Análisis de noticias
Los ucranianos se despertaron con el sonido de los bombardeos el 24 de febrero después de llegar el momento tan temido, Rusia invadió Ucrania.
El reconocimiento por parte del presidente ruso Vladimir Putin de dos repúblicas ucranianas separatistas y la posterior invasión de Ucrania llevó a Estados Unidos y Europa a imponer sanciones, entre ellas el cierre del gasoducto Nord Stream 2, lo que supondrá una enorme victoria financiera y de poder a nivel mundial para China.
«Nosotros vamos a limitar la capacidad de Rusia para hacer negocios en dólares, euros, libras y yenes (…) Vamos a limitar la capacidad de financiar y hacer crecer las fuerzas armadas rusas«, dijo el presidente Joe Biden en un discurso el jueves, como reacción a la invasión rusa de Ucrania.
Los refugiados huyen ahora por la frontera hacia la vecina Polonia. La escasez comenzó en Ucrania y muchos negocios están cerrados. Los precios mundiales de las materias primas se dispararon, mientras que los mercados bursátiles se están hundiendo, con una caída de 700 puntos en el índice Dow Jones. El suministro mundial de trigo está amenazado. A miles de kilómetros de distancia, los estadounidenses sentirán los efectos de la crisis ucraniana, en forma de aumento del precio del gas.
China tendrá pronto acceso al gas más barato del planeta, lo que hará que los fabricantes en el mundo queden en condiciones de rebajar los precios. Además, China estará más cerca de tener a Rusia en su bolsillo.
El 21 de febrero, Putin pronunció un apasionado discurso en el que exigió a Ucrania que acepte que Crimea forma parte de Rusia y que se abstenga de entrar en la OTAN. Al mismo tiempo, partes de dos territorios ucranianos, los Oblast Luhansk y Donetsk, pidieron a Putin que reconozca su autonomía. Las dos regiones, apoyadas por Rusia, siempre han sido prorusas. En consecuencia, Putin concedió la petición, estableciendo la República Popular de Donetsk (DNR) y la República Popular de Luhansk (LNR). El resto de Luhansk y la región de Donetsk siguen bajo control ucraniano.
A principios de la semana, la cámara alta del Parlamento ruso concedió a Putin la autoridad para utilizar la fuerza militar fuera del país. A mediados de la semana, envió tropas de «mantenimiento de la paz» a las dos repúblicas separatistas, mientras que más de 150,000 soldados rusos esperaban en la frontera ucraniana. En ese momento, Putin seguía afirmando que no estaba planeando una invasión a gran escala. Sin embargo, el jueves por la mañana, las fuerzas armadas rusas atacaron múltiples objetivos dentro de Ucrania con bombardeos de misiles y artillería. Los paracaidistas rusos descendieron en el aeropuerto de Hostomel, en la región de Kiev, mientras que las tropas se apoderaron de la antigua central nuclear de Chernóbil.
Durante muchos años, Ucrania fue escenario de un conflicto permanente entre ucranianos y rusos étnicos, así como de rusoparlantes pro-rusos. Desde 2014, unas 14,000 personas han muerto en los combates entre los separatistas apoyados por Rusia y las fuerzas armadas del gobierno de Kiev. Durante este tiempo, se cree que hasta 2 millones de personas huyeron de la región. Esta semana se mantienen los bombardeos, que se han cobrado la vida de militares y civiles.
Respuesta mundial
El reconocimiento de los estados separatistas, así como el desplazamiento de las tropas rusas a principios de la semana, suscitaron diferentes respuestas de las naciones más poderosas del mundo.
Hu Xijin, exdirector del tabloide estatal chino Global Times, dijo que el reconocimiento de las regiones separatistas por parte de Putin pretendía «romper el estancamiento» de la crisis, demostrando «la determinación estratégica de Rusia».
Estados Unidos y el Reino Unido dijeron que seguirían adelante con las sanciones.
El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que detendría la autorización del gasoducto Nord Stream 2, una medida que fue aplaudida tanto por la Organización de las Naciones Unidas como por la OTAN. El acuerdo de Alemania de cerrar el gasoducto Nord Stream 2 es una de las sanciones más importantes, pero que Alemania no tomó a la ligera. Rusia es el proveedor número uno de gas natural de Europa, por lo tanto, una descertificación del gasoducto sería un gran revés financiero.
