El joven que disparó contra el expresidente Donald Trump durante un mitin en Pensilvania tenía cuentas cifradas en múltiples países, según un miembro del grupo de trabajo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que investiga el intento de asesinato.
«No hemos sabido mucho sobre esas cuentas en el extranjero», dijo el representante Michael Waltz (R-Fla.) en una conferencia de prensa en Chicago el 21 de agosto. «Sí sabemos que estaban en … Bélgica, Nueva Zelanda y Alemania».
Waltz forma parte del «Grupo de trabajo sobre el intento de asesinato de Donald J. Trump».
Funcionarios del FBI revelaron previamente que Crooks utilizaba aplicaciones de mensajería encriptada.
«¿Por qué un chico de 19 años que es auxiliar médico necesita plataformas encriptadas, ni siquiera con sede en Estados Unidos, sino con sede en el extranjero, donde la mayoría de las organizaciones terroristas saben que es más difícil que entren nuestras fuerzas de seguridad?», preguntó Waltz.
Dijo que aún no se había respondido a la pregunta.
Waltz y otros miembros se estaban preparando más tarde el miércoles para recibir una sesión informativa de funcionarios del FBI sobre la investigación de la agencia sobre el intento de asesinato de Trump el 13 de julio.
Dijo que los miembros del grupo de trabajo han estado discutiendo cómo las autoridades deben compartir información a medida que la descubren, sin esperar hasta que los informes finales sobre las investigaciones estén listos.
«Tienen que ir publicando información a medida que la van encontrando porque esto no fue un incidente aislado. Las amenazas continúan», afirmó Waltz.
El FBI y el Servicio Secreto de Estados Unidos no respondieron a las peticiones de comentarios hechas a primera hora de la mañana.
Waltz destacó las recientes acusaciones contra un ciudadano paquistaní. Ese hombre, Asif Merchant, ha sido acusado en relación con un complot frustrado para asesinar a funcionarios públicos en Estados Unidos. Las autoridades alegan que entregó 5000 dólares como anticipo a personas que creía que eran sicarios, pero que eran agentes encubiertos del FBI.
Waltz también dijo que le molestaba que los funcionarios que construyeron el plan de seguridad para el mitin de Trump en julio no hayan sido disciplinados.
El director interino del Servicio Secreto, Ronald Rowe Jr., dijo al Congreso en julio que la disciplina podría seguir una vez que la agencia termine su investigación interna sobre la situación.
«Ese techo debería haber tenido una mejor cobertura, y vamos a llegar al fondo de si hubo alguna violación de la política», dijo en un momento dado.
Rowe añadió más tarde que no proporcionaría actualizaciones en tiempo real sobre las medidas disciplinarias, pero que «a un alto nivel proporcionaría al menos algún tipo de declaración de que la gente está rindiendo cuentas».
El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos también está llevando a cabo una investigación.
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