Estados Unidos ha estado tan centrado en la seguridad mundial que durante décadas ha pasado por alto invertir en las necesidades económicas y militares de su propia zona.
Pero China no lo ha pasado por alto. Con su Iniciativa de La Franja y la Ruta (BRI, en sus siglas en inglés), China se ha convertido en la mayor fuente de inversión en infraestructuras de Sudamérica y en su segundo socio comercial, al aumentar el comercio de 18,000 millones de dólares en 2002 a 450,000 millones en 2022.
Veinticinco de los 31 países de América Central y del Sur han negociado inversiones de infraestructuras con China, y 22 de esas naciones, la más reciente, Honduras, se han adherido formalmente al programa BRI.
Empresas chinas, ya sean propiedad del Partido Comunista Chino (PCCh) o subvencionadas por él, explotan minas en México, Argentina, Perú y Venezuela, redes eléctricas en Perú y Chile, sistemas inalámbricos 5G en Costa Rica, Bolivia, Brasil y México —el 80% de los equipos de telecomunicaciones de México son suministrados por empresas chinas— instalaciones de lanzamiento espacial y seguimiento de satélites en Argentina y la embajada más grande del mundo en Bahamas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que el comercio de China con los países latinoamericanos y sus inversiones en el mar, el espacio, las telecomunicaciones, los minerales críticos y la energía igualarán a las de Estados Unidos en la región en 2035. Los lazos militares de China con Venezuela, Cuba, Perú y Chile —que ahora incluyen visitas de buques de guerra y asesores técnicos chinos a sus puertos— se convertirán en bases de convenios en una década.
China tiene o planea construir o mejorar 40 puertos en 16 países de América Latina y el Caribe sin restricciones de uso militar, incluso en ambos extremos del Canal de Panamá, donde empresas patrocinadas por el PCCh están licitando con Panamá para trabajar en el canal construido por Estados Unidos.
El próximo otoño, el líder chino Xi Jinping estará en Perú para conmemorar la finalización de «un ‘mega puerto’ de 3600 millones de dólares que fue financiado por China, construido por trabajadores chinos, y será propiedad y operado por una empresa respaldada por el PCCh», dijo el presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara, el representante Mike Rogers (R-Ala.).
«Este se utilizará para transportar cobre, litio y otros materiales esenciales de América del Sur a China, para impulsar su modernización militar», declaró el Sr. Rogers durante una audiencia celebrada el 12 de marzo en la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes sobre los retos para la seguridad nacional en el hemisferio occidental.
El representante lo llamó «el último esfuerzo de China para desplazar la influencia estadounidense y construir una huella estratégica en nuestra zona».
Las «trampas de la deuda» y el espionaje del PCCh
La general Laura Richardson, comandante del Comando Sur del Ejército de EE. UU., advirtió que la creciente presencia de China es un arma de doble filo para los países que aceptan financiación y otras ayudas del PCCh.
«El mundo se encuentra en un punto de inflexión», dijo la comandante en la audiencia de la comisión. «Nuestros socios en el Hemisferio Occidental, con quienes nos unen lazos comerciales, valores compartidos, tradiciones democráticas y lazos familiares, se ven cada vez más afectados por la interferencia y la coerción de [China].
«La República Popular China [RPC] ha explotado la confianza de las democracias en este hemisferio, utilizando esa confianza para robar secretos nacionales, propiedad intelectual e investigación relacionada con el mundo académico, la agricultura y la atención sanitaria», continuó la Sra. Richardson.
«El alcance y la escala de este espionaje no tienen precedentes. A través de la iniciativa La Franja y la Ruta, la República Popular China pretende acumular poder e influencia a expensas de las democracias del mundo», añadió la comandante.
La Sra. Richardson dijo que si bien es cierto que América Central y del Sur no han recibido la atención económica y de seguridad nacional que han recibido otras zonas, eso está cambiando.