Desde la invasión de Ucrania, cada vez son más los países que han dado un paso al frente pidiendo sanciones, como Japón, Australia y Canadá, entre otros.
Más de una docena de soldados ucranianos murieron mientras defendían una diminuta isla situada en el Mar Negro después de que se negaran a rendirse ante los rusos que amenazaban con bombardearlos.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que la Unión Europea estaba preparando conjunto de sanciones fuertes destinadas a debilitar la economía rusa y su capacidad de modernización. También dijo que la UE congelaría los activos rusos e impediría a los bancos rusos acceder a los mercados financieros europeos.
La sanción más perjudicial que Estados Unidos tiene en su arsenal es la de retirar a Rusia del sistema SWIFT. Esto básicamente haría imposible que Rusia vendiera sus exportaciones, hundiendo ostensiblemente la economía rusa. Originalmente, Biden dijo que esta sanción solo se aplicaría si Rusia se involucra en una invasión a gran escala de Ucrania. Rusia amenazó previamente a Estados Unidos que retirar a Rusia del SWIFT equivaldría a una declaración de guerra. Ahora que se ha producido una invasión, Biden anunció un aumento de las sanciones, pero específicó que no sacará a Rusia del SWIFT.
Además de las sanciones, Biden autorizó el desplazamiento de equipos y soldados estadounidenses, que ya están en Europa, para apoyar a los aliados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania. Además, el presidente aprobó una orden ejecutiva que prohíbe el comercio y la inversión de Estados Unidos en las repúblicas disidentes. El primer ministro Boris Johnson dijo que el Reino Unido congelaría los activos de los bancos y personas que financian la región.
Sin embargo, la reacción de Beijing fue abstenerse de calificar el ataque de Rusia a Ucrania como una invasión, echando la culpa a Estados Unidos y no a Rusia.
China se beneficia del conflicto entre Rusia y Ucrania y del nuevo acuerdo sobre el gas
Al final, el Partido Comunista Chino (PCCh) será el gran beneficiado de las sanciones occidentales a Rusia.
En primer lugar, China necesita el apoyo de Rusia en la cuestión de Taiwán y esta crisis de Ucrania le garantiza que lo tendrá.
En segundo lugar, China obtiene una enorme ganancia estratégica en términos de seguridad energética. La rusa Gazprom suministra gas natural licuado (GNL) a China y Beijing se ofrece a suavizar el golpe a la economía rusa aumentando su compra de gas ruso.
Los dos países están preparando un acuerdo para un nuevo gasoducto, anunciado el 4 de febrero, por un valor de 117,500 millones de dólares. Se espera que el gasoducto Poder de Siberia-2 aumente drásticamente los envíos de gas de Rusia a China. El acuerdo se liquidará en euros, ya que tanto China como Rusia están tratando de eliminar el uso del dólar estadounidense.
Este gasoducto hará que el PCCh sea menos susceptible a un bloqueo marítimo estadounidense a los envíos desde Oriente Medio. Actualmente, más del 70% del petróleo y el GNL de China pasa por el Estrecho de Malaca, una zona patrullada por la Séptima Flota de Estados Unidos.
El aumento de la venta de gas a China no compensará completamente la pérdida de las exportaciones rusas a Europa, pero disminuirá la dependencia de Rusia del mercado europeo. Como ayuda económica adicional a Rusia, Beijing levantó las restricciones a las importaciones de trigo y cebada rusos. Aunque ambos países se beneficiarán de esta transacción, es importante recordar que los dos son solo «aliados de conveniencia».
La ruptura sino-soviética separó a los dos países en 1960, e incluso tuvieron un enfrentamiento fronterizo en 1969 en Heilongjiang. Una de las razones por las que el expresidente estadounidense Richard Nixon fue a China en 1972, durante el apogeo de la Guerra Fría, fue establecer relaciones con China, para equilibrarla frente a la URSS.
Hoy en día, la diferencia de poder económico y la falta de voluntad de Putin de jugar a ser el segundo tras un mundo liderado por China, hace que a veces los intereses de ambos países se enfrenten. China financiará el gasoducto Potencia de Siberia-2, que tiene un período de amortización que dura hasta 2050. Por consiguiente, la financiación, así como el propio gasoducto, harían a Rusia más dependiente de China, una condición que Beijing probablemente acogería con agrado, pero que Putin preferiría evitar.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.
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