El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tuvo un gesto de cordialidad con el recientemente investido presidente de Argentina, Alberto Fernández, al invitarlo a su país después de una serie de roces que se dieron entre los dos mandatarios.
Las declaraciones del presidente brasileño ayudaron a calmar las tensiones entre las dos naciones, Bolsonaro dijo, “Estoy a disposición si él quiere visitarnos. Está invitado, será motivo de satisfacción” cuando estaba en la casa presidencial, justo en la puerta del Palacio de la Alborada, a un grupo de periodistas, según el diario MDZ.
Después de recibir un informe de su vicepresidente, Hamilton Mourao, quien conversó con Fernández, y con el futuro embajador de Argentina en Brasilia, Bolsonaro declaró que “ahora habla en un tono diferente”, refiriéndose al mandatario del país austral.
En otra declaración reciente hecha en un discurso ofrecido a la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, Bolsonaro dijo “le pido a Dios que todo vaya bien en la Argentina”, en información consignada por la agencia Télam.
Además, destacó que Fernández en su discurso de posesión presidencial mencionó a Brasil para trabajar de forma conjunta, según el medio.
En el discurso ofrecido ante el gremio anotó que “Argentina tiene mucho que ofrecernos y Brasil también tiene mucho que ofrecer a Argentina” y que espera que el país vecino triunfe porque es el mayor socio comercial de Brasil en América Latina, de acuerdo a una publicación de Reuters.
El presidente brasileño dijo que el único país al que hizo referencia directamente Fernández en su discurso de posesión fue Brasil.
Al referirse a la relación de Brasil-Mercosur-Argentina Fernández dijo en su primer pronunciamiento ante el congreso, “vamos a robustecer el Mercosur y la integración regional. Con la República federativa de Brasil tenemos para construir una agenda ambiciosa que va más allá de cualquier diferencia personal entre quienes gobiernan en la coyuntura”.
Un conflicto con múltiples aristas
Antes de las amistosas declaraciones de ambos bandos, el líder del gobierno de Brasil había amenazado con romper el Mercosur si el presidente de Argentina rechazaba avanzar en la liberación del bloque, el cual es uno de los más herméticos del mundo. Uno de los mayores intereses de Bolsonaro con el Mercosur, conformado por Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, es su apertura a otras naciones por fuera de la región, según el diario La Nación.
Entre la animosidad mostrada en los pronunciamientos de hace unos días, Bolsonaro había dicho, «espero que a Argentina le vaya bien. Aunque los números dicen que van a tener más dificultades que nosotros».
Por su parte, Fernández había dicho, “celebro que Bolsonaro hable mal de mí. Es un misógino, un racista. Yo lo único que le pido es que deje a Lula (da Silva, exmandatario encarcelado por corrupción) en libertad. Con Bolsonaro no tengo problema en tener problemas”, según el Diario Clarín.
De acuerdo con Reuters, Bolsonaro adoptó una posición más conciliadora después de que funcionarios de su gobierno lo convencieron de no boicotear la posesión de Fernández y de enviar a un emisario al evento.
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