La constante e inquietante modernización del ejército chino

Por Richard A. Bitzinger
14 de mayo de 2021 10:44 PM Actualizado: 14 de mayo de 2021 10:44 PM

Opinión

Solía haber un dicho sobre el Ejército Popular de Liberación (EPL), que era popular en la década de 1990, que decía: «se recorrió un largo camino, pero aún queda un largo camino por recorrer».

Al poner en segundo lugar que «aún queda un largo camino por recorrer», básicamente se menospreciaba o desestimaba cualquier progreso que el EPL hubiera hecho hasta ese momento. Tal vez esta afirmación fuera válida en su momento, pero hace tiempo que ya no es cierta.

Hasta principios de la década de 2000, era habitual hablar de las capacidades militares chinas en términos de «pockets de excelencia». Algunos sectores de la industria de defensa china se consideraban relativamente buenos, como los misiles balísticos, los misiles de crucero antibuque y las armas nucleares.

El resto de los productos de defensa de China eran bastante malos. Los pilares de la Fuerza Aérea del EPL durante la década de 1990 y principios de 2000 eran aviones de combate de origen soviético desarrollados en la década de 1950 (como el J-7/MiG-21) o cazas nacionales que estaban obsoletos antes de entrar en servicio (como el J-8II).

Además, las armas fabricadas en China eran famosas por su baja calidad, con tanques que echaban humo y aceite, fragatas que carecían de sellos herméticos entre los tabiques y aviones de combate con remaches toscos y juntas de solapa toscas.

De hecho, hasta hace unos 15 años, el mejor equipo del EPL era extranjero, principalmente ruso o israelí. Entre ellos se encontraban los cazas y aviones de alerta temprana rusos, y los misiles aire-aire de fabricación israelí.

Si avanzamos hasta las décadas de 2010 y 2020, es nada menos que asombroso lo mucho que avanzó China en la fabricación de sistemas de armas enormemente mejorados. Este progreso quedó demostrado en una reciente maniobra publicitaria, cuando a fines de abril, la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) puso en servicio simultáneamente tres buques de guerra: un portahelicópteros Tipo 075 (clase Yushen), un crucero de misiles guiados Tipo 055 (clase Renhai) y un submarino de misiles balísticos de propulsión nuclear Tipo 94 (clase Jin).

Cada uno de estos buques comisionados demuestra una capacidad en aumento por parte de PLAN, concretamente, en la guerra anfibia, la proyección de fuerzas de guerra de superficie y la disuasión nuclear con base en el mar.

El portahelicópteros Tipo 075, el Hainan, es el primero de una serie de grandes buques de asalto de cubierta plana nunca antes operados por PLAN. Estos buques pueden transportar hasta 28 helicópteros y 1200 soldados, proporcionando al EPL una importante ampliación de sus capacidades expedicionarias anfibias. Hasta ahora se construyeron al menos tres buques Tipo 075 y se espera que PLAN adquiera un total de ocho buques de esta clase.

El Dalian es el tercer crucero de misiles guiados Tipo-055 en ponerse en servicio hasta el momento. El Type-055 es enorme: con 180 metros de eslora y 13,000 toneladas de desplazamiento, es más grande que el crucero de la clase Ticonderoga o el destructor de la clase Arleigh Burke de la Marina estadounidense. Cuenta con 112 tubos de sistema de lanzamiento vertical (VLS) capaces de disparar una gran variedad de misiles antiaéreos, antibuque y para un ataque terrestre, se compara a las 64 células VLS del destructor Type-052D de la PLAN (y las 96 células VLS del último destructor Arleigh Burke).

Está planeado que se construyan hasta 16 cruceros Tipo 55 y junto con los más de 65 destructores y fragatas modernos que también se están incorporando a la PLAN —así como dos (pronto serán tres) portaaviones— China pronto poseerá una impresionante capacidad para proyectar un poder marítimo sostenible en los océanos Pacífico e Índico.

La creciente flota de superficie de la PLAN está ampliando en gran medida la huella militar de China, tal vez eventualmente en el Océano Atlántico. China se está convirtiendo, poco a poco, en una potencia naval de aguas azules a nivel mundial.

Por último, con el estreno de otro submarino de misiles balísticos de propulsión nuclear (SSBN) del tipo 94, China está consolidando su fuerza de ataque nuclear en el mar. Durante décadas, la PLAN operó un único SSBN de clase Xia. Sin embargo, el Xia era ruidoso y poco fiable y estaba equipado con un mediocre misil balístico lanzado desde un submarino (SLBM), el JL-1, que carecía de capacidad de ataque de largo alcance. Al parecer, el Xia solo realizó una patrulla de disuasión en sus 40 años de historia.

Sin embargo, con el Tipo-094, China se dotó por fin de una disuasión nuclear fiable, basada en el mar. Cada Tipo-094 está armado con una docena de SLBM JL-2 de 7400 kilómetros de alcance, capaces de transportar entre una y ocho cabezas nucleares cada uno.

Ya han estrenado al menos seis SSBN Tipo 094 y los observadores occidentales esperan que la PLAN llegue a adquirir 12 SSBN en total.

El Tipo-094 proporciona a China una tríada nuclear plenamente operativa: un trío de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con base en tierra, bombarderos de largo alcance y SSBN equipados con SLBM. A medida que China sigue construyendo más y mejores armas estratégicas, incluyendo los misiles de crucero con armamento nuclear y ojivas con objetivos múltiples independientes (MIRV), la fuerza nuclear de Beijing aumenta su potencial capacidad.

En particular, la posesión de tantas armas nucleares está empezando a parecer que China desea una capacidad de «primer ataque». De ser así, esto supondría una importante desviación de la política que llevaba a cabo Beijing hace tiempo, de «disuasión mínima».

Esta ocurrencia de puesta en servicio de múltiples buques de la PLAN en un solo día es inusual, lo que ha sido igualada por éxitos similares en otras partes de la industria armamentística china, incluyendo aviones de combate, misiles tierra-aire, misiles de crucero, drones armados, satélites y similares. No se trata simplemente de que los chinos lograron mejoras notables en las capacidades y en la calidad de su armamento autóctono, sino de la rapidez con lo que esto sucedió, especialmente teniendo en cuenta el estado, de no hace mucho tiempo, de lo relativamente atrasado de su base industrial de defensa local.

En general, los notables progresos del EPL en la modernización de sus inventarios son impresionantes, y —dependiendo de la perspectiva— también son aterradores. El EPL se alejó claramente de ser un ejército que tiene la suerte de poseer unos pocos «focos de excelencia» aislados. China logró avances significativos en áreas críticas como la proyección de fuerzas y el ataque de precisión y está en camino de lograr su objetivo a largo plazo de «guerra inteligente». El EPL recorrió el largo camino.

Richard A. Bitzinger es un analista independiente de seguridad internacional. Anteriormente fue investigador principal del Programa de Transformaciones Militares de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam (RSIS) de Singapur, y ocupó puestos en el gobierno de Estados Unidos y en varios grupos de reflexión. Sus investigaciones se centran en cuestiones de seguridad y defensa relacionadas con la región de Asia-Pacífico, incluido el ascenso de China como potencia militar, y la modernización militar y la proliferación de armas en la región.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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