La gobernadora de Maine, Janet Mills, que ha presidido algunos de los mandatos de vacunas contra el COVID-19 más estrictos del país, fue reelegida para un segundo mandato como gobernadora en el estado rural de Nueva Inglaterra.
La demócrata, de 74 años, se impuso al aspirante republicano Paul LePage, que también fue gobernador de Maine durante dos mandatos, de 2011 a 2019.
Mills ganó con el 54.4% de los votos frente al 43.7% de LePage, según Associated Press.
En un estado políticamente pintoresco como Maine, en el que es frecuente encontrar políticos pro-Segunda Enmienda y proaborto, la liberal Mills tiene un amplio atractivo.
Aunque es una habitante del norte de Maine, su mayor apoyo proviene de las regiones costeras del sur, donde los progresistas de Massachusetts se mezclan con los pueblerinos locales que heredaron su posición como resultado de la buena fortuna de sus antepasados al comprar bienes raíces baratos que ahora valen millones.
Maine también cuenta con la población de mayor edad del país, lo que hace que las estrictas exigencias de vacunación contra el COVID-19 de la gobernadora sean atractivas para un grupo de edad que ha demostrado ser el más vulnerable a la pandemia. La clasificación del estado como el de mayor índice de vacunación y el de menor número de muertes relacionadas con el COVID fueron estadísticas de gran valor en la campaña de Mills para mantenerse en el cargo.
Antes de convertirse en gobernadora, Mills fue la primera mujer fiscal del estado y luego la primera mujer fiscal general.
Como principal fiscal de Maine, fundó el Lobby de Mujeres de Maine, una organización de defensa de las víctimas de la violencia doméstica. También creó el Programa de Tierras para el Futuro de Maine, para la conservación de los bosques, las granjas y las costas del estado.
No es ajeno a la política, LePage, de 74 años, fue gobernador de Maine durante dos mandatos, entre 2011 y 2019, y fue alcalde y concejal. Abrazó su reputación de «Trump antes de que existiera Trump» que se había ganado en parte por sus golpes abiertamente abrasivos a cualquiera que se le opusiera.
Debido a que Maine no permite que un gobernador cumpla tres mandatos consecutivos, el empresario de Waterville no buscó la reelección al final de su segundo mandato en 2019. Dejó el cargo con un índice de desaprobación del 54%.
Él y su esposa se mudaron a Florida, pero se trasladaron de nuevo a Maine en 2020 curiosamente en el punto álgido de los cierres por el COVID del estado, cuando los buscadores de libertad se dirigían en dirección contraria.
Fue en esa época cuando Mills daría a conocer a Maine por tener algunos de los mandatos de vacunas contra el COVID-19 más estrictos del país, al tiempo que eliminaba la exención religiosa para el gobierno y los trabajadores sanitarios. Las restricciones siguen vigentes y son objeto de múltiples demandas pendientes. Un grupo de trabajadores sanitarios pidió a la Corte Suprema de EE. UU. que se ocupara de la constitucionalidad de la política de exención por motivos religiosos de Mills, pero el alto tribunal se negó a atenderla, al igual que hizo con una demanda similar de Nueva York.
Maine también es uno de los seis estados que no tienen exenciones religiosas o filosóficas para ninguna de las vacunas escolares obligatorias. Una organización sin ánimo de lucro llamada Health Choice Maine, que apoya la libertad de elección médica y el consentimiento plenamente informado, cuenta con el apoyo de un amplio grupo de padres. El grupo fue uno de los mayores apoyos de la campaña de LePage.
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