El jurado del juicio contra un ranchero de Arizona al que se le acusa de matar en su propiedad a un migrante que trataba de ingresar ilegalmente a Estados Unidos, hará una visitará próximamente la propiedad del acusado.
George Alan Kelly, de 75 años, está enfrentando un juicio por asesinato en segundo grado, luego que hallaran muerto en su rancho de Kino Springs, a Gabriel Cuen Butimea, un inmigrante ilegal procedente de México, a finales de enero del año pasado.
Los abogados de ambas partes pidieron este lunes 8 de abril al juez Thomas Fink, de la Corte Superior del condado de Santa Cruz, que permitiera al jurado ver el rancho por sí mismos, según Court TV.
Fink dijo la semana pasada que permitiría la visita esta misma semana, pero no se ha anunciado la fecha ni la hora, informó ABC news. Aunque tentativamente podría ser el jueves por la tarde.
El juez considera que la visita ayudaría los miembros del jurado a una «determinación justa de las acusaciones en este caso», pero rechazó este lunes una solicitud de los medios de comunicación para acompañarlos durante la visita.
El juicio lleva ya 10 días de proceso y actualmente se encuentra a la mitad de lo previsto.
Recientemente testificó Wanda Kelly, la esposa del ranchero, quien dijo que vio a dos hombres pasar por su casa del rancho el día del tiroteo. Describió que estos iban armados con rifles y llevaban mochilas.
La mujer fue cuestionada sobre algunos detalles contradictorios que dio a las autoridades, como el número de hombres que vio y cuántos disparos escuchó ese día, según Court TV.
La semana pasada el jurado escuchó a varios testigos, entre ellos el Sheriff de Omar Rodríguez, que fue el primer agente que tuvo contacto con la víctima. Expertos en ADN declararon que no encontraron ningún indicio que relacionara a Kelly con la víctima.
También testificaron dos policías del condado de Santa Cruz, la Dra. Krista Timm, patóloga forense que examinó el cadáver de Cuen, y una científica forense de una empresa independiente que analizó los residuos del impacto en la ropa del occiso, según KVOA.
La doctora mostró cómo la bala penetró el cuerpo desde un ángulo bajo en la parte posterior del torso y salió por la parte delantera cerca del esternón, atravesando las costillas, pulmón y aorta, para luego salir por su pecho.
La fiscalía argumenta que se usó un rifle largo para disparar, lo que coincide con el arma que usaba Kelly.
Sin embargo, no se pudo determinar cuál fue el arma usada para disparar la bala que causó la muerte del migrante, así como tampoco la posición de la víctima o del tirador, según KOLD.
La semana pasada, George Alan Kelly parecía confiar en su defensa. Dijo a KVOA que agradecía las muestras de apoyo que había recibido de la gente hasta el momento.
Antecedentes del caso
Kelly fue arrestado el 30 de enero del año pasado, tras la muerte de Cuen Butimea, originario de Nogales, Sonora, al noroeste de México, quien había ingresado ilegalmente a Estados Unidos varias veces. Fue condenado y deportado, la última vez en 2016, según registros judiciales.
El ranchero fue acusado de dispararle con un rifle semiautomático AK-47 en su propiedad y enfrenta dos cargos de agresión agravada con arma mortal en relación con el incidente.
La fiscalía alega que Kelly habría disparado a una distancia de 115 yardas desde el patio de su casa alrededor de las 2:30 pm. Sin embargo, los investigadores no pudieron localizar el cuerpo durante una primera búsqueda general de su propiedad esa misma tarde.
Kelly asegura que descubrió a Buitimea tirado boca abajo sobre la hierba unas horas después, mientras iba a revisar su caballo, tras lo cual llamó a la Patrulla Fronteriza. Esta luego turnó el caso al departamento del Sheriff del condado.
Los investigadores hallaron nueve casquillos de bala que coincidían con las municiones que utilizaba Kelly para su AK-47, según testificó un experto en balística.
Sin embargo, las autoridades no pudieron encontrar la bala que alcanzó y mató a Cuen.
Kelly dijo a los investigadores que ese día disparó al aire como advertencia con un AK-47, sin apuntarle a alguien en particular. Esto, luego de ver a un grupo de hombres armados y con mochilas camuflaje desde la ventana de su cocina, mientras preparaba el almuerzo.
Daniel Ramírez, un inmigrante hondureño que se encontraba con Cuen el día del incidente, también testificó la semana pasada y dijo que esa tarde, después de escuchar unos 10 disparos, la víctima resultó herida.
Aseguró que él se escondió por un tiempo después de que la víctima se desplomara. Describió que cuando salió, se dirigió hacia el muro fronterizo y vio a alguien con cabello gris parado por encima de la víctima, desde unas 200 a 260 yardas. Sin embargo, no pudo identificar a Kelly como el tirador.
Ramírez había sido deportado varias veces anteriormente y fue acusado en 2014 de transportar marihuana ilegalmente, tras lo cual fue condenado.
La defensa de Kelly presentó como prueba una fotografía anterior que mostraba a Cuen Buitimea vistiendo pantalones y chaqueta color canela, una sudadera con capucha, una cangurera, binoculares, gafas de sol y una radio portátil de dos vías. Al parecer, estos artículos suelen ser utilizados por traficantes de drogas para comunicarse y evitar ser detectados.
El día que las autoridades encontraron su cuerpo, vestía ropa similar y llevaba una mochila de camuflaje, una radio en la cintura y un teléfono celular. Sin embargo, Ramírez aseguró que ninguno de los migrantes que lo acompañaban transportaba drogas.
La defensa alegó que varios grupos de inmigrantes ilegales, incluyendo traficantes de drogas y personas, han cruzado la propiedad de Kelly desde hace años y que se volvieron cada vez más amenazantes. Por lo cual, él temía por su seguridad y la de su esposa.
Por su parte, el consulado de México en Nogales, Arizona, está siguiendo de cerca el caso y está en contacto con la familia de la víctima.
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