Viajar en la parte trasera de una ambulancia puede ser una experiencia traumática, especialmente para los niños. También puede ser difícil para los paramédicos responsables del tratamiento del paciente de camino al hospital. Uno de ellos tuvo una experiencia desgarradora tratando a un niño, y ahora se está conectando con sus pacientes usando un viejo pasatiempo: la magia.
Ivan Mazurkiewicz es un paramédico de 33 años, en Scandia, Minnesota. Como paramédico principal se enfrenta a muchos desafíos cuando trata a los niños. La mayoría de las llamadas a las que responde involucran a los adultos, y son más capaces de expresarse.
Los niños, por otro lado, pueden tener problemas para explicar lo que está mal. Tienden a tener más miedo, ser más aprensivos y más difíciles de conectar con ellos. Además, hay algo especialmente difícil en presenciar a un niño que está enfermo, herido, asustado o con dolor.
«Nadie quiere ver sufrir a un niño. Nadie quiere ver a un niño con dolor, y nosotros definitivamente no queremos ver a un niño que está teniendo una emergencia médica crítica. Así que te involucras emocionalmente», declaró Mazurkiewicz a The Epoch Times.
También es difícil porque los equipos de emergencia pueden tener hijos propios o cercanos, y pueden asociar al paciente con el niño que conocen, especialmente si tienen la misma edad.
Una llamada trágica
Mazurkiewicz es paramédico desde hace nueve años y ha respondido a numerosas llamadas. Sin embargo, hubo una llamada que involucró a un niño de 5 años de edad que realmente lo derribó, hace casi siete años.
«Fue la peor llamada de toda mi carrera», expresó Mazurkiewicz.
El niño se había caído de un tractor en un accidente relacionado con la granja. Lo que hizo que esta llamada fuera particularmente horrible fue que no sabían de antemano la condición del niño, y no sabían que estaban atendiendo a un niño tan pequeño.
El niño estaba llorando por su padre, y estaba visiblemente molesto. En un minuto, la condición del niño empeoró rápidamente dentro de la ambulancia. Trágicamente, falleció después de que llegaran al hospital. Tenía la misma edad que el sobrino de Mazurkiewicz.
«Fue la primera vez en toda mi carrera que me sentí absolutamente impotente», destacó.
Superación y magia
Es comprensible que se estremeciera después de esta llamada. Afortunadamente, tuvo mucho apoyo de su familia. Durante la semana siguiente, aproximadamente, experimentó un gran estrés postraumático.
El jefe de Mazrukiewicz también organizó una reunión informativa sobre el estrés del incidente crítico, en la que todos los que habían participado en la llamada fueron invitados a hablar durante el evento y a expresar lo que sentían.
La discusión entre él y sus colegas fue terapéutica y le ayudó a hacer frente al incidente.
También aprendió que era importante «ser un niño de corazón», sobre todo porque la infancia de su paciente había sido interrumpida.
Recordó lo asustado que había estado cuando respondió al llamado del niño. Cuando los pacientes pediátricos están aterrorizados, es difícil hacer conexión con ellos.
Mazurkiewicz cuando era niño tuvo interés en la magia, particularmente en los trucos de cartas. Después del trágico incidente que involucró al niño de 5 años, se dio cuenta de que su pasatiempo podía ayudarlo a conectarse con los pacientes.
Ya sea que se trate de hacer desaparecer una moneda o de convertir una moneda de diez centavos en una moneda de 25 centavos, los trucos captan la atención de los niños. Luego compró un libro de magia, y comenzó a aprender más y más trucos. También fue a la tienda de magia más antigua del país con su sobrina, y ahora tiene un repertorio completo de trucos.
Conectando con los niños
Ahora la magia se ha convertido tanto en un pasatiempo como en una forma de conectarse con los pacientes. Su truco favorito se llama «Lightening Boogie», en el que saca una luz roja brillante del oído o la nariz de un niño.
También tiene un truco donde toma un libro en blanco y lo convierte en un libro para colorear.
Los trucos de magia le han ayudado mucho a conectarse con los pacientes pediátricos que trata
En un caso, él respondió a una llamada donde un niño autista estaba teniendo un episodio. Estaba agitándose y no dejaba que nadie se le acercara.
Los maestros no pudieron calmarlo, y su madre no pudo encontrar quien lo llevara a la escuela. Sin embargo, Mazurkiewicz pudo ayudar. Inicialmente se mantuvo alejado y habló con el niño. Una vez que el niño respondió, comenzó a acercarse lentamente y le aseguró que estaba allí para ayudar.
Logró que el niño lo mirara y le expresó que tenía algo en la nariz. Realizó el truco del Lightening Boogie, y el niño se involucró inmediatamente.
«Se aferró por completo y estaba interesado en lo que yo estaba haciendo», exclamó.
Una vez que habían realizado algunos trucos de magia juntos, él pudo conseguir que el niño se calmara lo suficiente como para subir al transporte escolar a casa. Le enseñó al niño cómo hacer desaparecer una moneda de 25 centavos y le mencionó que se lo mostrara a su madre cuando llegara a casa.
La magia permitió que Mazurkiewicz se convirtiera en un mejor paramédico. Recientemente fue honrado en la ceremonia de entrega de los premios Allina Commitment to Care Awards, particularmente por su profunda forma de sentir empatía con sus pacientes.
«Es genial cuando se puede conectar con un paciente a un nivel diferente», explicó.
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