 10 años de libertad supervisada, informó el Departamento de Justicia (DOJ) en un comunicado.
Zury Brito-Arroyo, de 28 años, y Bonifacio Brito-Maldonado, de 24, que también entraron ambos ilegalmente a Estados Unidos desde México, recibieron 21 y 19 años de prisión que serán seguidos por 10 y cinco años de libertad supervisada, respectivamente. Los tres, todos primos, se declararon culpables en octubre de 2019.
Según el DOJ, los agentes de inmigración que investigaban la distribución de metanfetamina en 2017 fueron conducidos a la casa de Norcross que creían que estaba siendo utilizada como un laboratorio de metanfetamina.
Mientras los agentes vigilaban la casa, los agentes de la Patrulla Estatal de Georgia detuvieron a Brito-Arroyo cuando se alejaba de ella con su hijo de 5 años y su esposa. Los agentes encontraron 10,000 dólares en efectivo envueltos en celofán en el coche, así como una pistola de 9 mm.
Los agentes registraron entonces la casa y encontraron a Arroyo-García y a Brito-Maldonado «operando activamente un laboratorio de metanfetamina» en un cobertizo del patio trasero. Según los informes del tribunal, los vapores químicos procedentes de la operación eran tan fuertes que uno de los hombres empezó a vomitar.
Los agentes incautaron de más de 23.6 libras de metanfetamina cristalina acabada en el cobertizo y en el interior de la casa, parte de la cual tenía una pureza superior al 90%, metanfetamina adicional en forma líquida que no había sido completamente procesada en forma sólida para su distribución, otra pistola de 9 mm, más de 8.500 dólares en efectivo y «otra parafernalia para el tráfico de metanfetamina, incluyendo respiradores, guantes de goma y balanzas digitales».
Los agentes también encontraron ropa de niños dentro de la casa. Más tarde confirmaron que un niño de 10 años relacionado con los hombres vivía allí.
También se registró otra residencia utilizada por Brito-Arroyo. Los agentes encontraron otra pistola de 9 mm, un contador de dinero electrónico y cuatro fajos de dinero en efectivo por un total de 41.000 dólares, según el comunicado.
Según Katrina Berger, agente especial del Departamento de Seguridad Nacional, una de las «consecuencias devastadoras» de la producción de metanfetamina son los vapores tóxicos y las sustancias químicas mortales que amenazan la salud de los niños que viven cerca.
«Estas sustancias químicas suponen un peligro extremo para cualquier persona que se encuentre en las inmediaciones», dijo Berger en el comunicado del lunes. «Los niños inocentes de la escuela de al lado e incluso los demás miembros de la familia en el hogar fueron puestos en peligro debido a la imprudencia de los acusados».
Aunque el comunicado del DOJ no especificaba el nombre de la escuela, el Atlanta Journal-Constitution la identificó como Rockbridge Elementary School, una escuela pública de Norcross con unos 1250 alumnos de los grados K-5.
«Estos hombres dirigían un laboratorio que producía sustancias químicas volátiles y tóxicas para producir metanfetamina concentrada», dijo el fiscal federal en funciones Kurt R. Erskine. «Al hacerlo, estaban exponiendo no solo a los miembros de su propia familia, incluidos los niños, una madre embarazada y una abuela, a un daño grave, sino también a los vecinos inocentes y a los niños de la escuela que desconocían por completo el peligro».
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