Una dividida corte federal de apelaciones falló el 12 de enero en contra de la apertura de lo que sería el primer «sitio de inyección supervisado» en Estados Unidos, diciendo que los planes para un sitio en Filadelfia infringían una ley federal aprobada originalmente para cerrar los garitos de drogas.
«Aunque la crisis de los opioides puede requerir soluciones innovadoras, es posible que las innovaciones locales no infrinjan la ley federal», escribió el juez Stephanos Bibas de la Corte de Apelaciones del Tercer Circuito de EE. UU., del lado del fiscal federal William McSwain del Distrito Este de Pensilvania, que había presentado una demanda ante bloquear el sitio.
El fallo de 2 frente a 1 del martes anuló un fallo de una corte inferior a favor de Safehouse, una organización sin fines de lucro de Filadelfia, formada en 2018 que había intentado durante años abrir el primer sitio en la ciudad. Según la organización sin fines de lucro, el sitio de inyección supervisado permitiría a las personas llevar opioides ilegales e inyectarse en presencia de profesionales médicos que podrían tratarlos por sobredosis.
“La opinión del Tercer Circuito es una lectura fiel del lenguaje sencillo del estatuto y es consistente con la intención del Congreso de proteger a los vecindarios estadounidenses del flagelo del uso concentrado de drogas”, dijo McSwain.
“Sin embargo el Congreso ha convertido en delito abrir una propiedad a otros para que consuman drogas (…) Y eso es lo que hará Safehouse”, declaró el fallo, destacando una ley federal de 1986 conocida como el estatuto de “crack house”.
“Filadelfia es conocida en todo el mundo como el lugar de nacimiento de nuestra maravillosa nación y de la libertad misma. Debido al trabajo dedicado de los de la Oficina del Fiscal de EE. UU., no será conocida como el lugar de nacimiento de los sitios de inyección de heroína”, dijo la opinión.
También se retrasaron iniciativas similares en Seattle esta semana tras el fallo del martes.
Ilana Eisenstein de DLA Piper, quien representa a la organización sin fines de lucro, dijo estar decepcionada con la decisión.
“Seguimos confiando en que la ley no tenía la intención de obligar a los estadounidenses a permanecer como testigos ociosos mientras nuestros hermanos y hermanas están muriendo. La conciencia nos obliga a buscar todas las opciones legales, y lo haremos».
Alrededor del 80 % de todos los adictos a la heroína comienzan su hábito a través de analgésicos recetados. En 2018, más de 67,000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas, y casi el 70 % de ellos implicaba un opioide, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El CDC dijo el mes pasado que las muertes por sobredosis de drogas se están acelerando durante la pandemia de COVID-19. Las muertes por sobredosis ya estaban aumentando en los meses previos al inicio de la pandemia, pero las últimas cifras sugieren una mayor aceleración, dijo la agencia.
Se produjeron más de 81,000 muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos en los 12 meses que finalizaron en mayo de 2020, el mayor número de muertes por sobredosis jamás registrado en un período de 12 meses, según datos provisionales publicados por los CDC.
Según la agencia, eso es un aumento del 18 % desde el período anterior de 12 meses.
Los opioides sintéticos, principalmente el fentanilo fabricado ilícitamente, parecen ser el principal propulsor del aumento del número de muertes por sobredosis. Esas muertes aumentaron en un 38.4 % durante el período en cuestión, en comparación con el período de 12 meses que finalizó en junio de 2019.
Las muertes por sobredosis donde las víctimas consumieron cocaína aumentaron en un 26.5 %. Muchos de los fallecidos que consumían cocaína también consumían fentanilo o heroína, o consumían cocaína que estaba contaminada con uno u otro. Y las muertes por sobredosis de psicoestimulantes como la metanfetamina aumentaron en un 34.8 %.
“La decisión de la Corte reafirma que los sitios de inyección ‘seguros’ son una violación a la ley federal”, dijo el fiscal General interino de EE. UU., Jeffrey A. Rosen. «El Departamento apoya las iniciativas para frenar la crisis de opioides que asola este país, pero los sitios de inyección no son la solución».
Con información de Zachary Stieber y Reuters.
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