La Casa Blanca aún no ultima los detalles para acceder a los periodistas a observar las operaciones en las instalaciones de retención de inmigrantes ilegales en la frontera Sur de Estados Unidos, confirmó este martes la secretaria de prensa, Jen Psaki.
«Espero que pronto se conozcan más detalles. Pero nuestro plan es facilitar el acceso, probablemente a través de un grupo, y estamos trabajando para ultimar esos detalles», dijo Psaki al responder a la pregunta de un periodista.
Sus comentarios se produjeron en medio de la creciente frustración de los legisladores y de los grupos defensores de la prensa, por el bloqueo por parte del gobierno de Biden a la presencia de los medios de comunicación en las instalaciones fronterizas. Los reporteros, como el corresponsal de Getty Images, John Moore, se quejaron de la falta de transparencia y del «acceso cero» a lo largo de la frontera, mientras el aumento histórico de cruces fronterizos ilegales, en particular de menores no acompañados, sigue suponiendo un reto importante para el gobierno.
A principios de este mes, el Departamento de Seguridad Nacional declaró que el viaje del secretario Alejandro Mayorkas a la frontera, incluyendo El Paso, Texas, «estará cerrado a la prensa debido a las precauciones de privacidad y COVID-19».
Cuando se le presionó para que abordara el tema, Psaki dijo que el gobierno sigue «comprometido con la transparencia», pero que aún no puede proporcionar a los periodistas ningún detalle ni un calendario específico sobre cuándo se permitirá un mayor acceso a los medios de comunicación.
«Estamos trabajando con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, y también con el Departamento de Seguridad Nacional, para garantizar la privacidad y asegurarnos de que seguimos los protocolos del COVID», dijo la secretaria a los periodistas en la Casa Blanca a principios de esta semana. «Seguimos comprometidos con la transparencia y, por supuesto, como señalé la semana pasada, queremos asegurarnos de que los medios de comunicación tengan acceso a estos sitios».
A principios de esta semana, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el representante Henry Cuellar (D-Texas) y Project Veritas publicaron por separado fotos de menores no acompañados —niños que entran ilegalmente en el país sin un adulto— durmiendo en el suelo en condiciones de hacinamiento.
Las fotos de la CBP, que fueron tomadas en una instalación desbordada en Donna, Texas, y muestran lo que parecen ser menores durmiendo hombro con hombro sobre alfombras tapados con lo que parecen ser láminas de aluminio, y en bancos. Otra foto muestra una gran fila de inmigrantes ilegales varones esperando a ser procesados, mientras que otra foto muestra a niños pequeños dentro de un corralito mientras un televisor muestra programas infantiles.
A su vez las fotos de una instalación de tiendas de campaña desbordadas en Donna, Texas, proporcionadas por Cuellar a The Epoch Times muestran condiciones similares, con imágenes de algunos niños que también duermen en el suelo sin colchoneta.
Cuellar, cuya oficina compartió por primera vez las fotos con Axios, dijo al medio de comunicación que una «unidad» albergaba a más de 400 menores varones no acompañados. Se supone que estas unidades tienen capacidad para un máximo de 260 personas, dijo.
Las unidades ofrecen «condiciones terribles para los niños», añadió Cuéllar, quien dijo que estos niños deberían ser trasladados para ser alojados y atendidos por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
El gobierno se encuentra en una carrera contrarreloj para hacer frente a la creciente crisis, ya que los cruces ilegales de la frontera siguen aumentando. Mayorkas reconoció la semana pasada que Estados Unidos está «a punto de encontrar más individuos en la frontera suroeste que en los últimos 20 años».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que prometió revertir las políticas de inmigración de su predecesor durante su campaña, suplicó recientemente a los migrantes centroamericanos que se queden en su «pueblo o ciudad o comunidad» en lugar de hacer el peligroso viaje para cruzar ilegalmente a Estados Unidos.
Al asumir el cargo, Biden revirtió varias políticas migratorias de la era Trump, incluyendo el Protocolo de Protección al Migrante de su predecesor, que buscaba poner fin a la problemática política de «captura y liberación», al que se le atribuye haber frenado significativamente el flujo de inmigrantes ilegales en 2019.
En un regreso a las políticas de la era Obama, que facilitan la «captura y liberación», los solicitantes de asilo ahora son liberados en el interior del país mientras esperan una audiencia judicial, a menudo para no ser vistos nunca más.
El Pentágono confirmó a los periodistas el martes que el HHS envió una solicitud de ayuda para albergar temporalmente a los menores no acompañados en dos instalaciones militares de Texas.
Con información de Jack Phillips.
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