Opinión
Estados Unidos está mostrando resistencia y fuerza comparado con otras economías líderes del mundo.
El impacto de la crisis de clausuras forzadas por el virus del PCCh es menor en Estados Unidos que en Japón, Alemania, Francia, el promedio de la Unión Europea y los países en el área euro.
Esto no significa que el impacto económico sea pequeño. La recesión es grave y su impacto en los empleos y el crecimiento no puede ser subestimada, pero es importante mostrar cómo otras economías con planes de gasto de gobierno más grandes e importantes programas de subsidios están mostrando un rendimiento mucho más débil.
El PBI del segundo trimestre fue mucho mejor que el del área europea (-9.5 por ciento trimestral comparado al -12.1 por ciento en la eurozona), aunque refleja una notable caída trimestral, y muy por debajo de la que se vio en 2008.
Esta comparación es importante porque la mayoría de los economistas principales creen que un gasto mayor del gobierno y ayuda al sector público desvía el golpe de una recesión. No lo hace. La caída del PBI trimestral de EE.UU., en -9.5 por ciento, es pequeña comparada con el -10.1 por ciento de Alemania, el -13.8 por ciento de Francia, el -12.4 por ciento de Italia, el -18.5 por ciento de España y el -11.9 de los 27 de la Unión Europea.
Puede que haya leído sobre la cifra del -32.9 por ciento trimestral anualizado para Estados Unidos, pero es engañoso compararlo con las cifras publicadas europeas, las cuales no están anualizadas. Las tasas anualizadas estiman cuánto crecerá o se contraerá la economía si la tasa de cambio que se ve en el trimestre continúa al mismo ritmo por cuatro trimestres consecutivos. Si comparamos manzanas con manzanas, el colapso del -32.9 por ciento del trimestre anualizado de EE.UU. sería de un -40 por ciento en Alemania a un -55 por ciento en España.
En cualquier caso, parece relevante insistir en tres puntos: 1) La caída del PBI de EE.UU. fue menor a las estimaciones del consenso; 2) es notablemente menor que la cifra de la eurozona, la cual fue peor que la que esperaba el consenso; y 3) los datos avanzados de EE.UU. apuntan a una de las recuperaciones más fuertes del mundo.
La mejora de la demanda interna que ya comenzamos a observar en el mes de mayo ha sido confirmada en junio. Las ventas al por menor registraron un aumento del +7.5 por ciento por mes, el número segundo más alto en la serie histórica luego de los datos de mayo, y esta vez con un «efecto base» menos relevante. En términos de año a año, las ventas por menor ya están creciendo al +1.1 por ciento y, eliminando ventas de vehículos, este aumento es del +7.3 por ciento año a año. Pero aún hay mucho por mejorar.
Indicadores de avance en Estados Unidos apuntan a un aumento del PBI en el tercer trimestre del 18 al 20 por ciento en términos anualizados, recuperando más de la mitad de la primera mitad de la caída en la primera mitad del año en tres meses.
Hay todavía mucho por hacer y nadie puede sentirse complacido. La economía de EE.UU. podría cerrar el año en crecimiento plano y con 6 por ciento de desempleo en el escenario más optimista si el consumo e inversión progresa dentro del potencial. Sin embargo, es más probable que la economía termine bajando un 5 por ciento y el desempleo en 8.5 por ciento, todo según nuestras estimaciones. Esto se compara con una eurozona que podría caer más del 9 por ciento en 2020 con desempleo oficial y licencias en empleos alcanzando un 12.5 por ciento de acuerdo con Bloomberg.
Hay importantes signos de advertencia que considerar. El sentimiento del consumidor continúa débil en 73.2 puntos base en julio de 2020, una caída de 5 puntos comparado a junio de este año y lejos de los niveles por encima de los 100 que se veían durante el mes de febrero.
Los indicadores principales son alentadores pero no optimistas. El índice compuesto de gestores de compras (PMI) del mes de julio ha logrado alcanzar la zona de expansión económica en 50. El motor principal continúa siendo la industria, en 51.3 comparado con el 49.8 en junio, reflejando una evolución positiva en la expansión pero con varios desafíos por delante, incluido la inversión y los planes de contratación. Servicios, un sector crítico para la economía de EE.UU., sigue en contracción.
La producción industrial de EE.UU. ha mostrado dos meses de crecimiento mensual positivo (+5.4 por ciento en junio), aunque bajo en año a año (-10.8 por ciento en junio de 2020).
El empleo está mejorando, pero hay que reconocer que a un ritmo menor que lo que se desearía. Los pedidos por desempleo siguen obstinados por encima del millón, y los pedidos de desempleo continuado están cayendo a un ritmo menor del esperado. Aún así los pedidos de desempleo continuados han caído desde un récord de 25 millones a 17 millones en dos meses. Necesitan caer más rápido, y se necesitan medidas decisivas del lado del suministro para atraer nuevos empleos e inversión.
La deuda en Estados Unidos es un gran desafío, pero, otra vez, las métricas muestran una situación mejor que en la eurozona. El déficit acumulado durante junio ya excede los USD 2.74 billones, más del 10 por ciento del PBI de Estados Unidos. Lo que es interesante es que la deuda al PBI en Estados Unidos probablemente se alce al 98.5 por ciento según el consenso de Bloomberg, pero ni siquiera cerca de los niveles en Europa, en 103 por ciento, según el Banco Central Europeo.
Estas cifras contradicen los pedidos de un euro más fuerte contra el dólar estadounidense. A pesar de las cifras de EE.UU. para los titulares, el crecimiento, deuda y empleo probablemente muestren una evolución mejor que en Europa, y las métricas monetarias también muestran una situación más fuerte. El Banco Central Europeo ya tiene tasas reales negativas, y su hoja de balance excede el 53 por ciento del PBI comparado a la hoja de balance de la Reserva Federal con 33 por ciento del PBI.
La demanda global del dólar estadounidense es alta y en crecimiento, y el mundo aún tiene una escasez de dólares. No es el caso para el euro, donde la demanda es estable pero mucho menor, según el Bank for International Settlements, y el suministro está aumentando mucho más rápido que el dólar.
Una recuperación estable y sólida solo se logrará con las políticas correctas. Copiar a la Unión Europea solo llevará a Estados Unidos a un estancamiento. El pobre desempeño de las economías europeas en esta crisis es también un recordatorio de por qué Estados Unidos no debería implementar políticas similares.
Si el gobierno de EE.UU. decide aumentar impuestos y aumentar la intervención, la recuperación será más lenta y más dolorosa de lo que es.
El Dr. Daniel Lacalle es economista jefe del fondo de inversión Tressis y autor de «Libertad o igualdad», «La gran trampa» y «Nosotros, los mercados».
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