Comentario
Cuando Isabel Díaz Ayuso se pronunció recientemente en contra de los altos impuestos, no fue una sorpresa para quienes la siguen desde hace años. Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha defendido la libertad de fortalecer a sus conciudadanos.
En 2020, la «Dama de Hierro de Madrid» se negó a cerrar su ciudad y a imponer excesivos mandatos sobre COVID-19, frenando la ola de extralimitación gubernamental que se había apoderado de otros países europeos. Al principio, Díaz Ayuso tomó medidas contra el coronavirus, cerrando tiendas y negocios no esenciales para detener la propagación de la primera ola viral. Pero, a medida que llegaban la segunda y la tercera oleada, ella se resistió al impulso de imponer órdenes de confinamiento innecesarias.
Para fines del año 2020, Madrid estaba en ebullición. Los bares, cafés y restaurantes se llenaban, mientras se abrían las oficinas y las escuelas. La economía regional se puso en marcha y hoy sigue siendo saludable. En agosto de 2022, la Comunidad de Madrid informó de un descenso de más del 25 por ciento del desempleo desde 2021, el mayor descenso interanual de la historia. En los últimos 12 meses, el desempleo se redujo en todos los tramos de edad y sectores productivos.
Eso no es todo. En septiembre de 2022, la Comunidad de Madrid recuperó casi el 99 por ciento de la producción económica perdida durante la pandemia —muy por encima de la media nacional. El año pasado, el producto interno bruto de Madrid repuntó un 6.5 por ciento, superando el 5.1 por ciento general de España. La recuperación continúa ahora, con un crecimiento económico anual que sigue por sobre el 5 por ciento de cara al año 2023.
En Madrid, el espíritu empresarial y la innovación del sector privado están vivos. Las empresas abren y permanecen abiertas y los consumidores contribuyen a la economía de mercado. Es un modelo no solo para el resto de España, sino también para ciudades de todo el mundo. Antes de promulgar nuevos impuestos y normativas, los responsables políticos de las ciudades como Nueva York o San Francisco pueden aprender un par de cosas de las políticas a favor del mercado de Díaz Ayuso y Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda y servicio público. A pesar de la oposición del gobierno socialista de Pedro Sánchez, el liderazgo de Díaz Ayuso ha demostrado que la libertad es la apuesta más segura para una prosperidad económica sostenida.
Por eso, cuando Díaz Ayuso se pronuncia hoy contra los mandatos del Gobierno, hay que escucharla. Como ella dijo recientemente, «Madrid es reconocimiento a lo bien hecho y es respeto por el trabajo y el estímulo. Es cuestión de voluntad política, respeto al esfuerzo del contribuyente y gestión eficaz de los recursos públicos. Recaudar no es gobernar. Gobernar es gestionar».
Ese es el rol del gobierno —supervisar, no explotar. El lugar adecuado para el liderazgo político es permitir que el libre mercado haga sus maravillas, fomentando un entorno en el que empresarios y empleados puedan prosperar de verdad. Los líderes políticos deben incentivar a los empresarios para que innoven, en lugar de erigir barreras en su camino mediante los mandatos.
Un ejemplo son los altos impuestos, que Díaz Ayuso ha hecho retroceder sistemáticamente desde que llegó al poder en 2019. Bajo su liderazgo, los madrileños se han ahorrado una media de casi $ 6500 en impuestos por persona. Ese dinero ahora se puede gastar, ahorrar o invertir. A juzgar por la tasa de crecimiento de Madrid, el dinero ya está haciendo que el sector privado trabaje y se fortalezca.
Desde la bajada de impuestos hasta otras políticas, Díaz Ayuso está liderando en el fortalecimiento de sus conciudadanos, confiando en que los madrileños se recuperarán de COVID-19 y alimentarán una recuperación económica que dure mucho tiempo después de la pandemia.
Mirando al otro lado del estanque, los estadounidenses solo pueden esperar que los responsables políticos de Estados Unidos tomen una o dos páginas del libro de maniobras de la Dama de Hierro. El poder de la libertad es universal —desde la Plaza Mayor hasta Nueva York, San Francisco y más allá.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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