«Yo he aprendido que nuestra presencia es absolutamente importante», dijo a continuación, señalando que después de casi 20 años de estar «recibiendo menos del 50 por ciento» de sus necesidades de cooperación para la seguridad del Hemisferio Occidental, el Comando Sur de Estados Unidos fue financiado en su totalidad y además recibió fondos adicionales en el presupuesto de defensa del año fiscal 2024.
La Sra. Richardson indicó que si bien el impulso «fue muy, muy útil, no podemos obtener solo un año de financiación adicional para cumplir con el requisito, y yo diría que nuestra presencia es absolutamente importante» y necesita ser financiada en su totalidad de nuevo en el presupuesto de defensa del año fiscal 2025.
Con la financiación adicional, dijo la comandante, Estados Unidos ha intensificado los ejercicios militares conjuntos y de respuesta a las emergencias junto a Chile, Argentina y Paraguay con «más compromiso que una simple visita una vez al año».
«Esto ha supuesto realmente una gran diferencia en términos de asociación, pero tenemos que estar ahí. Tenemos que tener buenos programas de cooperación en materia de seguridad. Tenemos que tener autoridades flexibles que [respondan a] las oportunidades [a medida que] se abren, porque solo están abiertas durante un breve período de tiempo».
«Nuestro dinero»
Ese dinero estará ahí, dijo la subsecretaria de Defensa para la Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos, Rebecca Zimmerman, en la audiencia del comité.
«Nosotros estamos poniendo la defensa nacional y otros intereses en todo el hemisferio, al frente y el centro», dijo la Sra. Zimmerman. «La principal prioridad del departamento es la defensa de la patria [y contrarrestar] la creciente amenaza multidominio planteada por la República Popular China».
Estados Unidos está «profundizando las asociaciones con Canadá, México, Brasil, Colombia y Chile, a la vez que se refuerza el control civil de las instituciones democráticas de los militares y el respeto de los derechos humanos y el Estado de derecho» en todo el hemisferio, indicó la Sra. Zimmerman.
En febrero, el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, participó en la Reunión Ministerial de Defensa de América del Norte con sus homólogos de México, Canadá y países latinoamericanos.
En noviembre de 2023, el presidente Joe Biden recibió en la Casa Blanca a líderes del hemisferio occidental para la Cumbre inaugural de Líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica, en la que se debatió sobre migración, cadenas de suministro e inversión en infraestructuras.
Al evento asistieron primeros ministros, presidentes y ministros de Asuntos Exteriores de Canadá, Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Perú, Uruguay, México y Panamá.
Estados Unidos está desarrollando un programa con el Banco Interamericano de Desarrollo para ampliar la financiación de infraestructuras con el lanzamiento de una plataforma de inversión a través de la U.S. International Development Finance Corp., para invertir miles de millones en la mejora de cadenas de suministro críticas, puertos modernos, redes de energía limpia e infraestructuras digitales.
El «Americas Partnership Accelerator» ayudará a los emprendedores a desarrollar y financiar sus ideas de negocio y movilizará capital venture de todo el mundo para las startups de la región, sostuvo la administración Biden.
El representante Jan Kiggins (R-Va.) dijo que aunque «el presupuesto de defensa siempre es inadecuado» para atender todas las necesidades, es bueno «que volvamos a dar prioridad a esa financiación porque es muy importante que podamos poner nuestro dinero donde está nuestra cara».
«La buena noticia», dijo la Sra. Richardson, «es que trabajar con nuestros socios muy dispuestos conduce a la mejor defensa».
«Nosotros debemos utilizar todas las palancas disponibles para fortalecer nuestras asociaciones con las 28 democracias afines de este hemisferio que entienden el poder de trabajar juntos para contrarrestar estas amenazas compartidas», continuó la comandante.
«Estados Unidos sigue siendo el socio de seguridad preferido y más fiable de la región.
«Fomentamos la confianza a través de programas de inversión y cooperación en materia de seguridad que forman y equipan a los ejércitos y fuerzas de seguridad de nuestros socios, un sólido programa de ejercicios conjuntos para fomentar la interoperabilidad y el desarrollo y empleo de tecnologías emergentes».
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