Kiev impulsa la ofensiva mientras Rusia evacua a los habitantes de la frontera en Belgorod

Por Adam Morrow
12 de agosto de 2024 5:16 PM Actualizado: 12 de agosto de 2024 5:16 PM

Los civiles están siendo evacuados de partes de la región occidental rusa de Belgorod en medio de una ofensiva transfronteriza ucraniana en curso, que cumple su sexto día en la fronteriza región de Kursk.

«Hemos tenido una mañana alarmante», declaró el 12 de agosto Vyacheslav Gladkov, gobernador de la región de Belgorod.

En un posteo en las redes sociales, Gladkov se refirió a la continua «actividad enemiga» en la frontera del distrito de Krasnoyaruzhsky, en el extremo occidental de Belgorod.

«Para proteger la vida y la salud de nuestra población, estamos empezando a trasladar a la gente que vive en este distrito a lugares más seguros», dijo a continuación.

Según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, la ofensiva transfronteriza pretende aumentar la presión sobre Rusia, que invadió el este de Ucrania en febrero de 2022.

«Ucrania está demostrando que puede restablecer la justicia y está garantizando el tipo exacto de presión que se necesita: presión sobre el agresor», dijo el mandatario en un discurso por vídeo el 11 de agosto.

Él añadió que la cúpula militar ucraniana le había mantenido informado de los últimos acontecimientos en relación con «nuestras acciones para llevar la guerra al territorio del agresor».

Zelenski afirmó a continuación que Rusia había llevado a cabo casi 2000 ataques transfronterizos este verano, desde Kursk, contra la región nororiental ucraniana de Sumy.

«Artillería, morteros, drones», dijo Zelenski. «También registramos ataques [rusos] con misiles, y cada uno de esos ataques merece una respuesta justa».

Las autoridades rusas afirmaron que la incursión pretende demostrar a los partidarios occidentales de Kiev que Ucrania aún puede llevar a cabo operaciones ofensivas eficaces.

Funcionarios ucranianos sugirieron que la ofensiva en curso tiene por objeto reforzar la posición de Kiev antes de posibles conversaciones con Moscú sobre un alto el fuego.

El 6 de agosto, cientos de efectivos ucranianos, respaldados por tanques, artillería y vehículos blindados, entraron en la región occidental rusa de Kursk desde el noreste de Ucrania.

Al día siguiente, el general ruso Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas rusas, declaró que la ofensiva había sido efectivamente detenida.

Sin embargo, los combates continuaron en Kursk, varios kilómetros dentro del territorio ruso, durante el fin de semana.

Una casa dañada. Las autoridades locales rusas informaron de un ataque militar ucraniano en la ciudad de Sudzha, en la región rusa de Kursk. Imagen publicada el 6 de agosto de 2024. (Gobernador en funciones de la región de Kursk, Alexei Smirnov, vía Telegram/Reuters)
Una casa dañada. Las autoridades locales rusas informaron de un ataque militar ucraniano en la ciudad de Sudzha, en la región rusa de Kursk. Imagen publicada el 6 de agosto de 2024. (Gobernador en funciones de la región de Kursk, Alexei Smirnov, vía Telegram/Reuters)

Situación «difícil»

El 10 de agosto, el ministerio de Defensa de Rusia dijo que los combates se concentraban cerca de las ciudades fronterizas de Malaya Loknya, Olgovka e Ivashkovskoye.

También ha habido informes de combates cerca de la ciudad rusa de Korenevo, que se encuentra aproximadamente a 14 millas de la frontera.

No es la primera vez que Kiev realiza una incursión a gran escala en las regiones fronterizas occidentales de Rusia.

Pero su última ofensiva ha resultado ser la más grave desde que Rusia lanzó su invasión.

Las autoridades rusas han impuesto el estado de emergencia en Kursk, Belgorod y Bryansk, desde que comenzó la ofensiva transfronteriza.

