El ejército israelí confirmó el 2 de enero que meses antes de la caída del régimen de Bashar al Assad, fuerzas especiales asaltaron una fábrica de misiles subterránea en Siria.
El sitio de fabricación estaba diseñado para producir cientos de misiles estratégicos al año para uso del grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, contra Israel, dijeron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El sitio, excavado en la ladera de una montaña, había estado bajo observación de la inteligencia israelí desde 2017 y estaba a punto de entrar en funcionamiento, dijo el teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz de las FDI.
Como tal, produciría misiles de largo alcance guiados con precisión, algunos con un alcance de hasta 190 millas, y constituía «una amenaza inmediata», dijo Shoshani.
La incursión, en la noche del 8 al 9 de septiembre, duró horas. Shoshani la describió como «una de las operaciones más complejas que las FDI han llevado a cabo en los últimos años», coordinada entre las fuerzas especiales, la marina y la fuerza aérea.
La redada fue acompañada de ataques aéreos en los que participaron decenas de aviones y un centenar de helicópteros que localizaron armas e incautaron documentos.
«Al final de la incursión, las tropas desmantelaron la instalación, incluidas las máquinas y el propio equipo de fabricación», dijo Shoshani. Hacerlo fue «clave para garantizar la seguridad de Israel».
La instalación estaba situada cerca de Masyaf, en la provincia de Hama, al norte de Líbano, a unos 32 kilómetros tierra adentro del mar Mediterráneo y a unos 120 kilómetros al norte de la frontera israelí.
Un vídeo de la misión difundido por las FDI muestra a tropas armadas moviéndose rápidamente por una gran y moderna instalación de fabricación subterránea.
Israel acusó al régimen del expresidente sirio Bashar al-Assad de ayudar a Hezbolá a recibir armas de Irán. Antes de que su régimen fuera derrocado el 8 de diciembre por rebeldes dirigidos por el grupo terrorista Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), respaldado por Turquía, las FDI habían atacado objetivos en Siria para interceptar envíos de armas.
Después del 8 de diciembre, las FDI bombardearon numerosos emplazamientos militares sirios para mantener su armamento fuera del alcance de los rebeldes.
En septiembre, los medios de comunicación sirios informaron de que los ataques aéreos israelíes mataron al menos a 16 personas en el oeste del país.
Antes de la incursión, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, habló con los soldados de la unidad de élite Shaldag, también conocida como Unidad 5101. Él abordó los pros y los contras de la misión.
«Por un lado, estábamos enviando una gran fuerza a una zona distante», dijo en declaraciones publicadas por las FDI.
Por otra parte, dijo que había observado el desarrollo de la planificación de la misión a lo largo de varios meses, desde la planificación inicial hasta las pruebas, y llegó a la conclusión de que «era operacionalmente posible. Yo creo que el nivel de preparación aquí es excepcionalmente alto».
Luego describió la función de la planta de misiles y cómo el gran número de misiles amenazaría la seguridad de Israel.
«Estos misiles se enviarían a distintos lugares y caerían en diversas manos, y no tenemos intención de permitir que eso ocurra», dijo Halevi.
La confianza de sus comandantes en el éxito de la misión y su confianza en ellos influyeron en su aprobación de la misma, agregó Halevi.
Con información de Reuter
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