Comentario
China apoya económicamente a Irán e Irán, a su vez, apoya a Hamás con dinero y armas chinas. El Partido Comunista Chino (PCCh) utilizará el ataque contra Israel para aumentar su influencia en la región, dificultando que Estados Unidos convenza a Israel y a sus vecinos árabes para que se unan a los acuerdos liderados por Estados Unidos.
El ataque sorpresa lanzado por Hamás el 7 de octubre ha dejado al menos 1300 muertos en Israel, y se espera que el número de víctimas aumente. Inmediatamente después del ataque, Israel lanzó un contraataque en Gaza, matando al menos a 1799 palestinos hasta el 13 de octubre.
El orden internacional liderado por Occidente ha condenado en gran medida el ataque contra Israel, mientras que Beijing no lo ha hecho. Al mismo tiempo, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, culpó a Israel diciendo: «La continua aplicación por parte de Israel de políticas violentas y extremistas es una bomba de tiempo que priva a la región de cualquier oportunidad seria de estabilidad en un futuro previsible». Jordania condenó las represalias de Israel. E Irán elogió el ataque de Hamás: «Felicitamos a los combatientes palestinos. …Estaremos al lado de los combatientes palestinos hasta la liberación de Palestina y Jerusalén».
El Partido Comunista Chino (PCCh) se ha negado a condenar el ataque por varias razones. En primer lugar, China es un importante socio económico de la República Islámica de Irán. China ayuda a Irán a eludir las sanciones occidentales, comprándole petróleo barato y vendiéndole tecnología utilizada en aviones no tripulados y misiles. El PCCh también ha proporcionado a Teherán tecnología cibernética, lo que ha permitido al país convertirse en una importante amenaza para la ciberseguridad. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) apoya a Hamás con equipamiento, inteligencia, armas y entrenamiento. Mientras tanto, Teherán proporciona a Hamás el 70% de su financiación.
Irán y el reino de Arabia Saudí mantienen una larga enemistad y Estados Unidos proporciona seguridad al reino. China necesita comerciar con ambos países y quiere eliminar al ejército estadounidense del panorama. En consecuencia, China medió en un acuerdo de paz entre Arabia Saudí e Irán a principios de este año. Al neutralizar la amenaza iraní sobre Arabia Saudí, China esperaba eliminar la necesidad de tropas estadounidenses en el reino. Beijing también esperaba que apartando a Washington del panorama podría convencer a Arabia Saudí y a otras naciones de la OPEP para que fijaran el precio y comerciaran con el petróleo en yuanes.
Para ganarse el favor de las naciones de Medio Oriente, el PCCh ha exigido en repetidas ocasiones que Israel conceda la independencia a Palestina y que las Naciones Unidas reconozcan a Palestina como Estado independiente. El líder chino, Xi Jinping, también trató de aumentar su prestigio como pacificador intentando mediar en un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Parte del plan de paz del Sr. Xi incluía que Israel permitiera a Palestina establecer su capital en Jerusalén. Sin embargo, Israel ha trasladado oficialmente su capital a Jerusalén, lo que hace insostenible esta propuesta.
Durante el mandato del presidente Donald Trump, Estados Unidos reconoció oficialmente a Jerusalén como capital de Israel y trasladó allí su embajada, a diferencia de la mayoría de los demás países que mantienen sus embajadas en Tel Aviv. Además, Trump respaldó el control de Israel sobre los Altos del Golán, un territorio que la Liga Árabe sostiene que debería ser devuelto a Siria. Cabe destacar que Israel es el mayor receptor de ayuda estadounidense para defensa, lo que lo alinea firmemente dentro de la esfera de influencia estadounidense.
Aunque China es el tercer socio comercial de Israel, el gobierno israelí inició una investigación sobre las inversiones chinas dentro de Israel, citando preocupaciones de seguridad nacional. En consecuencia, la perspectiva de que Israel se alinee con la esfera de influencia china parece poco probable. Simultáneamente, las coaliciones regionales que incluyen a Israel pueden ver disminuir la participación de las naciones islámicas de línea dura que las integran.
Dada esta dinámica, al PCCh le convendría apoyar a Palestina, cultivar las relaciones con otras naciones de Medio Oriente y, potencialmente, considerar a Israel como una desventaja. El Sr. Xi se reunió con el presidente palestino Mahmoud Abbas en Beijing en junio de este año, y ambos firmaron una asociación estratégica. A cambio, Palestina se unió a 53 naciones, firmando una declaración conjunta en apoyo del genocidio del PCCh en Xinjiang. También apoyaron los esfuerzos del PCCh para reprimir las protestas prodemocráticas en Hong Kong.
Al mejorar sus relaciones con las naciones de Medio Oriente, Beijing espera socavar los Acuerdos de Abraham negociados por Trump. Al mismo tiempo, China está construyendo su propia coalición al invitar tanto a Arabia Saudí como a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a unirse al BRICS. El PCCh explotará este ataque a Israel para demostrar que Estados Unidos es un socio de defensa poco fiable. Y esta retórica puede exportarse a otras partes del mundo, como Taiwán y el sudeste asiático. El Sr. Xi también ha anunciado la Iniciativa de Seguridad Global, que presenta como una alternativa al alineamiento de seguridad estadounidense.
Tras el ataque a Israel, Estados Unidos ha prometido su apoyo, enviando armas y desplegando buques de guerra en la región. Los legisladores estadounidenses de visita en China pidieron a Beijing que apoyara a Israel. Y mientras todo esto acerca a Israel a Estados Unidos, el Sr. Xi intentará explotar esta tragedia para aumentar la influencia de China en Medio Oriente.
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