PIEDRAS NEGRAS, México—Mientras la administración Biden se prepara para revocar el Título 42, los grupos de chats de inmigrantes en WhatsApp están llenas de conversaciones sobre cómo podría afectar su entrada ilegal a Estados Unidos.
El Título 42, la orden de salud pública, permite la expulsión rápida de viajeros no esenciales, incluidos los extranjeros ilegales.
«Hola yo quisiera saber si después que quiten el Título 42, hay que pasar igual por el río bravo», pregunta un cubano en el grupo de chat de WhatsApp. Utiliza el nombre alternativo para el río que divide a México y Texas—los estadounidenses lo llaman Río Grande.
«En nombre de Dios manita por el río todo te va a salir bien pasa de madrugada 5 o 6 de la mañana, el río está más bajo y es menos peligroso», dice un integrante con número venezolano.
Si eres un inmigrante que se dirige a la frontera con EE. UU., lo más probable es que estés en un grupo de chat de WhatsApp. Los miembros del grupo en la aplicación de mensajería propiedad de Facebook comparten una gran cantidad de información sobre las políticas fronterizas actuales de EE. UU., dónde cruzar, a qué hora cruzar e incluso qué decirles a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
«El Título 42 está suspendido en ciertos estados. Puedes leerlo», dice alguien con número ecuatoriano. «Están pasando los cubanos, al menos por el estado de [Coahuila], en el grupo que estoy pasaron».
Otro venezolano aconseja que una vez que se levante el Título 42, «Al quitar el [título] 42 el ICE o Migración en USA es la que decide si usted se queda o no, después de una entrevista de miedo creíble. Y si ellos aceptan, entra, si no te mandan a México a esperar tu audiencia y listo».
Un integrante del grupo de chat con número mexicano dijo: «Para nadie es un secreto que muchos mienten con el miedo creíble» para pedir asilo.
“Solo pasarán los que realmente están en una situación de riesgo de su vida en su país de origen. Los que van a inventar tienen que armar muy bien ese miedo creíble”.
Los números de teléfono de un grupo de chat provienen de países como México, El Salvador, Colombia, Ecuador, Cuba, Venezuela, Honduras y Costa Rica.
Actualmente, más de la mitad de los inmigrantes ilegales no están actualmente sujetos a la eliminación del Título 42, ya que la administración Biden eximió a grandes categorías a partir de febrero de 2021. El Título 42 se utiliza mayoritariamente (98%) para expulsar a mexicanos y a algunos centroamericanos.
Alrededor del 70 por ciento de los inmigrantes ilegales devueltos bajo el Título 42 durante marzo eran mexicanos y otro 28 por ciento eran centroamericanos, según datos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Tanto en marzo como en abril se produjeron más de 210,000 encuentros con inmigrantes ilegales en la frontera y alrededor del 49 % de ellos fueron expulsados en virtud del Título 42.
El resto fueron procesados, y probablemente liberados dentro del país, bajo el Título 8 de la ley de inmigración, incluyendo más de 86,000 de países distintos a México, Guatemala, Honduras o El Salvador.
El Departamento de Seguridad Nacional, que ya se enfrentó a un nivel récord de inmigración ilegal durante el primer año de mandato del presidente Joe Biden, ha declarado que las formas de expulsar a los inmigrantes ilegales «serán limitadas» una vez que se revoque el Título 42.
Contratar a un coyote
En Piedras Negras, la ciudad mexicana de acceso a Eagle Pass, Texas, un flujo de migrantes cruza ilegalmente el río a diario, mientras otros esperan a conocer los cambios del Título 42 antes de volver a intentarlo.
Un hombre mexicano espera al final del camino a que salgan sus amigos. Fue procesado por la Patrulla Fronteriza el día anterior en Uvalde, Texas, y liberado a la mitad del puente internacional en Eagle Pass.
Hoy, sus amigos serán regresados de la misma manera, bajo el Título 42.
El hombre, Héctor (nombre ficticio), dijo que pagó a un traficante de personas, o «coyote», 35,000 pesos (1700 dólares) para ir de San Luis, México, a San Antonio, Texas. Desde allí, planeaba ir a Atlanta y conseguir un trabajo de construcción de forma clandestina.
El coyote había reunido a 50 personas para el viaje de 600 millas a San Antonio, lo que le generaría USD 87,000, tuviera o no éxito. Un viaje al mes le permitiría recaudar un millón de dólares en un año.
El grupo había cruzado cerca de Laredo y llevaba una semana caminando por tierras de rancho, dijo Héctor.
“Estábamos esperando al costado de la carretera para que nos recogieran y ahí fue cuando nos atraparon”, dijo.
El coyote había coordinado a los conductores para que recogieran al grupo a la orilla de la carretera y los llevaran a San Antonio. El plan consistía en eludir los controles de carretera de la Patrulla Fronteriza caminando, para luego viajar en coche hasta San Antonio y que todos se dispersaran desde allí.
El coyote fue recogido en el grupo, pero todos saben que no deben identificarlo y será procesado y regresado a México igual que ellos.
Un grupo de unos 10 mexicanos del sur vestidos de camuflaje de pies a cabeza sale del camino del puente internacional. Héctor los reconoce como parte de su grupo de la estación de procesamiento de Uvalde. Dijo que el coyote los animó a comprar ropa de camuflaje antes del viaje.
