Jueces de Kentucky ordenaron al menos a tres personas el uso de monitores de tobillo después de que, presuntamente, ignoraron las órdenes de autoaislamiento.
A algunos residentes del estado que fueron diagnosticados con el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, “se les ordenó aislarse; pero se han negado a hacerlo», dijo Steve Conrad, jefe del Departamento de Policía del Metro de Louisville, durante una conferencia virtual esta semana. «Eso ha creado un problema, un peligro obvio de que potencialmente propaguen el virus».
En el primer caso, los oficiales de policía trabajaron con la oficina del fiscal del condado y el departamento de salud para obtener una orden judicial que obligara a que la persona se quedara en casa. Algunos agentes de policía fueron ubicados afuera de la casa del hombre.
El uso de oficiales de policía para proteger a una persona «no fue un uso particularmente bueno de oficiales de policía o agentes de la oficina del sheriff», dijo Conrad. Los funcionarios recurrieron al uso de pulseras de tobillo, que normalmente usan los oficiales de correccionales para rastrear a las personas que tienen casas por cárcel.
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El proceso legal para hacer llegar las pulseras de tobillo a las personas que se niegan a cumplir con las órdenes de aislamiento se ha simplificado después del primer caso, según el jefe de policía.
«Hemos estado en condiciones de reaccionar si se van de casa sin tener que estacionar al personal a tiempo completo», dijo.
Amy Hess, jefa de servicios públicos de Louisville, admiró las medidas.
«Ahora podemos dar marcha atrás y no estamos exponiendo más a nuestros oficiales, pero también podemos monitorear las actividades de esa persona, para asegurarnos de que no afecten más a su comunidad», dijo.
“Si bien creo que ha sido muy exitoso, claramente preferiríamos no tener que hacer eso en absoluto. Preferiríamos que las personas cumplan con la orden, para se cumpla el con el distanciamiento social”.
Las jurisdicciones pueden solicitar a los jueces una «orden de aislamiento» según la ley de Kentucky. Los jueces deben considerar si se ha introducido suficiente evidencia científica para respaldar dicha orden, de acuerdo con una guía de referencia judicial de la ley de salud pública para los tribunales estatales.
“Una orden de aislamiento o cuarentena solo debe emitirse cuando un individuo parece estar sufriendo de una enfermedad grave capaz de transmitirse fácilmente de persona a persona. La entidad gubernamental que busca la orden debe demostrar, con evidencia clara y convincente, que el individuo representa un riesgo para la salud pública suficiente para exigir la privación de la libertad de ese individuo», escribió Mark Rothstein, director del Instituto de Bioética en el Universidad de Louisville junto con otros investigadores.
Si bien los funcionarios de Louisville indicaron que las tres personas que llevaban brazaletes dieron positivo en las pruebas del virus del PCCh, el juez Charles Cunningham, que dictó las dos órdenes más recientes, dijo al Louisville Courier-Journal que sólo una persona dio positivo, mientras que la otra vivía con esa persona.
Una solicitud de la orden del departamento de salud de la ciudad indicó que una de estas personas estaba «caminando», mientras que la otra había dejado su hogar.
El oficial de la Correccional Metropolitana, que fue enviado para colocar los monitores de tobillo ahora tiene fiebre y está se hizo una prueba para detectar COVID-19, dijo a Courier-Journal Tracy Dotson, portavoz de la Orden Fraternal de la Policía Lodge 77, que representa a los trabajadores. Dotson le dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que ese oficial todavía está esperando que vuelvan los resultados de la prueba.
Los miembros no reciben equipos adecuados para llevar a cabo algunas operaciones, agregó Dotson, mientras cuestionan la efectividad de los monitores.
“Cuestionamos la efectiva de las medidas para las personas infectadas que desean evadirse de su casa y que usan brazaletes, o que no tienen vigilancia policial”, dijo Dotson.
“El sistema de monitoreo que estamos utilizando solo nos alertará si el ciudadano abandona su hogar, no evita que se vaya. Una tobillera de monitoreo es un pequeño consuelo para alguien que fue infectado por un virus potencialmente mortal. Además, el ciudadano «en cuarentena» puede llegar a un lugar público antes de que un oficial pudiera alcanzarlo».
La primera orden fue firmada por la jueza jefa de circuito de Jefferson, Angela McCormick Bisig. Dean Watts, el juez ejecutivo del condado, dijo que la orden fue permitida porque declaró una emergencia del condado.
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