Los muertos en Italia con el virus del PCCh son ya 22,170, al registrarse 525 en las últimas 24 horas, en la media de los días anteriores, y hoy volvieron a aumentar los contagios, pero las regiones del norte, el corazón industrial del país, presionan para reabrir a partir del 4 de mayo.
Los casos totales desde que se detectó el 21 de febrero aumentaron en 3786 desde ayer, hasta los 168,941, rompiendo la tendencia descendente de esta semana. De ellos 40,164 se han curado, según los datos ofrecidos este jueves por el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, en su boletín diario.
Aunque este aumento de datos se debe sobre todo a que se han realizado casi 61,000 pruebas para detectar el virus, mientras que ayer fueron 44,000.
El número de personas actualmente positivas es de 106,607, con un aumento de 1189 respecto al miércoles, más que los dos días anteriores
De ellas, 76,778 están aisladas en sus casas con síntomas leves, 26,893 ingresadas en los hospitales, y 2936 en cuidados intensivos, con un descenso de 143 pacientes y lo que supone la cifra más baja desde el 21 de marzo.
¿Se puede reabrir el país?
El presidente del Instituto de Sanidad italiano, Silvio Brusaferro, confirmó que es evidente que los datos que se proporcionan diariamente marcan «una tendencia descendiente».
Pero se mostró muy prudente respecto a la rápida desescalada de las medidas de aislamiento porque explicó que «se cree que el 90 por ciento de los italianos ha estado en contacto, por lo que si no estamos atentos puede repartir el contagio».
Brusaferro explicó que se está razonando que medidas se pueden adoptar para mantener bajos el número de contagios y una de estas será localizar a las personas positivas mucho antes de que lleguen a las estructuras sanitarias.
Mientras que Borrelli pidió esperar a que se exprese el equipo de expertos nombrado por el Gobierno que están estudiando cómo reabrir gradualmente el país.
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Véneto y Lombardía presionan por reabrir el 4 de mayo
En Lombardía, la región más afectada por la pandemia, se registraron 941 nuevos positivos, respecto a los 827 de ayer y 231 fallecidos en línea con los 235 del día anterior. En total se han registrado 63,094 contagiados y 11,608 fallecidos.
Mientras que en Véneto se alcanzaron los 14,990 casos con un aumento de 106 respecto a ayer y solo nueve fallecidos.
«Se cierra todo y se muere esperando que el virus desaparezca o se abre y convivimos, porque más allá de cierto límite ya no es sostenible. Si se dan las condiciones de salud, según el mundo científico, se puede abrir con todo incluso antes del 4 de mayo», afirmó el presidente de la región de Véneto, Luca Zaia.
Desde hace varios días, Zaia presiona al Gobierno para que permita la reapertura de la actividad productiva, y a este llamamiento se ha unido el presidente de Lombardia, Attilio Fontana.
«Creo que tenemos que ir más rápido, y en cualquier caso debemos intentar reiniciar la vida, tendremos que organizar nuestra vida viviendo con este virus. No vamos a vivir como si nada hubiera pasado», dijo Fontana.
Pero explico que se puede reabrir con las llamadas «4 D» como base -distancia, dispositivos, digitalización y diagnóstico-«, aunque añadió que exigirán antes que nada «la garantía de la salud de nuestros ciudadanos».
Propuso, por ejemplo, que se pueda repartir el trabajo en 7 días en lugar de 5 para poder establecer turnos y no congestionar los medios de transporte.
Por otra parte, otros cinco médicos murieron por la epidemia y el número total de muertes asciende a 127, mientras que 31 enfermeras y 9 farmacéuticos han fallecido.
Además, Ranieri Guerra, el responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Italia, definió como «una masacre» lo que sucedió y sigue sucediendo a los ancianos afectados por COVID-19 en las residencias.
«Una masacre», de hecho, con cientos, probablemente miles de muertes en hogares de ancianos, faltan datos específicos, a diferencia, por ejemplo de Francia, y entre los cuales el Pio Albergo Trivulzio de Milán es solo el caso más llamativo», acusó.
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