La oleada de inmigrantes ilegales que inundan el país ha causado dificultades económicas a las empresas de la ciudad fronteriza de Nogales, Arizona, donde el tráfico se ha paralizado prácticamente.
El cierre del muy transitado puerto de entrada de Lukeville (Arizona) ha provocado un cuello de botella en otros puertos, incluido el de Nogales. Como consecuencia, el tiempo de espera para entrar en Estados Unidos ha pasado de una media de 15-45 minutos a 2-5 horas, lo que ha llevado a muchos compradores potenciales a quedarse en casa, en detrimento de los comercios locales.
Mark Willmeth, gerente de Border Pawn and Coins en Nogales, dijo a The Epoch Times que la pérdida de tráfico de turistas mexicanos que quieren comprar para las fiestas ha tenido un efecto devastador en la economía local.
«Toda esta sección de Nogales ha dependido del tráfico de entrada y salida de México, y con todo congestionado y la gente no siendo capaz de cruzar, ha tenido un efecto dramático en todos los propietarios de negocios aquí», dijo Willmeth. «La espera es demasiado larga».
El puerto de entrada de Lukeville fue cerrado el 4 de diciembre después de que los funcionarios federales de aduanas fueran retirados de sus puestos para gestionar los grandes grupos de inmigrantes ilegales que entraban a través de zonas no seguras o secciones rotas del muro fronterizo.
Los ciudadanos mexicanos que a menudo cruzan a Estados Unidos para hacer compras han decidido cada vez más evitar las largas esperas, según los propietarios de negocios.
«Habría que estar loco para querer pasarse cinco horas esperando en el coche para venir de compras navideñas», dijo a The Epoch Times una trabajadora que atendió el teléfono en la floristería Baskets to Go. «Nadie está haciendo eso».
Lisa Urias, directora ejecutiva de la Oficina de Turismo de Arizona, dijo a Phoenix New Times que, debido al momento, la actual interrupción en la frontera va a tener un efecto aplastante en los negocios locales.
«Si bien entendemos la necesidad de desviar recursos a los apremiantes desafíos que enfrenta la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., la decisión de cerrar este activo puerto de entrada no podría haber llegado en peor momento para las economías de ambos lados de la frontera, que dependen del flujo diario de personas y mercancías en ambas direcciones para su sustento, especialmente durante la temporada navideña», dijo Urias.
El 15 de diciembre, la gobernadora demócrata de Arizona, Katie Hobbs, respondió a la indignación pidiendo la movilización de la Guardia Nacional del estado a la frontera y culpó al gobierno de Biden por su negativa a enviar recursos.
«Una vez más, el gobierno federal se niega a hacer su trabajo para asegurar nuestra frontera y mantener nuestras comunidades seguras», dijo Hobbs en un comunicado. «Con esta Orden Ejecutiva, estoy tomando medidas donde el gobierno federal no lo hará. Pero no podemos estar solos, Arizona necesita recursos y mano de obra para reabrir el cruce de Lukeville, gestionar el flujo de migrantes y mantener una frontera segura, ordenada y humana». A pesar de las continuas peticiones de ayuda, la administración Biden se ha negado a entregar recursos desesperadamente necesarios para la frontera de Arizona.»
Aumento de los cruces ilegales de la frontera
En los últimos años, el país ha experimentado un gran aumento de los cruces ilegales de la frontera.
En octubre, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos registró el mayor número de cruces de inmigrantes ilegales en un mes de octubre, con 240,988 cruces en la frontera sur. La agencia también informó que 13 de las detenciones que realizó durante el mes fueron de personas incluidas en la lista de vigilancia terrorista del FBI (12 en la frontera sur y una en la frontera norte). Se espera que el total del año fiscal 2023 supere los 2.4 millones, superando el récord de 2022 de 2.3 millones, una vez que se finalicen las cifras.
En Arizona, entre el 24 y el 30 de noviembre se detuvo a un máximo histórico de 17,500 inmigrantes ilegales por entrar ilegalmente desde México en la región sureste del estado, frente a los aproximadamente 15,650 de la semana anterior.
Tucson, Arizona, «está experimentando un aumento sin precedentes de entradas ilegales» y no hay espacio para retener a los recién llegados, según un correo electrónico obtenido por el Washington Examiner el 27 de noviembre.
«Esta mañana teníamos a más de 5000 personas detenidas, mucho más de nuestra capacidad», decía el correo electrónico.
En Nogales, las empresas que habían estado luchando incluso antes de que la congestión masiva en la frontera ralentizara el comercio se preguntan ahora cómo van a sobrevivir, según Willmeth.
«Durante mucho tiempo, la mitad de los edificios de aquí han estado vacíos, y creo que la gente estaba empezando a recuperarse de Covid, pero no puedo imaginar que esto vaya a mejorar nada», dijo Willmeth.
«Mucha gente lo está pasando realmente mal. Hay que hacer algo antes de que sea demasiado tarde», añadió.
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