El viernes, la Casa Blanca se negó a divulgar la cantidad de infecciones por COVID-19 entre su personal vacunado, conocidos como casos posvacunación, después de que un asistente dio positivo a principios de la semana pasada y algunos periodistas presionaron para que se revelara más información de lo sucedido.
En una rueda de prensa, se le preguntó a la secretaria de prensa Jen Psaki si la Casa Blanca estaba «tratando de ocultar algo» al no revelar el número de casos importantes entre el personal vacunado de la Casa Blanca.
«No, pero ¿por qué necesitas esa información?», respondió Psaki.
“Transparencia, en interés del público, para tener una mejor comprensión de cómo funcionan los casos importantes aquí en la Casa Blanca”, respondió el reportero.
En medio del polémico intercambio, Psaki señaló los esfuerzos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para rastrear casos posvacunación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el patógeno que causa la enfermedad COVID-19.
«Hay una serie de información que nuestros funcionarios de salud pública están rastreando -en todo el país, en todo el D.C., en todos los individuos que están aquí- sobre quiénes están vacunados, quiénes están contrayendo el virus, sobre quienes están siendo hospitalizados», dijo, y añadió que «sigue siendo un pequeño porcentaje».
Según los CDC, hasta el 19 de julio, más de 161 millones de personas en Estados Unidos habían sido completamente vacunadas, mientras que, durante el mismo período, la agencia recibió informes de 5914 pacientes vacunados que se infectaron de COVID y que fueron hospitalizados o murieron.
Psaki dijo que muchos expertos médicos han dicho que las personas que están completamente vacunadas contra el COVID-19 están protegidas de enfermedades graves, y agregó que el impacto de los casos de posvacunación es limitado porque el país está «en un lugar diferente» en comparación al momento en que la campaña de vacunación se encontraba en sus primeras etapas.
Sus comentarios se produjeron cuando les dijo a los periodistas, el martes, que había habido múltiples infecciones de COVID-19 en la Casa Blanca que no habían sido reveladas previamente. Esto se presentó posteriormente a los informes de que un miembro del personal de la Casa Blanca y una asistente de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), habían dado positivo por COVID-19, a pesar de que ambos estaban vacunados.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca anunció el miércoles que estaba cambiando su política de divulgación de COVID-19 y ahora anunciará cualquier prueba positiva entre los funcionarios que entren en contacto con el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris o sus cónyuges.
Antes del reporte, Psaki dijo que la política de la administración Biden era divulgar información sobre las infecciones por COVID-19 solo si ocurrieron entre un grupo relativamente pequeño de altos funcionarios, conocidos como oficiales comisionados.
Los recientes anuncios de la secretaria de prensa se producen cuando Estados Unidos lidia con un aumento en las nuevas infecciones y los funcionarios de salud pública han emitido repetidas advertencias sobre la variante Delta, que dicen que es más transmisible.
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