Italia aprobó medidas para limitar el control de un accionista estatal chino sobre el fabricante italiano de neumáticos Pirelli, alegando razones de seguridad nacional.
La decisión de Roma llega después de que Sinochem, el mayor accionista de Pirelli con una participación del 37 por ciento, notificara en marzo al Gobierno italiano sus planes de actualizar un pacto de accionistas existente con Camfin, controlada por el director ejecutivo de Pirelli, Marco Tronchetti Provera.
Camfin es un holding cuya principal inversión es una participación del 14% en Pirelli.
La decisión es una rara intervención en una inversión de ocho años del régimen chino. En 2015, el grupo químico del régimen ChemChina compró una participación mayoritaria en Pirelli, considerada una de las mayores empresas italianas, por 7700 millones de dólares.
ChemChina es otra empresa del grupo químico estatal del régimen chino.
Las restricciones del gobierno italiano incluyen límites al acceso y el intercambio de información entre Pirelli y Sinochem y la necesidad de una mayoría de cuatro quintos para algunas decisiones «estratégicas» del consejo de administración.
El objetivo es proteger «la información estratégicamente relevante y los conocimientos técnicos de la empresa», según la oficina de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Las restricciones forman parte de una iniciativa gubernamental denominada «Poder Dorado», cuyo objetivo es proteger los activos considerados estratégicos para el país, en un momento en que las relaciones entre el régimen chino y los gobiernos occidentales se encuentran en una fase más tensa.
El gobierno, que dijo haber aceptado algunas propuestas presentadas por Sinochem para abordar sus preocupaciones, también mencionó medidas específicas para proteger la tecnología de sensores cibernéticos que puede incorporarse a los neumáticos Pirelli.
Una tecnología específica a través de un microchip instalado en los neumáticos podría permitir la geolocalización y la recopilación de información de los conductores y tiene importancia estratégica nacional, según el Financial Times, citando a la oficina de Meloni.
«El uso indebido de dicha tecnología puede causar una variedad de riesgos para los clientes y la seguridad nacional», dijo la oficina.
«La relevancia de tal tecnología puede identificarse en una variedad de sectores: automatización industrial, comunicación máquina a máquina, aprendizaje automático, fabricación avanzada, inteligencia artificial, tecnologías críticas de sensores y actuadores, Big Data y análisis», dijo el Gobierno en relación con la tecnología de cibersensores en los neumáticos.
Provera presionó a Roma para que interviniera en el acuerdo de accionistas de la empresa, advirtiendo del mayor control que el régimen chino estaba adquiriendo en las decisiones empresariales de Pirelli, informó Financial Times.
Provera intentó sin éxito persuadir a Sinochem para que vendiera parte de su participación, y también surgieron fricciones en torno a su salario, que ascendía a 20.5 millones de euros (casi 22.4 millones de dólares) en 2022, según Financial Times.
Fundada en 1872, Pirelli es una de las empresas italianas con más historia. Se especializa en neumáticos de alta gama para fabricantes de automóviles de gama alta como Ferrari, Porsche y BMW, y es el único proveedor de coches de Fórmula Uno.
El gobierno de Meloni se abstuvo de imponer condiciones aún más duras a Sinochem, incluido el bloqueo de sus derechos de voto en Pirelli. No obstante, sus exigencias obligarán a Sinochem y Camfin a modificar su pacto de accionistas.
El grupo chino confirmó a principios de año sus planes de seguir como inversor a largo plazo en Pirelli.
Está previsto que la empresa italiana nombre un nuevo consejo de administración en la junta de accionistas del 31 de julio, en la que el actual director general adjunto, Giorgio Bruno, se convertirá en el nuevo director ejecutivo y Provera permanecerá como vicepresidente ejecutivo.
Provera está al frente de Pirelli desde 1992.
Meloni señaló que, aunque Italia era la única de las democracias ricas del G-7 que había firmado el memorándum de la Franja y la Ruta, no era el país europeo u occidental con lazos económicos y comerciales más fuertes con el régimen chino.
«Esto significa que es posible tener buenas relaciones, también en áreas importantes, con Beijing, sin que necesariamente éstas formen parte de un diseño estratégico global», dijo.
Reuters contribuyó a este artículo.
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