La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ordenó a Norfolk Southern Railway que lleve a cabo «todas las acciones de limpieza» relacionadas con el descarrilamiento del 3 de febrero de un tren que transportaba sustancias químicas peligrosas en East Palestine, Ohio.
“Norfolk Southern pagará por limpiar el desastre que creó y el trauma que infligió en esta comunidad y que afectó a los residentes del condado de Beaver [Pensilvania]”, anunció el administrador de la EPA, Michael Regan, en una conferencia de prensa el 21 de febrero en el East Palestine.
La segunda visita de Regan al área coincidió con la apertura de una clínica para atender las preocupaciones de los residentes locales de que los efectos adversos para la salud que algunos han estado experimentando—incluidas erupciones cutáneas, vómitos y dolores de cabeza—pueden haber sido causados por los químicos derramados por el accidente.
Para rectificar el daño causado por el incidente, Regan dijo que ordenó a Norfolk Southern que identificara y limpiara el suelo y los recursos hídricos contaminados, que reembolsara a la EPA por los servicios de limpieza adicionales que se ofrecen a los residentes y dueños de negocios, que asistiera y participara en reuniones públicas a petición de la agencia, y pagara por los costos de la EPA por el trabajo realizado bajo la orden.
Regan también señaló que la empresa tendría que elaborar un plan de trabajo que sería revisado y aprobado por la EPA y las administraciones locales. El incumplimiento de la orden dará lugar a que la EPA realice los trabajos y Norfolk Southern pague el triple del costo.
Según un comunicado de prensa de la EPA, la orden entrará en vigor en dos días, aunque ya comenzaron los trabajos de limpieza. Para implementar la orden, la agencia establecerá una «estructura de mando unificada» para coordinar los esfuerzos relacionados de la Administración Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), el Departamento de Servicios de Salud Humana, la EPA de Ohio, la Agencia para Manejo de Emergencias de Ohio, el Departamento de Protección Ambiental de Pensilvania, y Norfolk Southern.
«De ninguna manera, forma o modo, Norfolk Southern se librará del lío que ha creado», dijo Regan.
En la rueda de prensa del martes participaron junto al jefe de la EPA el gobernador republicano de Ohio, Mike DeWine, el gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro, y el representante, Bill Johnson (R-Ohio).
Shapiro, al señalar los esfuerzos bipartidistas existentes para hacer frente a la crisis, no se contuvo en sus críticas a la respuesta de Norfolk Southern a la situación, describiendo la «avaricia corporativa, la incompetencia y la falta de atención» de la empresa a los afectados como «absolutamente inaceptable».
“Ellos optaron por no participar en el comando unificado”, señaló. “Nos dieron información inexacta y datos de modelos contradictorios, y se negaron a explorar o articular cursos de acción alternativos cuando lidiábamos con el descarrilamiento en los primeros días. En resumen, Norfolk Southern incorporó un riesgo innecesario en esta crisis y creó confusión en este proceso”.
Shapiro también elogió a DeWine como «el nexo» que había mantenido unido el proceso de recuperación y los esfuerzos de Regan para responsabilizar a Norfolk Southern.
Mientras tanto, DeWine enfatizó en la necesidad de una acción del Congreso sobre la seguridad ferroviaria y señaló que los residentes también habían expresado el temor de que la preocupación del resto del país se desvaneciera con el próximo ciclo de noticias.
“La preocupación muy legítima es que cuando todas las cámaras de televisión se hayan ido, los reporteros se hayan ido y el mundo se vuelque a otra cosa, la comunidad se quedará aquí sola para resolver este problema por su cuenta”, señaló.
“Permítanme decir que estamos haciendo un compromiso público nuevamente hoy. No los dejaremos. Nos quedaremos aquí; seguiremos haciendo pruebas; seguiremos haciendo lo que haya que hacer en las semanas, en los meses, en los años que nos queden por delante».
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