El Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino (PCCh) alega que la empresa de autos Ford planea utilizar tecnología y software de cuatro empresas chinas que también son proveedoras del ejército chino, de Corea del Norte y del Ministerio de Seguridad Pública de China, y que tienen vínculos directos con el actual genocidio a musulmanes uigures en Xinjiang.
El presidente del comité, Mike Gallagher (R-Wis.) y Cathy McMorris Rodgers (R-Wash.), del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, afirman haber descubierto pruebas de los planes de Ford mientras investigaban la asociación del fabricante de automóviles con el fabricante chino de baterías para vehículos eléctricos Contemporary Amperex Technology Co. Ltd. (CATL).
En febrero del año pasado, Ford anunció su asociación con CATL para construir una nueva planta de USD 3500 millones en Marshall, Michigan, que produciría baterías de fosfato de hierro y litio.
Los representantes Gallagher y McMorris-Rodgers solicitan que la administración Biden incluya inmediatamente en la lista negra a las cuatro empresas, que Ford planea utilizar, por motivos de seguridad y preocupaciones éticas.
Los legisladores enviaron cartas a la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
«Una revisión superficial a la información pública disponible ha revelado los vínculos directos de las empresas mencionadas con el Ejército Popular de Liberación, el Partido Comunista de China, el Ministerio de Seguridad Pública de China, el genocidio a los musulmanes uigures en Xinjiang y el gobierno de Corea del Norte», dice la carta a Raimondo.
Preocupaciones por el software
Según los legisladores, antes de que la planta de Ford entre en funcionamiento, “todo su sistema de seguridad podría verse comprometido” por el software de las cuatro empresas chinas.
“Es indefendible que Ford utilice el mismo proveedor de datos e integración en la nube que está vinculado a la actividad de evasión de sanciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte”, dijeron Gallagher y McMorris-Rodgers.
“La misma empresa que apoya activamente el estado de vigilancia de la República Popular China tendrá la capacidad de incorporar puertas traseras, software espía y otras formas de malware dentro de la infraestructura iPaaS de Ford, comprometiendo la confidencialidad e integridad de la información confidencial de Ford y planteando [un] riesgo para los derechos de privacidad de datos de los estadounidenses”.
En una carta separada enviada al director ejecutivo de Ford, James Farley Jr., los legisladores solicitaron a la compañía que pusiera a disposición un delegado para una entrevista sobre cualquier diligencia debida que Ford haya realizado antes y después de celebrar los acuerdos con CATL.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con Ford para solicitar comentarios sobre la situación actual.
Un acuerdo sumido en controversias desde el primer día
Ford espera que la producción en la fábrica de Michigan comience en 2026, y se estima que la planta producirá suficientes baterías para 400,000 vehículos eléctricos cada año.
Sin embargo, el acuerdo ha estado plagado de preocupaciones sobre los riesgos económicos y de seguridad nacional desde que se firmó por primera vez.
Ford y las autoridades de Michigan afirman que el acuerdo es una bendición económica para el estado y que las preocupaciones se han exagerado. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, dijo que la fábrica de baterías podría crear al menos 2500 puestos de trabajo e impulsar la economía local.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la oficina de la Sra. Whitmer para obtener más comentarios sobre el último acontecimiento.
Otros funcionarios públicos han expresado preocupación por la colaboración del fabricante de automóviles estadounidense con empresas chinas sospechosas, especialmente una cuyo presidente aparentemente recibe asesoramiento del líder comunista Xi Jinping y forma parte del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, una entidad de asesoramiento político del régimen comunista.
El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, calificó la planta de baterías propuesta por Ford como un “caballo de Troya” para que el Partido Comunista Chino (PCCh) socave los esfuerzos de Estados Unidos por fortalecer la industria automotriz estadounidense, razón por la que dice haber retirado a su estado de la carrera para albergar la planta por posibles problemas de seguridad nacional.
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