El juez de la Corte Suprema de Nueva York, Juan Merchán, le advirtió al expresidente Donald Trump que podría perder el acceso a los nombres de los miembros del jurado en su próximo juicio si continúa hablando sobre el caso de una manera que el juez considere un “riesgo” para los procedimientos judiciales.
“Por la presente se notifica al acusado que perderá cualquier derecho legal que pueda tener a acceder a los nombres del jurado si participa en cualquier conducta que amenace la seguridad e integridad del jurado o el proceso de selección del jurado”, advirtió el juez en su orden del 1 de abril para ampliar una orden de mordaza existente.
El fiscal de distrito de Manhattan está procesando al expresidente por 34 cargos de falsificación de registros comerciales, alegando un plan para influir en las elecciones de 2016 con pagos realizados para eliminar noticias desfavorables. Michael Cohen, exabogado personal del presidente Trump, había dejado constancia de que había realizado tales pagos para ocultar acusaciones sobre una aventura. Las acusaciones fueron presentadas por una estrella de cine para adultos, lo que llevó a una investigación del caso.
Los fiscales habían solicitado una orden de mordaza, que el juez concedió el 26 de marzo, y anteriormente habían solicitado ocultar los nombres de los miembros del jurado específicamente del presidente Trump en una moción sobre la cual el juez había pospuesto el fallo.
Después de que el presidente Trump criticara al juez en las redes sociales y mencionara a su hija la semana pasada, las partes chocaron y el juez amplió su orden de mordaza. El presidente Trump había reavivado los argumentos de que el juez es parcial y que su hija, que dirige una empresa de marketing político, ha representado a los oponentes políticos del presidente Trump, recibiendo millones de dólares de ellos y, por lo tanto, tiene un interés partidista en el caso.
En su decisión del 1 de abril, el juez aclaró que la orden de mordaza original efectivamente excluía al fiscal de distrito y al juez. Los tribunales federales han determinado que sería inconstitucional prohibir a los acusados hablar sobre el tribunal o el juez que preside su caso, y las tres órdenes de mordaza contra el presidente Trump se han adherido a este precedente.
Pero los familiares del juez y del fiscal de distrito ahora serán incluidos en la orden de mordaza, decidió el juez.
«La amenaza es muy real», escribió el juez. Señaló que la fiscalía ya ha argumentado que los participantes en el juicio han expresado temor “por su propia seguridad y la de sus familiares en caso de que comparezcan como testigos contra el acusado”.
El juez concluyó que ya no es hipotético el riesgo de que los participantes en el juicio, como los miembros del jurado, teman participar, y esto “sin duda interferirá” con los procedimientos del juicio.
“No se puede exagerar esa realidad”, decidió.
Normalmente, el discurso de un acusado está altamente protegido, «especialmente cuando el acusado es una figura pública», añadió, pero los «papeles convencionales de ‘David contra Goliat’ ya no están en juego, como lo demuestra el singular poder que las palabras del acusado tienen sobre innumerables personas”.
La fiscalía había argumentado que la conducta del presidente Trump fue “deliberada” y tenía como objetivo intimidar al juez. La defensa argumentó que el discurso político del presidente Trump era necesario en este entorno político y solo destacó las razones por las que el juez debería recusarse.
El juez encontró los argumentos de los fiscales “convincentes” y persuasivos, y los argumentos de la defensa “en el mejor de los casos, tensos y, en el peor, tergiversaciones infundadas” llenos de “acusaciones que son falsas y no racionales”.
Próximo juicio
El juicio se fijó para el 15 de abril y en menos de dos semanas se llevará a cabo en Manhattan el primer juicio penal a un expresidente estadounidense.
El presidente Trump asistió recientemente a los juicios de dos casos civiles recientes en su contra en Nueva York, y a menudo se reunió con tribunales llenos de espectadores curiosos, la prensa e incluso turistas.
El juicio había sido programado originalmente para el 25 de marzo, pero un lote de descubrimiento tardío de más de 100,000 páginas entregado a la defensa, justo antes del juicio, resultó en un retraso. El 25 de marzo, el juez celebró una audiencia sobre estas cuestiones y amonestó a la defensa por culpar a los fiscales del retraso en la entrega.
En declaraciones a los periodistas en una conferencia de prensa después de la audiencia, el presidente Trump dijo que no era correcto que el juicio se llevara a cabo en plena temporada electoral y presentó una apelación.
“No sé si va a haber un juicio, creo que vamos a obtener algunas resoluciones judiciales», dijo.
Los abogados defensores han presentado varias cartas al tribunal últimamente, pero el juez criticó recientemente a la defensa por repetidos intentos de retrasar el juicio. Una nueva presión para que el juez se recuse es uno de los últimos intentos de este tipo, sin embargo el juez Merchan se ha negado a retirarse del caso anteriormente.
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