Para garantizar una generación de adultos con buenos modales, es necesario enseñarle a los niños las normas de cortesía. Instruirlos en el arte de la etiqueta práctica —saber cómo y por qué deben comportarse— proporciona beneficios para toda la vida que transmitirán a sus propios hijos.
Apagar el teléfono
Patricia Rossi, autora de “Etiqueta cotidiana”, sugiere que se prohíban los teléfonos y cualquier otro aparato electrónico en la mesa. Es decir, nada de llamadas, mensajes de texto, juegos o lectura. Esta norma fomenta la conversación a la hora de cenar, que es otro aspecto de los buenos modales. Mientras estén en casa o en el auto, los niños deben respetar a los demás no hablando en voz alta ni distrayendo. Para fomentar los buenos modales y dar un buen ejemplo, los padres también deben cumplir esta norma.
Practicar los modales básicos en la mesa
Rossi recomienda enseñar a los niños a ponerse una servilleta en el regazo cuando se sienten y hacer que la usen cuando sea necesario. Enséñeles a utilizar el cuchillo para cortar la comida, no el tenedor. No sorber la sopa con la cuchara. Si la comida está caliente, dejar que se enfríe en lugar de soplar sobre ella. Nunca hables con la boca llena de comida, y pasa la comida alrededor de la mesa en lugar de cruzarla.
Un buen deportista
A nadie le gusta un sabelotodo, así que enséñele a sus hijos a respetar a sus amigos y compañeros de clase alegrándose cuando el otro niño cumpla una meta, obtenga las mejores notas o simplemente quiera contar su historia. Esto tiene el beneficio secundario de enseñarles a prestar atención a los demás. Personas de todas las edades aprecian a alguien que escucha activamente y participa en una conversación. Enséñales que también es bueno darle la palabra a los demás.
Servicial y puntual
El trabajo en equipo no es solo para los deportes. Enseñe a sus hijos a ayudar en las tareas de la casa, como sacar la basura, ayudar a cargar el lavavajillas, ayudar en el jardín y alimentar y bañar a sus mascotas. Enséñeles la importancia de mostrar respeto por los demás siendo puntuales en el colegio, así como en las citas de juego con los amigos, en las comidas familiares y en otros eventos. Siendo respetuosos, también se ganarán el respeto.
Ser educado
Sin descartar la importancia de enseñarle a sus hijos a desconfiar de los extraños, es necesario que aprendan a ser educados con los demás. Por ejemplo, los vecinos que no conocen por su nombre pero que ven a menudo, el cartero, los repartidores, los cajeros del supermercado, etc. Reconocer a los demás con una sonrisa y un cordial “hola”, “por favor” o “gracias” suele ser recompensado con una sonrisa de vuelta y podría ser el mejor momento del día de esa persona.
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