Héctor no quiso decir si tiene intención de volver a cruzar.
En el lado mexicano
Jorge Jiménez de Chiapas en el sur de México, ya había sido regresado a Estados Unidos cuatro veces bajo el Título 42.
En dos ocasiones lo habían atrapado en el tren en Uvalde, donde los agentes de la Patrulla Fronteriza y sus K-9 encuentran a cientos de inmigrantes ilegales, generalmente encerrados en depósitos de grano.
Las otras dos veces, lo atraparon poco después de cruzar el Río Grande. En todas las ocasiones, fue regresado a México el mismo día.
“Han pasado 11 días desde la última vez que lo intenté”, dijo Jiménez. “El río es demasiado alto, demasiado peligroso. Puedo nadar, pero aun así hace calor y tengo que caminar un largo camino para evitar a la Patrulla Fronteriza”.
Dice que va a seguir intentándolo. Su objetivo es llegar a San Antonio.
«Mi sueño es lograrlo y traer a mi esposa, para que mi hijo o hija pueda nacer en Estados Unidos», dijo Jiménez. Su mujer está embarazada de cuatro meses y sigue en Chiapas. Dijo que su negocio familiar de ropa está pasando por dificultades debido a la creciente actividad de los cárteles en la zona fronteriza entre México y Guatemala.
Jiménez estaba afuera de un albergue para migrantes en Piedras Negras que ofrece comida a los inmigrantes una vez al día a las 10 a. m. Otro albergue más adelante hace lo mismo.
Franklin Novio Sosa estaba terminando su comida afuera del albergue. Es de Nicaragua y dijo que ha estado en México durante ocho meses, pero que acaba de llegar a la ciudad fronteriza de Piedras Negras hace dos noches.
«Voy a cruzar lo antes posible. Ahora mismo hay mucha seguridad», dijo. «Soy diabético y tengo problemas de corazón, así que quiero asegurarme de que el rescate está ahí en caso de que lo necesite al cruzar el río».
Las patrullas militares adicionales y la presencia de la policía estatal se hicieron evidentes en Piedras Negras después de que el gobernador de Texas Abbott firmara un acuerdo de seguridad fronteriza con el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, el 14 de abril.
Sin embargo, durante varios días, The Epoch Times no vio que a nadie se le impidiera cruzar el río hacia Estados Unidos, y continuó un flujo constante de cruces fronterizos ilegales hacia Eagle Pass.
Sosa dijo que tiene un amigo en Indianápolis que tiene un lugar para que él se quede y un trabajo quitando la nieve.
«Dejé a mis hijos, así que trataré de traerlos en algún momento», dijo.
Dijo que Nicaragua tiene problemas, pero ahora es un buen momento para venir a Estados Unidos, porque “hay más oportunidad con este presidente”, refiriéndose a Biden.
El guatemalteco Santos Ramírez dijo que planea esperar unos días más antes de cruzar el río porque no está seguro de las leyes en este momento. Dijo que quiere confirmar que puede obtener asilo político.
“Bajo Biden parece que hay más oportunidades, especialmente con estos cambios que se avecinan”, dijo, refiriéndose al fin del Título 42.
Ramírez pasó seis meses viajando y trabajando por México, primero a San Luis, luego a Monterrey, donde finalmente tomó un tren a Piedras Negras.
Su plan es llegar a Spring Valley, Nueva York, donde viven su esposa y sus primos. La esposa de Ramírez cruzó ilegalmente hace dos años y desde entonces trabaja ilegalmente en un restaurante.
“Ella no ha hecho ningún proceso legal”, dijo. Sus tres hijos, de 15, 13 y 6 años, viven con su hermana en Guatemala.
“Ojalá algún día pueda traerlos legalmente”, dijo Ramírez.
En la orilla del Río Grande en Piedras Negras, un grupo de hondureños comienza a recorrer los 250 pies del río hacia Eagle Pass. El grupo de dos mujeres, un hombre y cuatro niños pequeños había sido regresado bajo el Título 42 una semana antes y estaban listos para intentarlo de nuevo. El río es rápido y profundo y los niños están asustados, pero logran cruzarlo y son recibidos por miembros de la Guardia Nacional de Texas, que los escoltan hasta los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Otro grupo se acerca al río. Un hombre sostiene a un bebé de 8 semanas y se prepara para cruzar con dos mujeres y tres niñas. Todos son de Honduras y es la primera vez que cruzan.
Una mujer guatemalteca se sumerge para ir con el grupo, pero se le rompe la sandalia y se retira rápidamente a la orilla del río. Dice que probablemente lo volverá a intentar mañana. Su hijo cruzó hace dos años y ella quiere reunirse con él en Washington.
Otra familia hondureña se sienta en la orilla del río y observa. Dijeron que llevan tres días en Piedras Negras y que están esperando cruzar. Planean viajar a Covington, Luisiana.
La cantidad de ahogamientos en esta sección del río ha aumentado recientemente, incluido un miembro de la Guardia Nacional de Texas que intervino para salvar a dos personas que luego se reveló que estaban involucradas en el tráfico de drogas.
Los datos preliminares de la CBP documentan 10 muertes en el Sector de la Patrulla Fronteriza de Del Rio durante el mes de abril.
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