La batalla de la carne roja es una experiencia interesante y a menudo agotadora. Pero a pesar de las recomendaciones de algunos de los principales actores, hay un gran y creciente contingente de médicos y organizaciones que están desafiando la percepción generalizada de que la carne roja es peligrosa.
Varios estudios en las últimas décadas indican una fuerte asociación entre la carne roja y la enfermedad cardíaca, particularmente el colesterol alto, y las venas y arterias rígidas. Se creía que esta asociación era el resultado de los altos niveles de grasa saturada en la carne roja. Pero más recientemente, los expertos cambiaron de opinión.
Aunque la carne roja es más alta en grasas saturadas que otras fuentes de proteínas, la grasa saturada que contiene es neutra al entrar al cuerpo. La fuente más importante de grasas saturadas que pueden influir negativamente en la salud del corazón, sugieren, son las carnes procesadas y los carbohidratos altamente refinados.
Una revisión, publicada en Circulation, encontró que la sustitución de la proteína de la carne roja por proteínas vegetales, pero no carbohidratos refinados, condujo a concentraciones de grasa ligeramente mejores en la sangre. Sin embargo, el estudio también encontró que no hubo mejoras significativas en el colesterol total, el colesterol LDL «malo» o la presión arterial entre los grupos de animales y plantas.
La idea de que la carne roja no es tan peligrosa como antes se creía es una gran tendencia en este momento tanto en la salud del corazón como en la de la nutrición, y es probable que sea un debate candente. Si estuvo evitando la carne roja debido a su salud, pero le encanta, es probable que pueda volver a incluirla en su dieta. Sin embargo, no toda la carne roja es producida igual. Y lo que podría ser más importante es lo que comes con ella.
Si decide incluir más carne roja en su dieta, aquí tiene algunos consejos para minimizar cualquier riesgo potencial:
Cuidado con lo secundario. Una de las posibles razones de la relación entre el riesgo cardíaco y la carne roja podría ser lo que la gente tiende a comer con ella. Una hamburguesa envuelta en un bollo hecho de granos refinados, una capa de ketchup de azúcar y patatas fritas fritas no es exactamente saludable para el corazón. En su lugar, tome la hamburguesa y cúbrala con verduras y una ensalada y coma con un panecillo de grano entero.
Consiga cortes frescos. El bistec, la carne molida o la carne de cerdo de alta calidad y criados de forma natural no son lo mismo que las carnes procesadas. Las carnes empacadas o en cajas, como las cenas en la televisión, el tocino y las hamburguesas, están repletas de sodio, nitratos y otros ingredientes que pueden representar un riesgo para la salud del corazón.
Coma apropiadamente. Las carnes con un alto contenido de grasa son calóricamente densas y pueden ponerlo fácilmente por encima de sus necesidades calóricas diarias. Con el tiempo, esto puede llevar al aumento de peso. Mezcle la carne y su fuente proteínas, optando por cortes más magros, carnes blancas y proteínas vegetales también.
Mat Lecompte es un periodista independiente sobre salud y bienestar. Este artículo fue publicado originalmente en Bel Marra Health.
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