El presidente Joe Biden se reunirá con el líder chino Xi Jinping en la próxima cumbre de San Francisco, según ha confirmado la Casa Blanca.
«Hemos dicho que queremos avanzar con China», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una rueda de prensa de intercambio el 31 de octubre. «Una competencia intensa significa una diplomacia intensa».
«Eso es lo que van a ver. Eso es lo que el presidente va a hacer, y va a tener una conversación difícil pero importante.»
Hubo confusión en la sala sobre si la secretaria de prensa quería decir que esa reunión está en la agenda.
«Creo que acabo de confirmarlo», dijo Jean-Pierre después de que varios periodistas le pidieran una aclaración.
«Será en San Francisco. Será una reunión constructiva. El presidente está deseando que llegue, y creo que eso debería responder a su pregunta», dijo, añadiendo que no iba a «adelantarse al proceso.»
El martes, un alto funcionario de la administración Biden dio más contexto a las declaraciones de Jean-Pierre.
«Existe un acuerdo de principio para reunirnos en San Francisco en noviembre. Todavía estamos trabajando en los detalles importantes necesarios para finalizar esos planes», dijo el funcionario, según Reuters.
La cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará del 11 al 17 de noviembre, supondrá la primera vez que el líder chino pisa suelo estadounidense en cinco años, y el primer encuentro entre los dos jefes de Estado desde que el presidente Biden asumió el cargo.
La última vez que ambos hablaron fue en noviembre de 2022, al margen de la cumbre del Grupo de los 20 celebrada en Bali (Indonesia), donde el presidente Biden expresó su esperanza de que pudieran «encontrar formas de trabajar juntos en asuntos globales urgentes que requieren nuestra cooperación mutua» y evitar que la competencia se convierta en conflicto.
Xi, en respuesta, dijo que «la relación China-EE.UU. está en una situación tal que a todos nos importa mucho».
La confirmación de la reunión se había producido tras los intercambios de alto nivel entre altos funcionarios chinos y estadounidenses en los últimos meses.
Más recientemente, el alto diplomático chino Wang Yi voló a Washington para una visita de tres días, reuniéndose con el Presidente Biden junto con el Secretario de Estado Antony Blinken y el Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan.
Dos días antes, Wang había puesto en duda la posibilidad de una reunión entre Biden y Xi, afirmando que el camino hacia la cumbre no será «un camino de rosas» y que no pueden confiar en el «piloto automático» para que se produzca.
La administración Biden ha hecho especial hincapié en la comunicación abierta con China.
Blinken, durante las conversaciones con su homólogo chino, ha vuelto a presionar para que se restablezcan los canales entre militares.
«Ambos tenemos un profundo interés en evitar la falta de comunicación y los errores de cálculo», dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas en una sesión informativa celebrada el 28 de octubre.
El 24 de octubre, un caza chino estuvo a tres metros de colisionar con un bombardero estadounidense sobre el Mar de China Meridional, según el Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos, que criticó al piloto chino por volar «de forma insegura y poco profesional».
Ese incidente en sí mismo «no ha hecho más que subrayar la importancia de ser capaces de hablar entre nosotros tanto a niveles de trabajo como a niveles superiores», dijo el funcionario estadounidense en la sesión informativa del 28 de octubre.
La decisión de Xi de faltar a la Cumbre del G20 en Nueva Delhi el mes pasado ha decepcionado al presidente Biden, aunque en aquel momento dijo que «iba a reunirse con él».
Las tensiones bilaterales se han mantenido incluso cuando los dos países intentan suavizar sus lazos. En febrero, las protestas por un globo espía chino que sobrevoló el territorio continental de Estados Unidos paralizaron temporalmente el viaje de Blinken a China.
Más tarde, en mayo, un grupo de piratas informáticos respaldado por el Estado chino se infiltró en cuentas de funcionarios de alto nivel de la administración, robando 60.000 mensajes del Departamento de Estado.
Recordando el incidente del globo espía en junio, el presidente Biden había calificado a Xi de «dictador», diciendo que el líder chino se había enfadado al derribar el globo porque «no sabía que estaba allí».
Taiwán, los derechos humanos, los precursores de fentanilo procedentes de China y la detención de estadounidenses en el país han surgido repetidamente durante las recientes reuniones bilaterales.
La actual guerra entre Israel y Hamás puede ahondar la división entre Estados Unidos y China. Reflejando su postura sobre Ucrania, China se ha negado a condenar explícitamente a Hamás tras el ataque del grupo contra Israel, una respuesta ante la que Israel ha expresado su «profunda decepción.»
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