Un solo jugador de la NBA y dos entrenadores se negaron a arrodillarse durante el Himno Nacional el viernes por la noche, sobresaliendo mientras el resto del personal se arrodillaba.
El delantero del Orlando Magic, Jonathan Isaac, se puso de pie con su uniforme mientras sus compañeros se arrodillaban con camisetas de calentamiento de «Black Lives Matter».
Isaac, de 22 años, citó su fe cristiana después del partido.
«Siento que todos cometemos errores, pero creo que el evangelio de Jesucristo es que hay gracia para nosotros. Y que Jesús vino y murió por nuestros pecados. Y que, si todos podemos llegar a un entendimiento de eso—y que Dios quiere esa relación con nosotros—podemos dejar atrás el color de la piel, todas las cosas de nuestro mundo que están mal, estropeadas», dijo.
El movimiento Black Lives Matter ha sido objeto de críticas por parte de algunos por promover una variedad de puntos de vista radicales, incluyendo la disrupción de la estructura familiar y la desfinanciación de la policía. Otros argumentan que el mensaje de la igualdad racial debería ser el objetivo.
Los dueños del Magic, la familia DeVos, dijeron en una declaración que la organización «apoya plenamente a los jugadores del Magic que han elegido aprovechar su plataforma profesional para enviar un mensaje pacífico y poderoso que condena los prejuicios, la injusticia racial y el uso injustificado de la violencia por parte de la policía, especialmente contra la gente de color».
Antes de otro partido el viernes, los entrenadores de los Spurs de San Antonio, Gregg Popovich y Becky Hammon, se pusieron de pie durante el himno, mientras que el resto del personal de los Spurs y los Reyes de Sacramento se arrodillaron. Los trabajadores de la transmisión en el fondo estaban de pie con sus manos sobre sus corazones o sentados en sillas.
Popovich, graduado de la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU., dijo que prefiere guardar sus razones para sí mismo cuando se le pregunta por qué no se arrodilló.
«Todo el mundo tiene que tomar una decisión personal. La liga ha sido genial en eso. Todo el mundo tiene la libertad de reaccionar de la manera que quiera. Por cualquier razón que tenga, reaccioné de la manera que quería», dijo, según los periodistas.
El jugador de los Spurs, DeMar DeRozan, dijo por separado a los reporteros que «todo el mundo tiene su propio derecho de hacer una declaración y no se puede denigrar a nadie por no hacer lo que el resto del grupo está haciendo».
La temporada de la NBA se reanudó el jueves por la noche después de una pausa de un mes debido a la pandemia de COVID-19. Jugadores, entrenadores, reporteros y otros están en un llamado ambiente de burbuja en Florida, incapaces de salir sin ser puestos en cuarentena cuando volvieron a entrar a Walt Disney World en Orlando.
El comisionado de la NBA, Adam Silver, dijo esta semana que no obligará a los jugadores a levantarse durante el himno, a pesar de la política de la liga que dice que deben hacerlo.
La liga se centra en la promoción de la igualdad racial en Estados Unidos, según el comisionado adjunto de la NBA, Mark Tatum.
Antes de que se reanudara la temporada, la NBA y su asociación de jugadores acordaron permitir que los jugadores sustituyeran sus apellidos en las camisetas por una de las 29 palabras o frases, incluyendo «Poder para el pueblo», «Respétenos» y «Soy un hombre».
Además de los estrictos protocolos de seguridad en medio de la pandemia, el acuerdo incluye «el objetivo de tomar medidas colectivas para combatir el racismo sistémico y promover la justicia social», dijo la asociación de jugadores en junio.
«Nuestra plataforma en Orlando presenta una oportunidad única para extender la lucha actual contra el racismo sistémico y la brutalidad policial en este país», dijo Michele Roberts, directora ejecutiva de la asociación, en un comunicado. «Continuaremos trabajando con nuestros jugadores y la Liga para desarrollar planes específicos en Orlando, así como iniciativas a largo plazo para lograr un cambio real en estos temas».
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