La diabetes constituye un factor de riesgo para desarrollar párkinson, según ha comprobado un equipo internacional de investigadores al demostrar cómo algunas alteraciones moleculares inducidas por la diabetes afectan a las neuronas del cerebro.
El trabajo ha sido liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor centro de investigación público español, con investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem) y los resultados se han publicado en la revista Movement Disorders.
Los investigadores han descubierto que la diabetes produce alteraciones a nivel molecular y funcional en los procesos de neurotransmisión de dopamina en las neuronas cerebrales que se encargan del control del movimiento, cuya degeneración provoca la enfermedad de párkinson.
Aunque los análisis epidemiológicos realizados durante varios años apuntaban ya a que la preexistencia de diabetes podía aumentar el riesgo de padecer párkinson, se desconocían hasta ahora los efectos de la diabetes sobre el cerebro para explicar la asociación entre ambas enfermedades, explicó el CSIC en una nota de prensa difundida hoy.
Las neuronas afectadas tienen sus cuerpos celulares en una zona del cerebro denominada «sustancia negra» y proyectan sus prolongaciones o axones al núcleo estriado, una región del cerebro que se encarga de la función motora y el movimiento del cuerpo.
«El aumento de los niveles de glucosa en sangre favorece el desarrollo de estrés oxidativo, un efecto adverso posiblemente ligado a la alteración de los niveles de dopamina en el cerebro», explicó en la nota Mario Vallejo, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (un centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid) y director del trabajo.
En colaboración con científicos de la Universidad de Oxford, los investigadores comprobaron que, en respuesta a un estímulo eléctrico, algunas neuronas de los ratones diabéticos liberaban más neurotransmisores que las de los no diabéticos, y confirmaron así que las alteraciones observadas a nivel molecular afectan a los procesos de neurotransmisión en el núcleo estriado del cerebro, señaló el CSIC.
Además, observaron que, aunque los efectos de la diabetes no son suficientes para inducir alteraciones motoras, sí que aumentan la vulnerabilidad de algunas neuronas y las hacen más sensibles a degenerar por un estímulo nocivo y dar lugar a la aparición de síntomas motores.
Curiosamente, han observado los investigadores, esos efectos parecen estar asociados a la hiperglucemia o a la ausencia de señalización por insulina, pero no a la existencia de obesidad, ligada normalmente a la diabetes tipo II, el tipo más frecuente en humanos.
Los resultados, según el CSIC, abren nuevas vías de investigación para identificar los mecanismos moleculares por los que la diabetes afecta a los procesos de neurotransmisión en el cerebro.
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