Según el ministerio de Emergencias ruso, unos 76,000 civiles han sido evacuados de las zonas cercanas a la frontera debido a los combates y a los ataques ucranianos con drones y artillería.

El 11 de agosto, Alexey Smirnov, gobernador regional en funciones de Kursk, se reunió con Andrey Bulyga, viceministro de Defensa ruso, para discutir cómo contrarrestar lo que denominó el esfuerzo de Kiev «por ganar terreno dentro de la región de Kursk».

Describiendo la situación como «desafiante», Smirnov dijo que el estamento militar ruso estaba tomando «toda la gama de medidas para estabilizar la situación».

Según el gobernador en funciones, se siguen enviando refuerzos a la frontera para participar en lo que calificó una «operación antiterrorista en curso».

El ministerio de Defensa ruso, por su parte, afirmó que Ucrania ha perdido más de 1350 soldados y 29 tanques desde que comenzó la ofensiva hace casi una semana.

Siguiendo su política habitual, no facilitó cifras de bajas rusas.

El 12 de agosto, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que las pérdidas militares de Ucrania estaban «aumentando drásticamente» entre lo que denominó sus «unidades más preparadas para el combate, unidades que el enemigo está trasladando a nuestra frontera».

The Epoch Times no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones sobre el campo de batalla realizadas por ninguna de las partes.

Un miembro del Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Ucrania cerca de las fronteras del país con Bielorrusia y Polonia en la región de Volyn, Ucrania, el 16 de noviembre de 2021. (Gleb Garanich/Reuters)
Un miembro del Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Ucrania cerca de las fronteras del país con Bielorrusia y Polonia en la región de Volyn, Ucrania, el 16 de noviembre de 2021. (Gleb Garanich/Reuters)

Bielorrusia refuerza la frontera

La situación se complicó aún más el 10 de agosto, cuando Bielorrusia envió tropas adicionales a su frontera con Ucrania tras denunciar que los drones de Kiev habían violado su espacio aéreo.

Bielorrusia, un aliado clave de Rusia en Europa del Este, comparte una frontera de aproximadamente 675 millas con Ucrania.

«No entiendo por qué Ucrania necesita esto», dijo el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en declaraciones recogidas por los medios estatales.

Minsk informó desde entonces a Kiev de que las provocaciones fronterizas percibidas «no quedarían sin respuesta», añadió Lukashenko.

Andriy Kovalenko, jefe de la agencia antidesinformación de Kiev, dijo que los despliegues fronterizos bielorrusos eran un esfuerzo de Minsk para «desviar la atención del mando [militar] de Ucrania hacia este sector».

No es la primera señal reciente de tensión entre Ucrania y Bielorrusia.

El mes pasado, Bielorrusia reforzó sus defensas a lo largo de la frontera común, atribuyendo la medida a lo que describió como un aumento de la actividad de drones ucranianos en la zona.

Minsk también afirmó tener información de que Kiev estaba acumulando tropas en la región ucraniana de Zhytomyr, que limita directamente con territorio bielorruso.

En aquel momento, las autoridades ucranianas rechazaron las afirmaciones, calificándolas de «operación de información» llevada a cabo por Minsk «con apoyo ruso».

No obstante, Moscú calificó los informes de «motivo de preocupación» y se comprometió a responder «adecuadamente» a las «provocaciones» ucranianas contra Bielorrusia.

La crisis remitió a mediados de julio, cuando Lukashenko declaró que las fuerzas ucranianas se habían retirado de la zona fronteriza.

La Guardia de Fronteras de Ucrania, por su parte, acusó a Bielorrusia de haber fabricado la crisis.

El 12 de agosto, la Guardia de Fronteras ucraniana declaró que seguía sin tener constancia de movimientos de tropas bielorrusas cerca de la frontera común.

«No hemos registrado ningún movimiento o acumulación de fuerzas bielorrusas (…) cerca de nuestra frontera», dijo un portavoz de la Guardia de Fronteras.

Reuters ha contribuido a este informe.


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