Algunos días necesito un poco de tranquilidad. Estoy cansado, emocionalmente agotado o simplemente me siento agobiado por el mundo.
En esos días, intento identificar mi estado físico, mental y emocional, y me pregunto qué necesito.
Darse cuenta es un gran paso para la mayoría de nosotros. A menudo no reconocemos cuando nos sentimos agotados o un poco abatidos por la vida. Nos centramos en lo que creemos que tenemos que hacer y seguimos adelante. Esto puede parecer necesario, pero rara vez es útil porque nos estamos obligando a actuar cuando estamos agotados o nos sentimos afectados.
Así que, si nos damos cuenta, podemos hacer una pausa, respirar un poco y preguntarnos: «¿Qué necesito?».
A veces, para mí, es un poco de descanso. Me echo una siesta. Es un pequeño y hermoso consuelo que me doy a mí mismo, y después me siento mucho más fresco.
Hoy me gustaría hablar en favor de los pequeños consuelos. La siesta es un buen ejemplo, pero hay muchos más.
Éstos son algunos de mis pequeños mimos favoritos:
-Un minuto de respiración y estar presente en lo que siento.
-Un buen estiramiento.
-Una taza de té caliente.
-Una ducha caliente.
-Un paseo relajante por la naturaleza.
-Unas cuantas frutas del bosque u otra fruta deliciosa.
-Un abrazo de un ser querido.
-Una breve sesión de meditación.
-Una cucharada de crema de cacahuete.
-Acurrucarse con un buen libro.
-Un masaje.
-Sentarse en un jacuzzi.
-Sentarse con alguien y escuchar música.
-Tomar uno o dos trozos de chocolate negro.
Las pequeñas comodidades no suelen implicar riesgos, pero hay algunos consejos que pueden ayudarle a sacarles el máximo partido.
1. Evitar los excesos
Aunque pueda parecer extraño hablar de abusar de las comodidades, muchos de nosotros somos capaces de excedernos hasta el punto de acercarnos a la adicción.
Por ejemplo, si disfruta del pequeño confort de una copa de vino, puede excederse sintiendo la necesidad de tomar vino cada vez que se sienta estresado. Entonces puede pasar a necesitar tomar cinco copas de vino al día.
Lo mismo puede ocurrir con la comida, la televisión, los videojuegos, etcétera. No hay nada malo en ello, pero hay que tomarlo en pequeñas dosis. Utilice una variedad de maneras de encontrar consuelo cuando lo necesite, no sólo una cosa de la que se vuelva dependiente.
2. Afronte la incomodidad cuando pueda
No siempre se puede estar cómodo. Si ése es su objetivo, acabará alejándose de la vida. Soy un firme defensor de aprender a estar cada vez más con la vida, incluyendo lo que es incómodo. Así es como crecemos.
Dicho esto, no podemos hacerlo todo el tiempo. A veces necesitamos alimentarnos, reponernos y revitalizarnos. A veces necesitamos consuelo. No es una cuestión de todo o nada: podemos encontrar el equilibrio adecuado para nosotros.
3. Dejar ir la culpa
A pesar de lo que dije en los dos primeros consejos, este artículo trata de pequeñas comodidades, no de «placeres culpables». Las comodidades, cuando las necesitamos, son saludables y maravillosas. A ver si se puede permitir saborear estos pequeños placeres.
4. Esté presente y disfrútelos
Comer un dulce no es muy reconfortante si está distraído con el teléfono. Saboree plenamente y descubra lo maravilloso y delicioso de los pequeños detalles.
Espero que se permita cuidarse cuando lo necesite. Brindo por las pequeñas comodidades que son alegrías de la vida.
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