La cortesía es un bálsamo

A mis señoras lectoras,

Esta semana deseo compartir algunas reflexiones sobre la cortesía, con la esperanza de que estos pensamientos le ayuden e inspiren tanto como me ayudaron e inspiraron a mí.

Una de mis constantes preguntas para mí misma es cómo puedo mejorar en mi vida. Recientemente, parte de la respuesta ha sido siendo más cortés. Cuando digo cortés, estoy hablando de un rasgo femenino por excelencia, diferente de la caballerosidad.

En su libro “Fascinating Womanhood for the Timeless Woman”, Dixie Andelin Forsyth define la cortesía así: “Cortesía: Este es un sello distintivo de nuestro sexo. Puede ser hermosa e inspiradora. Se trata de las acciones que a menudo tomamos para elevar y preservar los sentimientos de los demás”.

Agregaría que la cortesía es un bálsamo para el alma de esposos e hijos.

Cuando se trata de niños, he descubierto que un toque suave en la espalda y una voz suave son mucho más efectivos para cambiar el comportamiento no deseado, que gritar, sermonear, regañar o imponer consecuencias. Regañar y gritar son lo opuesto a la cortesía. He aprendido por experiencia que me dejan sintiéndome frustrada y agotada y no ayudan a mis hijos a crecer o a comportarse bien, ni contribuyen a la felicidad o armonía en la familia. Incluso si se necesitan reprimendas o consecuencias, darlas suavemente, junto con explicaciones de mi razonamiento, respeta mucho más los tiernos sentimientos del niño.

No digo que sea una madre perfectamente cortés, sino que veo los beneficios de ello. Recuerdo que una vez haciendo fila en Target, vi a una madre frente a mí regañando a su hijo por estar inquieto y golpear las cosas. Cuánto mejor sería para todos, pensé, si le recordara amablemente a su hijo que estuviera tranquilo en la tienda. Probablemente haría mucho más para ayudarlo a calmarse. Al mismo tiempo, tuve que admitir que a menudo usaba exactamente ese mismo tono con mi hijo y que se me estaba mostrando esa escena para que pudiera darme cuenta cómo se ve mi comportamiento desde afuera.

Un masajista me dijo una vez que el toque más suave puede ser el más poderoso, porque el cuerpo se relaja en lugar de tensarse. Ciertamente he descubierto que el tacto y los movimientos suaves son poderosos, y el mismo principio se aplica a las relaciones: la cortesía permite que las personas se relajen, confíen, reflexionen, crezcan y se conecten con sus corazones. Permite que los niños confíen en usted y ayuda a inculcarles el deseo de ser buenos.

Tengo algunas amigas que me inspiran en este ámbito, y de la literatura me he inspirado en «Laura’s Ma», de los libros escritos por Laura Ingalls Wilder, y en “Mujercitas”, de Marmee. Ambas mujeres son adoradas y respetadas por sus esposos e hijas, lo cual es un efecto de la cortesía.

Cuando se trata de esposos e hijos, la cortesía en las mujeres genera amor y admiración. Para muchos hombres, su madre y su esposa pueden ser las únicas que se preocupan profundamente por sus sentimientos.

En las memorias «All Things Wise and Wonderful«, el autor y veterinario inglés, James Herriot, cuenta una historia que es un gran ejemplo de una esposa que es cortés con su esposo durante un momento tenso.

Herriot y su esposa, Helen, fueron invitados a cenar por su colega Granville Bennett y su esposa, Zoe. Bennett es un hombre generoso y de buen corazón, pero en esta situación fue un poco demasiado seguro:

“Afuera, la niebla era más espesa que nunca. Mi colega sacó su enorme Bentley del garaje y comenzó a hacernos pasar al interior con gran ceremonia. Instaló a Helen y a Zoe en la parte de atrás, hablándoles con elocuencia, luego me ayudó a sentarme en el asiento del pasajero delantero, como si fuera un anciano discapacitado, metiéndome el abrigo, ajustando el ángulo del asiento para una máxima comodidad, mostrándome cómo funcionaba el encendedor, iluminando la guantera, preguntando qué programa de radio deseaba”.

Al frente de ellos hay una colina muy empinada cubierta de hierba, y Bennett, incapaz de ver en la niebla, comienza a subirla:

“Él no pareció darse cuenta de que el frente del gran auto se elevaba cada vez más, pero cuando alcanzamos un ángulo de cuarenta y cinco grados, Zoe irrumpió suavemente desde atrás.

‘Granville, querido, estás en la hierba’.

Mi colega miró a su alrededor con cierta sorpresa. ‘No del todo, mi amor. El camino desciende un poco aquí, si recuerdas’. Él mantuvo el pie en el acelerador.

No dije nada mientras mis pies se elevaban y mi cabeza retrocedía. Hubo un momento en que el Bentley estaba casi perpendicular y pensé que íbamos hacia atrás, luego escuché a Zoe de nuevo.

‘Granville, cariño’. Había un toque de urgencia en su tono. ‘Vas a subir a la cima’».

Esta vez, parecía que su marido estaba dispuesto a conceder un poco. Bennett quitó el pie del freno y el auto salió disparado hacia atrás y se detuvo con un crujido cuando golpeó algo detrás. Zoe dice:

«Has golpeado la pared de la Sra. Thompson, querido».

A lo que Bennett respondió:

“¿Lo hice, cariño? Ah, un momento. Pronto estaremos en camino”.

Él conduce hacia adelante brevemente antes de un golpe sordo en el frente y el sonido de vidrio y metal rompiéndose:

“Cariño’, dijo Zoe. Era la señal de treinta millas por hora”.

“¿Lo fue realmente, mi ángel?». Granville frotó su mano en la ventana.

En este punto, él reconoce que es mejor posponer el viaje al restaurante.

Ahora, algunos de ustedes pueden preguntarse si la cortesía significa ser sumisa o consentidora. Mi respuesta a esto es que parte del papel de una esposa y madre es ayudar a los miembros de nuestra familia a ser lo mejor que puedan ser, y el centro de esto es el buen carácter moral. Por lo tanto, necesitamos tener en cuenta el panorama general y habrá cosas con las que elegiremos ser pacientes, pero también necesitamos ser firmes sobre lo que importa y abordar las situaciones dañinas de manera adecuada. Y en esto, la cortesía es una gran ventaja porque es maravillosa para ayudar a que las mentes se abran y los corazones cambien.

Y, ciertamente, no es un signo de debilidad. La cortesía en realidad requiere una gran fuerza, como en la historia anterior, donde Zoe se mantuvo calmada y amorosa en una situación tensa.

Otra faceta importante de la cortesía es su efecto sobre el bienestar emocional de nosotras, las mujeres. Ser cortés significa que tenemos el control de nosotras mismas y que, como Zoe, somos capaces de manejar situaciones tensas con gracia y sin estrés, ni emociones indebidas. Esto ciertamente no es fácil, pero es esencial para nuestro bienestar. Nuestras relaciones siempre conllevan desafíos, este es un hecho inevitable de la vida y, a veces, lo único y mejor que podemos hacer, es aprender a manejarlos bien.

Además, la cortesía trae consigo una gran relajación de la mente y del espíritu, ayudándonos a manifestar nuestro mejor y más elevado potencial. Entonces, en mi opinión, es uno de los hábitos más poderosos y empoderadores que podemos cultivar.

Atentamente,

June

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