Un cierre del gobierno estadounidense podría acabar provocando una degradación de la calificación crediticia y se consideraría una prueba de la deficiente formulación de la política fiscal en el país, según la agencia de calificación Moody’s.
«La formulación de la política fiscal es menos sólida en Estados Unidos que en muchos de sus homólogos con calificación Aaa, y otro cierre sería una prueba más de esta debilidad», declaró Moody’s en un comunicado el lunes, según Reuters.
Un cierre sería la prueba de que la polarización política en Washington debilita la formulación de la política fiscal de Estados Unidos, dijo a la agencia el analista de Moody’s William Foster. Esto se produciría en un momento en que la deuda pública se encuentra bajo presión debido al aumento de las tasas de interés, añadió.
«Si no hay una respuesta eficaz de política fiscal para intentar compensar esas presiones… entonces existirá la probabilidad de que eso tenga un impacto cada vez más negativo en el perfil crediticio», dijo el Sr. Foster. «Y eso podría conducir a una perspectiva negativa, potencialmente a una degradación en algún momento si no se abordan esas presiones».
Moody’s otorga actualmente al gobierno estadounidense una calificación «Aaa» con perspectiva estable, que es la máxima calificación que la agencia concede a los prestatarios.
Es la última de las tres principales agencias de calificación que mantiene una calificación tan alta para Estados Unidos, después de que S&P Global rebajara la calificación del país a AA+ en 2011 y Fitch la rebajara al mismo nivel en agosto de este año.
El futuro
La financiación federal se agotará el 30 de septiembre, tras lo cual el gobierno podría cerrar. Para evitarlo, el Congreso tiene que aprobar los 12 proyectos de ley de asignaciones anuales y enviarlos al presidente Joe Biden para su aprobación.
Alternativamente, debe promulgar una medida de financiación a corto plazo denominada resolución continua (RC). Los republicanos han propuesto una RC para prolongar el cierre un mes, hasta el 31 de octubre.
Sin embargo, la medida no ha progresado. Dentro del GOP, hay desacuerdos sobre el contenido del proyecto de resolución continua. Mientras tanto, los demócratas no están a favor, ya que el proyecto de ley incluye una reducción del 8% del gasto federal.
Cuando Fitch rebajó la calificación de Estados Unidos en agosto, advirtió que la medida reflejaba «el deterioro fiscal previsto para los próximos tres años» y una «creciente carga de la deuda de las administraciones públicas».
También culpó a la «erosión de la gobernanza» en Estados Unidos en relación con otros pares con calificación AA y AAA durante las dos últimas décadas.
«Los repetidos enfrentamientos políticos por el límite de la deuda y las resoluciones de última hora han erosionado la confianza en la gestión fiscal», afirmó.
En declaraciones a Reuters, el Sr. Foster dijo que «en este entorno de tipos más altos durante más tiempo y presiones crecientes en el frente de la asequibilidad de la deuda, es mucho más importante que la política fiscal pueda responder».
«Y parece cada vez más desafiante debido a cosas como el cierre del gobierno y haber salido del episodio del límite de la deuda, porque es una dinámica política tan polarizada en Washington».
El cierre
Como no hay financiación antes del nuevo año fiscal del 1 de octubre, la Oficina de Gestión y Presupuesto del gobierno de Biden ha aconsejado a las agencias que revisen y actualicen sus planes para el cierre, reportó The Associated Press.
El último cierre de 2018-2019 bajo la Administración Trump duró 35 días. Como se aprobó parte de la financiación, sólo fue un cierre parcial.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó que este cierre podría costar 3000 millones de dólares a la economía estadounidense.
Una vez desencadenado el cierre, las agencias federales tendrán que cesar todo el trabajo no esencial. No se enviarán nóminas mientras dure el cierre, lo que afectaría a millones de trabajadores federales, incluido el personal militar.
Casi el 60% de los trabajadores federales están empleados en el Departamento de Defensa, Seguridad Nacional y Asuntos de los Veteranos. Algunas oficinas federales también cerrarían o reducirían su horario.
Las operaciones de las empresas estrechamente vinculadas al gobierno, como los contratistas federales, podrían verse afectadas. Los estadounidenses que soliciten servicios públicos podrían sufrir retrasos, lo que afectaría a la expedición de pasaportes y permisos de armas de fuego.
El economista jefe de Ernst & Young, Gregory Daco, espera que el cierre de Estados Unidos deje una «huella visible en la economía», según AFP.
Cada semana de cierre del gobierno costará a la economía estadounidense 6000 millones de dólares, lo que reducirá en 0.1 puntos porcentuales el producto interior bruto estadounidense del cuarto trimestre, dijo.
«Aparte de las consecuencias macroeconómicas directas de un cierre, los mercados financieros y la confianza del sector privado también podrían verse afectados».
Trump dice que no hay compromiso
Algunos republicanos de la Cámara de Representantes no aceptarán el acuerdo sobre el gasto público alcanzado entre el presidente Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.).
Esto ha provocado preocupación entre algunos republicanos por la posibilidad de que el partido acabe siendo culpado en caso de que se produzca un cierre y tenga graves consecuencias para la economía. Sin embargo, el expresidente Donald Trump presionó recientemente a los republicanos para que no cedieran en sus demandas.
«Los republicanos perdieron a lo grande en el Techo de Deuda, no consiguieron NADA, y ahora les preocupa que se les culpe del Cierre Presupuestario», dijo el presidente Trump en un posteo del 25 de septiembre en Truth Social.
El presidente Trump dijo que esto es incorrecto, y que el presidente Biden asumirá la culpa del cierre.
«Nuestro País está siendo sistemáticamente destruido por los Marxistas, Fascistas y Matones de la Izquierda Radical – LOS DEMÓCRATAS. A MENOS QUE LO CONSIGAN TODO, ¡CIERREN!».
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